Título original:
Hardcore Henry
Año:
2015
Fecha de estreno:
21 de Octubre de 2016
Duración:
94 min
País:
Rusia
Director:
Ilya Naishuller
Reparto:
Sharlto Copley, Danila Kozlovsky, Haley Bennett, Andrei Dementiev, Darya Charusha, Svetlana Ustinova, Oleg Poddubnyy, Ilya Naishuller, Tim Roth
Distribuidora:
Diamond Films
Cuando
nos acercamos a Hardcore Henry, no nos acercamos a la primera película que
busca fundir los dos mundos del cine y el videojuego. Ya muchas propuestas
anteriores habían intentado con mayor acierto este acercamiento, siendo la
adaptación del comic de Scott Pilgrim llevada adelante por Edgar Wright el mejor
ejemplo que se me ocurre ahora. En realidad, la película rusa ni siquiera se
estructura como un videojuego: En ningún momento se nos presenta esta historia como una
serie de obstáculos de dificultad creciente, ni vemos un particular empeño en mostrarnos una variedad de escenarios, ni sentimos que la historia avance en base a la asignación de diferentes misiones. Muy por el contrario se la nota empantanada en
las mismas estructuras narrativas del más dominguero cine de acción. Sí, no
alcanza la mirada subjetiva para pretender fundir la experiencia del cine con
la del videojuego; Ben Hur no sería una película/videojuego
por más que le hubiésemos puesto la cámara en la frente a Charlton Heston. Así,
la originalidad de Hardcore Henry pasa exclusivamente por esa primera persona
en que se filma toda la película, que no es poco dado que nadie lo había hecho
antes pero que se siente poco al notarse rápidamente que nada de lo prometido
acaba cumpliéndose y que todo termina desaprovechándose.
La
más notable de las promesas incumplidas es la de la inmersión. ¿Qué tipo de
inmersión puedes esperar cuando la mirada de la película es subjetiva pero esa
subjetividad no es la tuya? ¿Si no es uno quien decide mirar hacia dónde mirar,
esta sensación de estar atrapado en los ojos de un protagonista que ni habla no
es acaso lo contrario a lo esperado? Esta es la primera gran falacia de
Hardcore Henry; la falacia de creer que tomar la visión de alguien nos da un
mayor entendimiento de lo que pasa a su alrededor, como si los ojos fuese lo
único que usamos para entender el espacio que estamos pisando. En el cine, una
buena puesta en escena logra regularmente darnos una fotografía clara de lo que
el protagonista ve y siente, pero la mirada subjetiva que presenta la película
rusa consigue todo lo contrario: nos aleja del protagonista y nos confunde y
marea a la hora de la acción.
La
segunda promesa incumplida es que la acción no se ve favorecida por la vista
subjetiva. Aunque también podemos entender que este punto está muy emparentado
con el hecho de que al director no se le cae una idea con respecto a qué hacer
en las distintas secuencias, lo cierto es que la mayor parte del tiempo no
estoy entendiendo demasiado por lo que da igual que haya una buena idea, seguro
se perdería en el espantoso efecto mareante que tiene el experimento. Mucho más
efectivos son los momentos tranquilos, los cara a cara o aquellos en que la
acción del protagonista permite una visión clara, momentos que casi siempre
acaban con algún toque de comedia negra bastante conseguido.
Y
es el humor lo único que cumple en Hardcore Henry, no sólo e pintoresco
compañero de batalla de Henry, protagonizado por un histriónico Sharlto Copley,
sino los momentos de comedia negra más visual como los de la tenaza en la nariz
o la persecución en el centro comercial. También hay un uso bastante paródico
de la “música de acción” que sumado a lo anterior convierte a la cinta en un
visionado un poco más ameno. No deja de ser curioso que es cuando empieza la
acción verdadera cuando la propuesta provoca los más pronunciados bostezos, en
particular en el eterno, confuso y pesado clímax, un clímax que además resulta imposible de comprar debido a
la absoluta insipidez de una trama que va de… no tengo idea. Y no es broma, no
tengo idea. No podría importar menos en todo caso.
El
nombre de Bekmambetov en la producción ya habla bastante de lo que puedes
esperarte de esta cinta, un director ruso que ha sabido ganarse un nombre en
Hollywood por llevar conceptos absurdos al cine y salir “victorioso”. Si las
taquillas han respondido por algo será, así que dado que Hardcore Henry es una
cinta muy de su estilo supongo que será adecuada para todo aquél al que el ruso
haya conquistado en el pasado. Los demás harían bien en alejarse porque entre la vacuidad de la idea y el mareo visual que la película transmite, muy probablemente la gran experiencia en primera persona acabará convirtiéndose en una verdadera tortura... una tortura en primera persona.
4/10
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