Mahi va gorbeh (Fish & Cat)
Año:
2013
Atlántida Film Fest:
Sección oficial
Duración:
134 min
País:
Irán
Director:
Shahram Mokri
Reparto:
Abed Abest, Mona Ahmadi, Ainaz Azarhoush, Nazanin Babaei, Mohammad Berahmani, Siavash Cheraghipoor, Saeed Ebrahimifar, Alireza Esapoor, Neda Jebraeili, Shadi Karamroudi, Babak Karimi, Mohammad Reza Maleki, Faraz Modiri
El
director Shahram Mokri presenta una propuesta interesante para su
segunda película: basándose en una historia real sobre un
restaurante que a principios de los 90 se descubrió que servía
carne humana en sus menús. Mokri utiliza este hecho para relatarnos
la historia de un grupo de estudiantes universitarios que acampa
cerca de un lago (a las cercanías del restaurante) para una
competición de cometas. Además, se propone el reto de grabar la
película (unos 140 min) en un único plano secuencia real, jugando
además con flashbacks y diferentes puntos de vista de los distintos
universitarios. Ante propuestas tan arriesgadas, el espectador puede
decantarse ante la alabanza o echarse las manos a la cabeza. Los
contrastes y extremos están a la orden del día en experimentos de
este calibre. A mí me ha tocado sentarme con los del segundo grupo,
por desgracia.
Lo
primero que me chirría es, indudablemente, la elección de filmar en
un sólo plano secuencia. ¿A qué responde esta decisión?
¿Meramente estética? Porque a mi parecer no favorece en absoluto al
relato, es más, hace más confuso el espacio-tiempo del guión,
alarga la película estirando planos que se cortarían en montaje con
otro plan de rodaje y, a la larga, acaba pesando y haciendo aburrido
el relato. Tampoco me convence el uso de la voz en off (no le queda
otro remedio tras optar por el plano secuencia) y la música, que a
veces intenta inquietar, otras enfatizar emociones, pero ninguna
consigue plenamente el objetivo.
Esta
fusión cutre y poco habilidosa de estilos entre Linklater y
Carpenter hace aguas, pues no hace atractivos sus personajes (de
hecho, son bastante anticarismáticos), enmaraña y despista al
espectador, pero en cambio pretende que te preocupes por sus
divagaciones y pasados, todo a base de monólogos voz en off que
ponen a prueba tu paciencia. Y creo que no hay nada más patético
que buscar un clima malsano mezlcado con estética indie y no
funcionar en ninguno de los dos. Es el problema de enfocar tu
dirección más en el impacto y los formalismos que por la trama, que
si ésta no resulta, estás vendido.
Y
es que cuando ya pensaba que había tocado fondo en el Atlántida con
Violet,
aparece Mokri para superar todas las pretensiones.
Bien
es cierto que lo más interesante se lo guarda para el final, pero
tras dos horas y quince minutos, quizás llega con bastante retraso
como para recuperar el tiempo perdido. Luego, aparte, podríamos
discutir bastante que en algunos sitios se la catalogue como un
“slasher”... Me da que quienes lo usan poco o nada saben de este
subgénero de terror. Yo lo único que puedo entender de por qué la
catalogar como un slasher es porque, como espectador, según es la
peli te van entrando cada vez más ganas de acuchillar a sus
personajes. Una base tan, a priori, interesante como resultado
fallido y enésima muestra de que la pedantería no tiene límites.
2/10
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