Título original:
The legend of Barney Thomson
Año:
2015
Fecha de estreno:
17 de Junio de 2016
Duración:
90 min
País:
Reino Unido
Director:
Robert Carlyle
Reparto:
Robert Carlyle, Emma Thompson, Ray Winstone, James Cosmo, Ashley Jensen, Samuel Robertson, Martin Compston, Tom Courtenay, Brian Pettifer, Kevin Guthrie
Distribuidora:
Selecta Visión
Robert Carlyle, quien en
los noventa parecía que sería uno de los actores que se iba a comer
el mundo con películas como Riff-Raff, Trainspotting o
Full Monty; al final quedó más en eterna promesa, un tanto
encasillado y con poca proyección más allá del Reino Unido (tuvo
que conformarse con ser el malo de Bond en El mundo nunca es
suficiente...). Pero es un actor que, aunque en la sombra, nunca ha
dejado de rodar, y ahora ha dicho que ya era hora de ponerse también
tras las cámaras. Para ello, ha cogido “The long midnight of
Barney Thomson”, la primera de una serie de novelas de humor negro
de Douglas Lindsay y ha realizado una adaptación, donde él mismo
interpreta al protagonista.
Con un marcado acento
escocés, La leyenda de Barney Thomson sigue la anodina vida
de un barbero que está a punto de ser despedido pero, un incidente
fortuito hace que mate accidentalmente al hijo de su jefe (compañero
de trabajo), lo que lo pondrá tras la pista de la policía, que lo
asociarán al famoso asesino en serie psicópata que está
desmembrando y creando el caos en Glasgow.
A este primer ejercicio
como director de Carlyle le falta gancho para marcar verdadera
tendencia, pero como comedia negra de toque british consigue
hacernos pasar un buen rato. Los esperpénticos personajes que
pueblan la cinta, en especial una Emma Thompson de nuevo
irreconocible por el maquillaje pero espléndida como siempre, son
los encargados de buena parte del humor y de levantar una película
correcta, que no se atreve a ser del todo irreverente.
La trama del asesino en
serie queda prácticamente casi todo el rato en un segundo aspecto,
solo volviendo a ella cuando la trama principal parece hacerse
estancado. De hecho, es cuando se fusionan ambas tramas cuando la
película, hasta entonces medianamente divertida y entretenida,
empieza a flaquear y a perder el rumbo. Si bien la película no
parece despegar el vuelo del todo y su personaje principal puede a
ratos hacerse cargante, lo peor de Barney Thomson es que su
resolución final no colma las expectativas, teniendo incluso una
escena (la del bosque con los policías) un tanto ridícula y
desacertada, convirtiendo a la película en un ejercicio irregular.
Tan solo los más acérrimos devotos de este humor negro y aguerridos
cinéfilos de campo que buscan películas menos conocidas que
llevarse al paladar pueden encontrar cierto placer en este flojo pero
un tanto curioso debut direccional de Carlyle. Habrá que esperar a
ver si, de nuevo con Boyle, esa esperadísima secuela de
Trainspotting devuelve al actor escocés a una segunda
juventud.
5,75/10
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