sábado, 15 de febrero de 2014

Monuments men. Salvar al soldado Rembrandt.

Título original:
The Monuments Men
Año:
2014
Fecha de estreno:
21 de Febrero de 2014
Duración:
118 min
País:
Estados Unidos / Alemania
Director:
George Clooney
Reparto:
George Clooney, Matt Damon, Bill Murray, John Goodman, Cate Blanchett, Bob Balaban, Jean Dujardin, Hugh Bonneville
Distribuidora:
Hispano Foxfilm


Dentro del género de las películas bélicas, podríamos diferenciar las que tratan el asunto de forma más dramática, el drama de la guerra, la peli bélica por decreto, con explosiones, balas silbando y soldados manchados de barro, o las que se toman la licencia de presentar más desenfadadamente el asunto, permitiéndose un toque cómico. De este segundo tipo hay buenos exponenciales, desde La gran evasión, Los violentos de Kelly, ¿Qué hiciste en la guerra, papi? o Traidor en el infierno.
Sin ser realmente una película bélica, Monuments men aspira y rememora en cierto aspecto este espíritu más desdramatizado y evasivo de la II Guerra Mundial.

Basada en una historia real, por increíble que pueda parecer, recogida en el libro de Robert Edsel de igual nombre que la película, nos cuenta el azaroso y valiente proyecto que emprenden un grupo de historiadores, expertos de arte y directores de museos para recuperar las obras que los nazis han robado durante la guerra, para devolvérselas a sus legítimos propietarios y así preservar la cultura y la historia de la humanidad. Además, su misión será contrarreloj, pues se encuentran al final de la guerra y el Decreto de Nerón firmado por el propio Hitler manifiesta que si Alemania pierde, se destruyan todos los puentes, ferrocarriles... y el arte expoliado, por supuesto. Y es que Adolf Hitler tenía sueños frustrados de artista, y tras haber sido rechazado dos veces por la prestigiosa Escuela de Bellas Artes de Viena. Así que tenía un proyecto para convertir en superciudad Linz, su ciudad de adopción. Y el epicentro de dicho proyecto sería el “Führermuseum” (El museo del Führer), donde pensaba albergar todas las obras de arte más importantes del mundo y que él considerase dignas de dicho museo. Así que robó la friolera de 5 millones de tesoros culturales por toda Europa, entre ellas grandes obras de maestros como Miguel Ángel, Da Vinci, Rembrandt, Van Eyck o Vermeer. Así que, autorizados por Roosevelt y Eisenhower, nuestros valerosos amantes del arte, pero poco actos como soldados (y ya no siendo unos jovencitos, precisamente...) emprendieron rumbo a Alemania para recuperar todo cuanto fuera posible, arriesgando sus vidas por aquello que más apreciaban y consideraban más importante: la supremacía del arte y la cultura.


A George Clooney le gustaba la idea de hacer una película con la vertiente bélica de fondo, y cambiar de registro para variar, y, además, siempre ha demostrado tener un buen sentido del humor. Por ello no es de extrañar que la película funcione mejor más en sus toques cómicos que dramáticos, y, por fortuna, predomina más lo primero que lo segundo. Quizás lo ideal hubiera sido centrarse más en este género y enfocarla más hacia el humor, para acercarla más aún a ese cine bélico de los 60/70 desdramatizado del que hablaba al principio.
Un grupo de “reclutas” entrado en años entrañable y simpático que, sin destacar demasiado, se sirve sin mucho esfuerzo para caer en gracia.

El punto de partida de la historia es interesante, pero, sin tampoco pretender una película de gran trascendencia, a Clooney le ha faltado chispa y cierto cinismo, sobre todo para ese tipo de público que siempre está al acecho con aquello de que los americanos siempre quedan como los bienhechores del mundo. A lo mejor con un simple guiño del tipo “devolvieron el arte a sus legítimos dueños, pero el oro que encontraron... es otro asunto” hubiera sido suficiente. Aun con ello, y aceptando que no hablamos de una película de “sentar cátedra” de las que nos ha acostumbrado el bueno de Clooney, estamos ante un divertimento ameno y desenfadado que cumple decentemente. En la Berlinale se echaron las manos a la cabeza en su visionado, pero a veces nos olvidamos que no todo el cine debe ser, por paradójico que sea con el tema de la película, una obra de arte, y que es tan respetable este tipo de cinta “menores” que nos hacen pasar buenos ratos desacomplejados y, a la par, rescatan un tema interesante como el de estos señores que rescataron el arte, perdonen el juego de palabras, por amor al arte.


Además, para los amantes del arte en general, encontrarán ese toque extra reconociendo esculturas y pintura de gran importancia, lo cual siempre es un añadido interesante.
Personalmente, ver a Clooney, Murray, Goodman, Damon, Dujardin, Balaban y Bonneville “disfrazados” de soldaditos, en un campo de batalla que no es el suyo, al ritmo de la pegadiza musiquilla de Alexandre Desplat me es suficiente para salir contento. Si, además, añadimos aunque quede algo encorsetado, un alegato en pro del arte y la cultura como legado de la humanidad, pues mejor que mejor.
No busquen otro Los idus de marzo o Buenas noches, y buena suerte y disfruten de lo que nos ofrece, un rememorativo ejercicio del cine bélico de los 60/70 entretenido y simpático con un reparto envidiable.

6,5/10

1 comentario:

  1. Dato curioso: Alexandre Desplat actua en la pelicula, en un papel que Clooney escribio para el.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...