Título original:
Robocop
Año:
2014
Fecha de estreno:
14 de Febrero de 2014
Duración:
118 min
País:
Estados Unidos
Director:
José Padilha
Reparto:
Joel Kinnaman, Gary Oldman, Michael Keaton, Abbie Cornish, Samuel L. Jackson, Jackie Earle Haley, Jay Baruchel
Distribuidora:
Sony
Antes
de nada, habría que dejar claro un concepto: este remake de Robocop
poco se parece a su antecesora. Salvo la idea básica del policía
mitad humano mitad robot, corporación robótico-armamentística y
dos ideas superfluas más, la historia va por otros derroteros y con
un tono distinto a la de Verhoeven.
La
nueva película de Sony Pictures es casi más mecánica que el
Robocop que se gastan. Un “remachine” (remake-machine)
elaborado prácticamente como el Robocop de la película:
desde marketing por y para vender cuanto más mejor, quitando casi
cualquier atisbo de humanidad del proyecto.
En
ésta, nos situamos en el año 2028, donde OmniCorp, multinacional
empresa líder en la tecnología robótica, quiere expandir su
negocio dentro de Estados Unidos. Sus robots han ganado guerras en
muchos países pero a causa de la Ley Dreyffus, no pueden situar sus
drones en territorio americano. Por ello, lanzan una campaña de
marketing humanizando su producto, ideando un humano dentro de un
robot, que convenza a la gente y ayude a desaprobar dicha ley. Así
que cuando el agente Murphy resulta gravemente herido en un atentado,
verán la oportunidad ideal para llevar a cabo dicho experimento.
Lo
ideal sería tener la película de 1987 cuando menos en la mente
mejor, para desvincularnos por completo, aunque a veces se haga
difícil no comparar. Vale que a la película de Verhoeven se le
notan los años, sobre todo cuando se pone en marcha el ED-209, pero
sus ideas y cinismo la siguen haciendo una película muy interesante,
y el diseño de Robocop retro le da cierta nostalgia, además.
Aquí
hasta nos enfundan un diseño molón en negro, más renovado, que
acaba pareciendo de todo menos Robocop, pero esto ya son
gustos personales.
En
general, al proyecto le falta ese cinisco, esa fuerza y violencia sin
cuartel que se marcaba la original, sin tapujos a la hora de mostrar
imágenes truculentas. Un mundo hostil en el que se venía la cierta
necesidad de dicha tecnología, aunque se preste al debate
tecnológico de turno, con esos anuncios made in Verhoeven (como más
adelante seguiría demostrando en la infravalorada Starship
Troopers).
Aquí
ese papel le toca a Samuel L. Jackson, quien siempre tiene
gancho, pero a pesar de tener su gracia, no se notan del todo cómodos
en la narrativa de la película, deberían haberse introducido con
más tino.
Pese
a esto, son esto junto a Gary Oldman lo mejor de una cinta bastante
acomodada, que en muchas ocasiones parece vendernos más un
videojuego que una película, sobre todo en las partes de acción.
Es
lo que tienen estos remakes de cara a la galería. Y da igual que se
contrate a un prometedor realizador como José Padilha, hacedor de
esos grandes thrillers brasileños que son Tropa de élite y
Tropa de élite 2, porque, como él mismo confesó a su amigo
Meirelles, fue un proyecto frustrante en el aspecto de que cada diez
ideas que aportaba, nueve le eran rechazadas, catalogándolo como "la
peor experiencia de su vida". Que luego haya tenido que cerrar
la boca y decir “sí bwana, todo genial” a la prensa para vender
el proyecto como manda el contrato es otro asunto. Por si esto no
fuera ya duro de llevar, además, al duplicarse el presupuesto de 60
a 120 millones, el estudio decidió rebajar el target de la
película a -12 años, lo que supone mermar violencia e impacto tanto
visual como moral de la película. Y es una pena, porque era un
director con ganas de hacer un proyecto serio y comprometido, que
podría haber dado una película entretenida a la par que interesante
en los aspectos morales que intenta profundizar, y que ahora han
quedado como meros apuntes a pie de página.
La
trama final es un tanto endeble, venganza sin furia, amor sin pasión,
tecnología sin fuerza, película sin alma.
No
hay que alarmarse, es todo lo que se esperaba de un remake de estas
características. Una película ruidosa, mucho CGI y poca sesera,
medianamente entretenida (quizás un poco menos de lo que cupiese
esperar, la primera parte se antoja innecesariamente larga...) pero
levantado hasta el mínimo exigible por las estrellas de turno, como
viene siendo lo habitual.
Una
película de hojalata destinada a llenar los bolsillos de los
productores y pasar sin pena ni gloria en la historia del cine. Y lo
que duele más no es la floja película en sí, sino el pensar qué
pudo ser si le hubieran dado libertad a Padilha de hacer la película
a su antojo, la película que nos hemos perdido.
5/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario