Título original:
A Quiet Passion
Año:
2016
Fecha de estreno:
07 de Octubre de 2016
Duración:
125 min
País:
Reino Unido
Director:
Terence Davies
Reparto:
Cynthia Nixon, Jennifer Ehle, Duncan Duff, Keith Carradine, Johdi May
Distribuidora:
Golem
Si algo tienen en común la vida de cada uno de los artistas que han sido reflejadas en celuloide a lo largo de la historia del cine, es la capacidad de ser explotados al máximo sus sentimientos de tormento para hacernos ver que los grandes genios se refugiaron en su trabajo, muchas veces, para escapar de la realidad que les rodeaba.
Una realidad que es mucho más difícil de aceptar cuando eres mujer en una época en la que los derechos propios se tomaba como una ofensa y el pensamiento crítico era sólo cosa de hombres. Tras The Deep Blue Sea, Terence Davis se vuelve a volcar en un drama personal, melancólico sobre la poetisa Emily Dickinson, una de las escritoras más importantes de la literatura norteamericana del siglo XIX.
Inconformista, astuta, incomprendida y con un talento e imaginación únicos convierten a este personaje femenino en un ser tanto admirable como vulnerable para el público, que muchas veces puede llegar a ser incapaz de entender la decisión de este personaje por recluirse cada vez más en su hogar familiar así como en sí misma. Toda la película es un viaje por el tiempo que nos lleva desde el momento en el que una joven Dickinson no se conformó en elegir entre los dos futuros que le imponían hasta el fin de sus días tras haberse convertido en una mujer atormentada a la misma vez que feroz y de convicciones profundas.
La película se aventura a tratar las relaciones familiares, la devoción religiosa y la percepción artística desde un punto de vista objetivo pero que, depende del momento, hace que el espectador se vuelque por completo con la historia o que, debido a su ritmo en muchas ocasiones lento, rechace lo que Davies pretende que se sienta en cada escena. Aun así, los diálogos que crea el director, unas dosis de realidad tan mordaces como sutiles, son uno de los puntos fuertes de la película junto a la actuación de su protagonista.
No estamos descubriendo nada nuevo cuando decimos que un papel puede marcar o encasillar la carrera de un actor o un actriz. En el caso de Cynthia Nixon, su papel como Miranda Hobbes en la aclamada serie de la HBO Sexo en Nueva York, eclipsó por completo su intento de labrarse una carrera más allá de la serie protagonizada por Sarah Jessica Parker, a pesar de que este papel le valió para ganar un premio Emmy. Su convincente papel protagonista en esta película demuestra las grandes capacidades interpretativas que tiene la actriz a la hora de enfrentarse a este melodrama, interiorizando a su personaje angustiado de manera única y creíble. Sin duda, uno de los grandes papeles de su carrera.
Pero aun así, este tipo de dramas o, como recientemente acabo de mencionar, melodramas, es un género difícil de aceptar ya que puede saturar bastante al espectador. Mientras te vuelcas con la interpretación de Nixon o de Jennifer Ehle en el papel de la hermana pequeña Vinnie, te horrorizas con las interpretaciones o bien robóticas o exageradas de los personajes masculinos capaces de sacarte, entre gritos y lágrimas de cocodrilo, de la película. La extensión de la cinta tampoco es aceptada ya que, a pesar de que no vemos apenas escenas que consideramos "de relleno", muchas veces el guión ingenioso a la par que pretencioso acaba por hacer desconectar a aquellos espectadores que no estén acostumbrados a este tipo de narrativa.
6/10
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