martes, 4 de febrero de 2014

Pussy Riot: Una plegaria punk. Y el mundo les escuchó.



Título original:
Pokazatelnyy protsess: Istoriya Pussy Riot (Pussy Riot: A Punk Prayer)
Año:
2012
Duración:
88 min
País:
Rusia / Reino Unido
Director:
Mike Lerner, Maxim Pozdorovkin
Reparto:
Mariya Alyokhina, Ekaterina Samutsevich, Nadezhda Tolokonnikova, Documental
Distribuidora:
Karma Films



El 21 de febrero de 2012, cinco chicas, integrantes del colectivo punk feminista Pussy Riot, se colaron en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú y cantaron una plegaria en contra del régimen de Vladimir Putin. Apenas pudieron tocar unos 40 segundos antes de ser detenidas, pero por ellos fueron encarceladas tres de ellas, acusadas de incitar al odio religioso.

La canción que cantaban, decía lo siguiente:

Virgen María, Madre de Dios, ¡Libéranos de Putin!
¡Libéranos de Putin!, ¡Libéranos de Putin!

Negra sotana, hombreras doradas
Todos los feligreses se arrastran para hacer reverencias
El fantasma de la libertad está en el cielo
El orgullo gay se envía encadenado a Siberia
El líder del KGB, vuestra más alta Santidad
Envía y escolta a los manifestantes a prisión.
Para no ofender a Su Santidad
Las mujeres deben parir y amar

¡Mierda, mierda, la mierda de Dios!
¡Mierda, mierda, la mierda de Dios!

Virgen María, Madre de Dios, ¡hazte feminista!
¡Hazte feminista! , ¡Hazte feminista!

Alabanza de la Iglesia a dictadores podridos
El vía-crucis de limusinas negras.
Un profesor-predicador te recibe en la escuela.
¡Ve a clase, llévale dinero!
El patriarca Gundyaev cree en Putin
Mejor debería, perro, creer en Dios
El cinturón de la virgen no impide las manifestaciones
¡La virgen María está con nosotros en las protestas!

Virgen María, Madre de Dios, ¡Libéranos de Putin!
¡Libéranos de Putin!, ¡Libéranos de Putin!



Al documental de Mike Lerner y Maxim Pozdorovkin seguramente se le pueda achacar poca profundidad al tema o visión sesgada, pero hay que reconocer que la información de primera mano que aporta sobre el tema es sumamente interesante. Quizás nos llegue un poco tarde en el tiempo... o no. Tras la liberación de Nadezhda Tolokonnikova, la última de las tres, el 22 de diciembre por una amnistía general, tanto ella como Mariya Alyokhina dejaron clara su postura de crear una fundación para defender los derechos de los presos rusos. La verdad es que, aunque de loable mensaje, su música distaba bastante de ser merecedora de elogios, a pesar de la fama que ha adquirido el grupo tras todo el revuelo. Su guerra no cesa, por tanto, el mensaje de la película sigue vigente.

Indudablemente, como la misma Nadezhda ha reconocido una vez ha salido de prisión, su miniactuación en la Catedral fue un “error ético”, pero eso no justifica la dura condena impuesta ni el injusto proceso judicial donde apenas tuvieron tiempo ni medios para preparar su defensa. Fue más un juicio-espectáculo que otra cosa.
El documental se preocupa de dar voz y voto a las tres condenadas, nos deja ver sus rostros tras los pasamontañas de colores, les da un pasado y nos cuenta sus motivos por los que forman parte de este grupo artístico (como ellas dicen) que pretende hacer reflexionar al pueblo ruso.
Y parece que en parte lo han conseguido, desde un gran sector de su país a movimientos de otros países y artistas reconocidos como Paul McCartney, U2, Bruce Springsteen, Red Hot Chili Peppers o Madonna, que incluso contará con Nadezhda y Mariya para un concierto de Amnistía Internacional previsto para mañana, día cinco de febrero.


Como documental informativo, más allá de una vertiente estética o artística, tiene su importancia, y aunque hubiéramos deseado mayor indagación sobre su estancia en la cárcel, sus quejas por el trato en ellas y su huelga de hambre, o los detenidos por las manifestaciones contra la sentencia (entre los que se encuentra el reputado ajedrecista Kaspárov) que hubiera dado mayor luz al documental, la grabación en vivo tanto del acto en la catedral como el proceso judicial posterior, la visión de que este hecho iba a desencadenar tanto fanatismo y seguidores de todo el mundo, tiene su valor.
Y es que, pese a los discutibles medios empleados, su proclama a favor de un papel más activo de la mujer en la sociedad rusa y contra la política autoritaria de Putin, merecen ser reivindicados.
Tres muchachas que mantienen su serenidad bajo esa jaula donde las mantienen mientras les leen los cargos y que les informan del reconocimiento que les ha hecho Madonna en un concierto y apenas parece afectarlas. Hay que tener la mente más amueblada de lo que puede parecer cuando las ves montando jaleo con sus pasamontañas.

Y es que se dicen que lo importante es el mensaje, más que el medio empleado, y si bien los medios de Pussy Riot respondían más a una provocación política y llamar la atención más que a malicia (de hecho, aunque las acurasan de incitación al odio religioso, en más de una ocasión es las ve en la película pedir perdón sin han ofendido en este sentido, ya que no era su intención, sino una crítica al sistema político), el documental tiene quizás esos mismos defectos, pero igualmente sus virtudes.
Y de la visión y la implicación del espectador dependerá de su ganan sus virtudes o defectos.
Mi visión creo que queda reflejada en la nota final.

7/10

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