miércoles, 29 de junio de 2016

Independence Day: Contraataque. Más grande, menos entrañable, disfrutable a fin de cuentas.


Título original:
Independence Day: Resurgence
Año:
2016
Fecha de estreno:
01 de Julio de 2016 
Duración:
119 min
País:
Estados Unidos
Director:
Roland Emmerich
Reparto:
Liam Hemsworth, Jeff Goldblum, Bill Pullman, Maika Monroe, Jessie T. Usher, Travis Tope, Judd Hirsch, Charlotte Gainsbourg, William Fichtner, Angelababy, Deobia Oparei, Brent Spiner
Distribuidora:
Fox


Julio a la vuelta de la esquina y el calor haciendo ya mella. El verano está con nosotros y, ¿qué sería del verano sin un blockbuster del amigo Emmerich? Además, no es un proyecto cualquiera, sino una secuela de su exitosa Independece Day (ganadora del Oscar a los efectos especiales, que para 1996 fueron el no va más), coincidiendo con el veinte aniversario del estreno de la película. Y la gran duda entre los fans de la misma era evidente: ¿estará a la altura? Desde luego hablo de los fans, para sus detractores no podemos decir más que acercarse a Independence Day: Contraataque sin que te haya gustado la la original es un tanto absurdo.


Por lo pronto, estamos hablando de una secuela con todas las de la ley, no un reboot o remake que copie la original pero actualizándola a los nuevos tiempos. Muchos personajes retoman su papel, aunque como es lógico también aparecen nuevos. Quizás la gran ausencia sea la de Will Smith, de quien se ha dicho que pudo ser por coincidir el rodaje con el de Escuadrón suicida y su particular proyecto de After Earth, pero esto contrasta con las declaraciones del propio director en Junio de 2013 para el Daily News que decían que el caché del actor era demasiado abultado. En cualquier caso, la idea inicial, que era la de contar con la vuelta del actor, al final no pudo materializarse, y se optó por la vía rápida de asesinar su personaje, como rápidamente lo comentan en la película (accidente en un vuelo de entrenamiento). Así su personaje deja el testigo a su hijo en la película, el actor Jessie T. Usher, que junto a Liam Hemsworth y Maika Monroe, forman la nueva generación de esta segunda parte. Jeff Goldblum, Bill Pullman y Judd Hirsch repiten sus personajes, aparte de la sorpresa de volver a ver a Brent Spiner como el doctor Okun.
Charlotte Gainsbourg se estrena en la saga con un personaje que, lamentablemente, poco aporta. En ese sentido, el general africano, pese a lo ridículo que pueda parecer al principio, aporta más chicha a la trama, y más momentos para el recuerdo.


La trama creo que es fácil de adivinar... Los aliens vuelven para acabar lo que empezaron. Pero en este caso, la tierra ha evolucionado (un tanto de forma increíble para tan sólo veinte años...) aprovechando la tecnología de los aliens. Quizás esta sea una de las mayores diferencias y pérdidas de encanto que se encuentan en el contraste entre un Independence Day y el otro. La primera se encontraba más en el enclave de futuro postapocalíptico, cine del fin del mundo (muy marca de la casa de Emmerich) y, en cambio, esta segunda apuesta más fuerte por la ciencia ficción pura y dura. Pese a que la Tierra sigue siendo el terreno principal de desarrollo, cintas como Star Wars o Star Trek se vienen en más de una ocasión a la cabeza durante el visionado, y el desarrollo de los efectos especiales hacen que se les quiera sacar más partido en este sentido. Desde luego, la película apuesta por la evasión y el entretenimiento puro y duro, como ya pasó con la anterior.

El fuerte de Emmerich nunca ha sido el desarrollo de personajes y su elaboración, pese a que intenta darles cierto trasfondo (de ahí que los inicios se alarguen en exceso hasta que llega la acción), estos, en el mejor de los casos resultan pobres y tópicos, en el peor, irrisorios y caricaturescos. El caso es que estos, sus chascarrillos de frases lapidarias y conciencia de no jugar a ser lo que no es (frases como “les encantan los monumentos”, haciendo alusión a que éstos siempre van masacrando arquitectura emblemática o "¿cómo nos perdimos esto?" refiriéndose al hecho de no haber localizado antes una nave de un tamaño espectacular, que llega sin previo aviso, dejan claro que Emmerich solo quiere disfrutar y que disfrute el espectador con su espectáculo, riéndose si hace falta de sí mismo) hacen un producto disfrutable siempre y cuando estés dispuesto a jugar a su juego. No queremos obviar ciertas escenas antológicamente absurdas, como que se enfrasquen algunos personajes de repente en una nave rumbo al espacio como quien no quiere la cosa. Pero, estos detalles, por raro que parezca, son los que los fans de Emmerich más disfrutarán sin duda. El placer de lo absurdo. También tenemos el lado naif del director, queriendo representar a varias culturas entre sus personajes, aludiendo a la paz universal (a raiz de los hechos acontecidos en la primera película), pero el americacentrismo nunca deja de estar. Curioso. Al menos hay un intento, supongo que mejor que nada.


Otro de esos momentos naif que pueden chocar es el caso de los huevos del señor Emmerich (director abiertamente gay) de incluir una pareja homosexual en un blockbuster. Todos sabemos que, por industria, el cine de acción y ciencia ficción de gran presupuesto tiene un público muy varonil donde fluye la testosterona (el típico personaje de mujer florero buenorra así lo confirma). El problema es que el director lo ha querido hacer tan sutil, que su fuerza se diluye y ese alegato en la escena señalada (que no entro en detalles para no reventar tramos importantes de la película) chirría a nivel narrativo.  Ya hemos dicho que la elaboración de personajes no es su fuerte, desde luego, pero tener a Emmerich como un director reivindicativo en la sombra...quien nos lo iba a decir.

Bien por nostalgia, bien por peor dosificación de la acción y por el menor carisma de sus figuras juveniles (la dupla Goldblum-Smith de hace veinte años no se supera); este ID2 tiene menos fuerza, pero la justa para hacer gozar a quienes, cocientes de que Independence Day (pese a sus defectos,) tiene ese no se qué que la hace tremendamente disfrutable, se dejarán llevar al cine para continuar su aventura. Y ojito que, aunque no pudo ser esa doble secuela que pretendía el director de Independence Day Forever Part 1 y 2, tampoco ha renunciado a dejar abierto de par en par la opción a una secuela intergaláctica que, en manos de Roland, promete seguir dando momentazos. Y, desde luego, vuelve el rey del cine de destrucción.

5/10

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