Grüsse aus Fukushima
Año:
2016
Fecha de estreno:
29 de diciembre de 2017
Duración:
104 min
País:
Alemania
Director:
Doris Dörrie
Reparto:
Rosalie Thomass, Kaori Momoi, Moshe Cohen, Nami Kamata, Aya Irizuki
Distribuidora:
Abordar
Doris Dörrie es una
reputada artista multifacética en Alemania. Aparte de dirigir más
de una veintena de películas y documentales, ha escrito novelas, ha
dirigido óperas y escrito libros para niños. Sus películas por
normal general suelen tener buena acogida tanto de público como de
crítica, por lo que sonaba como una gran apuesta para abrir el 18º
Festival de Cine Alemán de Madrid con su nueva obra: Recuerdos desde Fukushima (Fukushima,
mon amour).
Budista confesa, su amor
por la cultura oriental ha marcado gran parte de su obra, incluyendo
Cerezos en flor, su película más reconocida a nivel mundial. De
nuevo, vuelve al país del sol naciente, en este caso enfocada en la
visión de una joven alemana que, mediante la organización
Clows4Help acude a Fukushima para levantar el ánimo a los
desafortunados residentes de la devastada ciudad por el terremoto y
posteriores tsunami y escape radiactivo de la central nuclear. Pero
Marie, la protagonista, realmente lo que busca es superar su tristeza
en base al contraste de una tristeza mayor en el vecino. Pero no será
esto, sino la amistad que entabla con Satomi la que ayude a ambas a
superar sus pasados tormentosos.
Rodada en un blanco y
negro impecable, la acción siempre está anclada al pasado y la
memoria. Bien no dejando que el espectador se olvide del desastre de
Fukushima, bien porque ambas protagonistas están atadas a sus
pasados. El choque cultural poco a poco irá dando paso al
entendimiento y el respeto. Solo así, con esta amistad, podrán
ambas rehacer sus vidas y no vivir rodeadas de fantasmas. Un detalle
importante es que la directora ha contado con gente que realmente aún
vive en Fukushima, dándoles de esta forma visibilidad y apoyo moral
para su difícil situación. Pero, pese a lo que pueda parecer, Doris
Dörrie nunca usa un tono excesivamente triste ni condescendiente, su
historia sabe desmarcarse de la sensiblería desmesurada y da
puntuales toques de humor para que la bisagra emocional no chirríe.
Quizás el elemento más
discordante o chocante podría ser justamente el que se ha cogido
como representante del cartel del festival de este año, esa persona
con un cabezón de gato un tanto inquietante (me recuerda a Frank
pero en modo kawaii), pero que no deja de tener su significado en la
obra. No hay más que fijarse cómo lo trata la protagonista al
principio y al final de la obra, pasando del asombro de lo
desconocido, al saludo respetuoso. Pues ese elemento extraño para el
occidental no es otro que la representación del continente asiático,
que la directora vuelve, una vez más, a acercarnos para vencer ese
distanciamiento entre europeos y asiáticos a nivel cultural.
Desde luego, buenas
sensaciones para seguir con el festival, y por fortuna Recuerdos desde Fukushima (Fukushima,
mon amour) será estrenada a nivel comercial en España por
Abordar, lo que lo convierte en doble alegría.
7/10
Jajajaja, en efecto: ese gato es un Frank kawaii.
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