Título original:
Fasandræberne (The Absent One)
Año:
2014
Fecha de estreno:
3 de Julio de 2015
Duración:
119 min
País:
Dinamarca
Director:
Mikkel Nørgaard
Reparto:
Fares Fares, Nikolaj Lie Kaas, Danica Curcic, Pilou Asbæk, David Dencik, Sarah-Sofie Boussnina, Johanne Louise Schmidt
Distribuidora:
Vértigo
Ha pasado un mes exactamente desde que se pudo apreciar en pantalla
grande la primera parte de los andares del Departamento Q y la pareja de
detectives daneses Morck y Assad vuelven a la carga, esta vez desentrañando la
verdad tras un crimen del pasado. Todos los elementos que pudieron hacer
simpática o antipática a “Misericordia”, repiten en “Profanación”, por lo que
la cinta que nos ocupa es una de las grandes opciones de la semana para todo
aquél que disfrutó de la primera entrega.
En “Profanación” existe una contradicción que recorre la totalidad de la obra, una contradicción que posiblemente enfrente las intenciones y formas de hacer cine del director con la fidelidad a la obra original; y que afecta seriamente las posibilidades que tiene la cinta de salir de ese agujero negro que significa “ser una más”. La película ofrece en el inicio una suerte de minimalismo narrativo, donde trazos pequeños pero contundentes ayudan a dibujarnos la situación actual de los personajes y del departamento en ese pequeño lapso de tiempo entre películas. Es un recurso genial mediante el cual el director ha logrado disimular los múltiples clichés de su ahora trío protagonista (se agrega una simpatiquísima Johanne Louise Schmidt en el papel de la secretaria, Rose Knudsen); y además le permite ir directamente al grano antes de los primeros quince minutos. Pero en la medida en que la narración avanza, el minimalismo se pierde ante la necesidad de retorcer la trama a niveles ridículos muy probablemente debido al texto de la novela, donde parece que lo fundamental es la búsqueda del impacto y el efectismo. Tal es así, que las rocambolescas situaciones que provocará la resolución del misterio, poco recordará al sobrio planteo inicial. Es en el seno de esta contradicción en donde podemos encontrar dos partes claramente difereciadas en esta cinta: la que parte que ha buscado ser diferente y aquella que acaba cayendo en todas las convenciones dramáticas posibles.
Más allá del opaco resultado, del cansancio que produce notar paso a
paso que hay por lo menos media hora que sobra en el metraje (más por lo que el guión cree ser capaz de contar que porque haya un flojo montaje); los méritos técnicos del film son innegables y destacables.
El oscuro mundo en el que se mueven los personajes está bien acompañado por la lograda
fotografía y por el magistral estado de gracia de alguno de sus intérpretes,
entre los que cabe destacar el villano de Pilou Asbaek y las versiones joven y
adulta de Kimmie Lassen, acierto de cast en toda regla. También hace acto de
presencia una de las características más elogiables de “Misericordia” y de la
cual parece que la saga busca hacer su seña de identidad: un particular uso del
flashback que permite al espectador ir adelantando acontecimientos incluso
antes de que estos tomen verdadero protagonismo en la investigación, esta vez
con mucho más peso, pues la naturaleza del crimen obliga a un continuo juego
pasado/presente.
Para los fieles seguidores del thriller, “Profanación (Los Casos del
Departamento Q)” ofrece sin dudas una experiencia gratificante, aún cuando las
metas pretendidas por la misma apenas logren ser rozadas. Quedará esperar al
año próximo para averiguar que más verdades perversas lograrán desenterrar en
el Departamento Q, que imaginamos será igual de eficiente aunque ya no esté Mikkel
Nørgaard tras la cámara.
5/10
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