Título original:
The Program
Año:
2015
Fecha de estreno:
22 de Junio de 2016
Duración:
103 min
País:
Reino Unido
Director:
Stephen Frears
Reparto:
Ben Foster, Chris O'Dowd, Jesse Plemons, Guillaume Canet, Lee Pace, Dustin Hoffman, Denis Ménochet
Distribuidora:
Vértigo
El Biopic siempre me ha parecido uno de los géneros más antipáticos del cine actual y es seguramente el tipo de película que, salvo que medie alguna circunstancia especial y sin importar los premios que coseche, esquivo todos los años sin ningún tipo de vergüenza. El biopic no tiene en sí nada que me desagrade, no es malo per se, pero las raíces del desprecio casi automático a cualquier película de esta especie se encuentran, sin duda alguna, en la proliferación de un subgénero dentro del mismo cuya única misión parece ser salir a la caza de los premios más académicos, con versiones edulcoradas y blandas de vidas extremas o impactantes, muchas veces con actores de primera línea que parecen estar sólo para vestir de gala una propuesta que no será sino otra aburrida sesión con el lado más conservador y light de la industria. The Program es el ejemplo perfecto para tratar la desnutrición de este género tal y como se lo plantea Hollywood y sus allegados hoy en día (no tanto como en su día lo fueran espantosos especímenes como Diana, ni tan importante como lo fueran otros que sí han estado presentes en premios importantes, digamos The Imitation Game o La Teoría del Todo), pues este perezoso ejercicio de sosería narrativa, apenas da para mantener despierto a este pobre servidor.
El primer vicio en el que cae The
Program es la escasa e incomprensible psicología de su personaje principal, al
que se supone protagonista, aunque no nos interese demasiado. Asistimos a la
enésima representación del hombre obsesionado con el éxito (Lance Amstrong para
el distraído) y sin posibilidades de conseguirlo que tras enfrentar y vencer el
cáncer decide que jamás estará tan cerca de la derrota como aquél día, aunque
el tratamiento lo haya disminuido. Así de sonrojante es el único motivo que el
director y guionistas nos ofrecen sobre la entrada del ciclista en el mundo
hardcore del dopaje, esa es la única concesión que deja antes de meterse en el
terreno más conservador de su propuesta, donde la mafia del dopaje, un
periodista inquisidor que resalta entre los simios que sólo se dedican a
aplaudir y un ciclista que se va convirtiendo progresivamente en mentiroso,
dominan el relato convirtiéndolo en lo que es: un entretenimiento lejano, casi
exótico, para personas que desde cómodas posiciones puedan interesarse en el
tema sin involucrarse demasiado; apenas un dramita para consumo y desecho rápido.
Pero seguramente son la infinidad
de problemas narrativos lo que hacen de The Program un visionado frustrante.
Frears ya ha hecho películas para ese público académico que han corrido mejor
suerte, pero dudo que en esas películas (que no he visto), pase lo que pasa
aquí, donde las cosas parecen pasar por encima de los personajes, con una
preocupante falta de humanidad y una aún más lamentable falta de capacidad para
esconder esos momentos casuales que van a ser parte fundamental para el relato.
Cuando hablaba arriba de la pereza del proyecto, me refería sobre todo a la
pereza narrativa: todo parece pasar porque tiene que pasar y el desinterés va
en aumento desde el momento que los principales desinteresados parecen ser
quienes trabajan en la propia película.
Poco más que decir salvo seguir
remarcando a The Program como otro flojo producto nacido de la voluntad de
productores por películas “caza-premios” y ejecutado por director y guionista nacidos
bajo la égida de los Oscars, siguiendo ese particular paradigma que ha surgido
en dicho ambiente acerca de cómo se hace un buen biopic. Si te gustan los
biopics académicos como los mencionados arriba, es muy posible que The Program
te parezca una versión más pequeña y olvidable de ellos, si no te gustaron o no
te interesa el género, debes esquivarlo a toda costa. Por supuesto, si te
interesa el tema o conoces al respecto, la película no será mucho más que una
actualización de los datos conocidos. Parece que documentales como La Mentira
de Lance Amstrong son mucho más interesantes para quienes quieran conocer en
profundidad el caso de este ídolo caído.
3/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario