viernes, 21 de febrero de 2014

Philomena. Una lección de humildad.

Título original:
Philomena
Año:
2013
Fecha de estreno:
28 de Febrero de 2014
Duración:
98 min
País:
Reino Unido / Estados Unidos / Francia
Director:
Stephen Frears
Reparto:
Steve Coogan, Judi Dench, Anna Maxwell Martin, Sophie Kennedy Clark
Distribuidora:
Vértigo Films


En su Reino Unido natal, Steve Coogan está catalogado como un actor cómico. Parte de la culpa la tiene su personaje Alan Partridge, un delirante reportero a quien lleva encarnando más de veinte años. Pero, aunque en la comedia se desenvuelva como pez en el agua, Coogan pretende quitarse el estigma de actor cómico con películas de corte dramático como Philomena, eso sí, sin perder nunca ese toque de sarcasmo tan característico de sus personajes. Con Philomena, Coogan se enfrasca en su proyecto más personal y ambicioso pues la co-produce, co-guioniza y protagoniza. Además, ¿quién mejor que el propio Coogan para probarse su eficiencia como actor dramático?

En 2009, al polifacético británico, se le ocurrió la idea de llevar a la gran pantalla la historia de Philomena Lee cuando leyó el artículo del diario The Guardian sobre el caso de dicha mujer. Después, contactó con el periodista Martin Sixsmith, quien noveló el tema en el libro The lost child of Philomena Lee, el cual es cogido como base para la película. Coogan estaba, en realidad, interesado en centrarse en la relación de la anciana Philomena y el periodista, en su odisea conjunta por descubrir la verdad.


La película parte de la confesión a su hija de un secreto que Philomena Lee ha mantenido oculto durante cincuenta años: tiene un hijo llamado Anthony. Cuando era adolescente se quedó embarazada y su familia, avergonzada por ello, la envió con las monjas. Cuando el niño tenía tres años, las monjas lo vendieron a una familia americana. Desde entonces, Philomena, embargada por la culpa de su pecado sexual, mantuvo la pérdida de su hijo en secreto, en quien ha pensado día a día durante tantos años. Pero el cruel castigo del paso del tiempo y el desconocimiento sobre el bienestar de Anthony, le llevan a querer saber de él y romper su silencio. La hija se pone en contacto con Martin Sixmith, un periodista político en paro, venido a menos a causa de un escándalo, quien anda tras una buena historia para recuperar su carrera. Ambos comenzarán una búsqueda por saber qué paso con el hijo perdido de Philomena Lee y, por el camino, aprenderán -sobre todo el cínico periodista- mucho el uno del otro.

Philomena está siendo la revelación de la temporada de premios. De tapadillo, se ha colado entre las nominadas al Óscar a mejor película, a mejor actriz principal, mejor BSO y mejor guión adaptado. No nos sorprenden ninguna de las nominaciones pues esas categorías son las platos fuertes de la película. Por un lado, el guión modela una mixtura equilibrada de géneros que despierta ternura, tristeza y simpatía a partes iguales. Coogan, en colaboración con Jeff Pope, logra crear una película sincera, que elude el maniqueísmo sentimental usando la comedia para tratar el amargo tema del tráfico de niños de forma más dulce. 
 

Por otro lado, tenemos a los dos intérpretes principales en unos roles inmensos. Judi Dench es la perfecta Philomena. Sus ojos, su tono de voz y sus gestos transmiten la inocencia e ingenuidad de la verdadera Philomena Lee, quien quedó encantada con el retrato que hace de ella la veterana actriz. Una mujer irlandesa católica, del montón, apasionada de las novelas románticas y las películas tontas, humilde, agradecida; un carácter muy distinto a su compañero de viaje, el cínico, culto y ateo Sixsmith, personaje con el cual Coogan demuestra su capacidad para el drama. El personaje del periodista se muestra reacio a realizar una historia de interés humano, como la de Philomena, pues considera este tipo de periodismo el cáncer de la profesión por esa manera carroñera de explotar las miserias de las personas. Sin embargo, en su viaje con la anciana comprenderá que algunas historias deben ser contadas y, sobre todo, aprenderá mucho a nivel personal del sencillo carácter de ella.

Gracias al drama de Philomena, ha salido a la luz el escándalo de la Iglesia católica irlandesa y el robo de niños para ser vendidos a los Estados Unidos. Pero la película no pretende ser una crítica como tal a la Iglesia, sino una reflexión sobre los controvertidos sucesos de hace medio siglo, cuando tantas mujeres fueron cruelmente separadas de sus hijos. Por encima de todos los temas tratados, Philomena es una sensible -que no sensiblera- historia que nos enseña una lección muy importante sobre el perdón y la humildad, sobre el triunfo de la bondad sobre el mal.

7/10

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