Título original:
Teenage Mutant Ninja Turtles: Out of the Shadows
Año:
2016
Fecha de estreno:
17 de Junio de 2016
Duración:
112 min
País:
Estados Unidos
Director:
Dave Green
Reparto:
Megan Fox, Will Arnett, Laura Linney, Tyler Perry, Alan Ritchson, Jeremy Howard, Pete Ploszek, Noel Fisher, Brian Tee
Distribuidora:
Paramount
La verdad es que
releyendo mi crítica sobre la película de Ninja
Turtles de 2014 veo con cierta tristeza que prácticamente
podría extrapolarse y reflejar las sensaciones que me deja, dos años
después, su secuela Ninja Turtles: Fuera de las sombras.
Aunque en esta ocasión Liebesman deja lugar a Dave Green en la
dirección, la sombra de Michael Bay, productor de nuevo, sigue
notándose demasiado en la obra, sirviendo esto como mayor reclamo
para fans o como excusa para no visionarla para detractores.
De nuevo me siento fuera
de lugar viendo estas tortugas ninja, pienso que no van dirigidas a
mí pues su humor y diseño está más enfocado al de la serie actual
de Nickelodeon (también productora de las nuevas películas) y a las
nuevas generaciones, pero por otro se busca la complicidad del
espectador de antaño, trayendo para esta secuela personajes como
Krang, Casey Jones, Bebop o Rocksteady que, si bien han ido
apareciendo en la serie actual desde la creación de la película de
2014, son personajes que cualquier seguidor de le serie de 1987
recordará con cierta nostalgia positiva. Su inclusión ayuda a
mejorar la impresión con respecto a la película anterior, pero solo
levemente, pues una vez superada la película-presentación de
personajes, tampoco era muy difícil centrar la historia en mejorar
la acción. Al menos han dado mayor protagonismo a las tortugas y ya
no parece ser April la única protagonista.
Pero de estos nuevos
personajes, Casey Jones es un tanto anecdótico (aparte de que en
nada tiene que ver con el vigilante nocturno que era su personaje
antaño), y Krang da la sensación de que, al igual que Shreeder en
la primera película, es un villano desaprovechado. Bebop y
Rocksteady cumplen visualmente lo que se espera de ellos, y vuelven a
ser el reclamo humorístico, pero caer en chistes de pedos quizás
sea hasta demasiado bobalicón, incluso para sus personajes (que ya
de por sí eran poco sesudos). Luego, la trama sigue siendo poco
sustancial, limitándose a malo que quiere dominar el mundo, héroes
tras él, pelea final y escenas relleno por medio, que curiosamente
sella un sello Michael Bay patente que da que pensar que Dave Green
ha sido más bien la mano ejecutora del productor. Todo parece un
Transformers cualesquiera reescrito para protagonizarlo las
tortugas. Es decir, las escenas de acción, climax finales y
tensiones dramáticas son clones de estas películas. Dicho esto,
pienso que los fans del director (aquí productor) quizás aprecien
(y difieran en este punto conmigo) esta película. Los que no estarán
conmigo en que la previsibilidad y el tratamiento banal de la acción
lastran la película. Se agradece que tenga ciertos toques de humor,
pero en general tiende a una epicidad y trascendencia que no le pegan
ni a la película ni a las Tortugas Ninja.
El cerebrito bobalicón y
ridiculizado, Splinter que prácticamente ni aparece (y para lo que
hace, mejor que no hubiera salido), Laura Linney se pasa a cobrar el
cheque y todo tiende a la vanaglorización de la tecnología (hasta
el bō
de Donatello se vuelve un artilugio electrónico). Las tortugas ya no
son Donatello, Leonardo, Rafael y Michelangelo, sino Donnie, Leo, Raf
y Mikey, porque todo tiene que sonar más cool y moderno. Mezclamos
añoranza con modernidad y el resultado es algo tan impersonal y
superficial que solo responde a un color: el verde. Y no por las
tortugas, sino por los billetes que se espera ganar, de nuevo, con la
franquicia. Así que, en resumen, más de lo mismo que la anterior,
pero sin presentaciones de personajes (solo una escena estúpida con
nombres y motes como “el cachas”) y recuperación de otros para,
al menos, librar en nuestra mente más sensaciones que las dos horas que
aparecen en pantalla. ¿Te gustó la primera? Adelante con ésta. Si
no... ni deberías planteártelo.
4,75/10
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