domingo, 16 de febrero de 2014

Byzantium. Lirismo vampírico.


Título original:
Byzantium
Año:
2012
Fecha de estreno:
21 de marzo de 2014
Duración:
118 min
País:
Reino Unido
Director:
Neil Jordan
Reparto:
Saoirse Ronan, Gemma Arterton, Sam Riley, Jonny Lee Miller, Caleb Landry Jones, Thure Lindhardt, Uri Gavriel
Distribuidora:
A Contracorriente


Neil Jordan retoma el género fantástico tras muchos años ausente de él, a pesar de haber cosechado grandes éxitos. En compañía de lobos escondía un macabro cuento de hadas lleno de metáforas, de lecturas ocultas y adornado con un clima lúgubre y onírico. La trabajada estética también era esencial en la romántica visión del mito del vampirismo de Entrevista con el vampiro. Y, como si fuera una extensión formal de ambas, Byzantium se recrea en el esteticismo y en la poesía al servicio de una narrativa dual, que mezcla pasado con presente. Los vicios de Jordan en el cine fantástico pasan por recrear atmósferas góticas y terroríficas, con tintes románticos, destacando casi siempre por una espectacular fotografía. Con Byzantium, su segunda incursión en el subgénero vampírico, esa pasión por lo estético (también presente en otras películas muy dispares a éstas como Desayuno en Plutón) alcanza la cumbre, creando algunas imágenes de alto impacto visual que permanecerán en la retina del espectador durante mucho tiempo. 

La película comienza con Eleanor (Saoirse Ronan) lanzando al viento su historia manuscrita. Tiene la necesidad de contarla aunque no pueda ser contada jamás. Por ello, tras escribirla, la lanza para que las palabras se pierdan eternamente en el aire o en el mar. Su joven y protectora madre Clara (Gemma Arterton) trabaja como prostituta para salir adelante. Un día, un extraño hombre acude al local de alterne y acaba ferozmente asesinado. Madre e hija se verán obligadas a huir a un pequeño pueblo costero, como llevan haciendo durante los últimos doscientos años. ¿Por qué huyen? ¿Qué secreto esconden? ¿Por qué a Eleanor le resulta tan doloroso ocultarlo? En el nuevo pueblo, Clara convencerá a un hombre local para que les deje vivir en el destartalado hotel Byzantium y reinventarlo como casa de prostitución. Al mismo tiempo, Eleanor se enfrentará a conflictos internos cuando se enamore de Frank (Caleb Landry Jones), un joven enfermo de leucemía.


Con una violenta decapitación mostrada con detalle y litros de sangre, comienza la verdadera historia de Byzantium. Contada a dos tiempos, alterna el presente de estas dos misteriosas mujeres con la historia de sus turbios orígenes, narrada a modo de flashbacks introducidos gracias a que Eleanor siente la necesidad de no esconder su intrigante secreto. Son vampiros, vampiros modernos -de hecho, no se les nombra así; en la película las criaturas reciben el nombre de soucriant. La guionista Moira Buffini reinventa alguna de las características míticas de los chupasangres para hacer una revisión moderna de sus reglas: Pueden salir a la luz del sol; en vez de colmillos, usan una uña pulgar retráctil para matar... Eso sí, mantiene otros tópicos, como el de que tienen que ser invitados para poder pasar a tu casa.

Las dos mujeres son fugitivas de una hermandad de vampiros masculinos que no permiten a las mujeres vampiro “crear”. De manera constante, se palpa en el ambiente el peligro a que sean encontradas. Gracias a un guión que desgrana muy lentamente las piezas del puzzle, conocemos los porqués de la vida que llevan. Eleanor está cansada de su modo de vida monstruoso. Más de 200 años matando a gente para alimentarse aunque los métodos morales de la hija -sólo mata a ancianos con el consentimiento de éstos, pues ya están preparados para partir- contrasta con la crueldad de la madre. Todos estos motivos crean dilemas en Eleanor que se acrecentan cuando se enamora de Frank. La escena en que el chico sufre un accidente y sangra abundantemente, muestra a una joven vampira llena de contrastes y confundida ante la situación.


Y esa confusión la transmite con fuerza Saoirse Ronan en un papel, rígido, contenido y lleno de matices, de vampiresa con sentimientos y sufridora que carga con la maldición de la vida eterna. El papel de su enamorado recae en Caleb Landry Jones, que tras su portentosa interpretación en Antiviral, vuelve a clavar el rol de un enfermo. Mención aparte para Gemma Arterton quien realiza la mejor actuación de su carrera hasta la fecha, como madre sobreprotectora y desquiciada, destacando también la explosión de sensualidad con la que dota a su personaje. Sam Riley y Jonny Lee Miller son otros de los secundarios con papeles clave; uno como un enigmático perseguidor y el otro como un sádico asqueroso.

Byzantium supone un soplo de aire fresco en el alicaído género vampírico tan edulcorado de los últimos años. Un gótico cuento de hadas, aleación de terror y romance, repleto de sombras oscuras donde las relaciones materno-filiales o el amor en muchos niveles son el telón de fondo para una revisión romántica del vampirismo. El ritmo contemplativo, sólo interrumpido en un tramo final algo más frenético, es obligatorio para saborear el lirismo y la belleza de unas imágenes inolvidables, como la de esa cascada de sangre.

8/10

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