lunes, 24 de febrero de 2014

¿Qué nos queda?. Mirarse al espejo.

Título original:
Was Bleibt
Año:
2012
Fecha de estreno:
28 de Febrero de 2014
Duración:
88 min
País:
Alemania
Director:
Hans-Christian Schmid
Reparto:
Lars Eidinger, Corinna Harfouch, Sebastian Zimmler, Ernst Stötzner, Picco von Groote, Egon Merten, Birge Schade
Distribuidora:
Abordar Casa de Películas


Los Heidtmann son una aparente familia de bien. De clase media, sus dos hijos están independizados y con trabajos propios. Mientras que el mayor acaba de editar un libro, el pequeño posee su propia consulta de dentista. El padre acaba de vender su editorial y planea viajar a Jordania para presentar su último libro. La madre, enferma desde hace treinta años, reúne a toda su familia durante un fin de semana para comunicarles que ha dejado la medicación para tratar su depresión. La reacción de la familia no es la esperada por ella y su revelación desempolvará una serie de secretos que resquebrajarán la frágil estructura familiar en el drama alemán ¿Qué nos queda?. 

Antes de que la madre suelte el bombazo sobre su enfermedad, el espectador, al contrario que los progenitores, ya conoce la situación personal de los hijos. El mayor se encuentra a las puertas del divorcio y el pequeño tiene problemas financieros por la insolvencia de su empresa. Los problemas personales de ambos explicarán, en cierta manera, la desfavorable reacción ante el anuncio de la madre, que actuará como detonante de una crisis latente. Porque ninguno de los hombres de la casa parece pensar en el bienestar de la mujer quien no ha tenido brotes depresivos desde que hace dos meses dejara las pastillas. Se preocupan por ella, sí, pero siempre y cuando no les vaya a afectar indirectamente a ellos. La madre no es más que una excusa para sacar a relucir trapos sucios. 


Hans-Christian Schmid, en su tercera colaboración con el guionista Bernd Lange tras Réquiem y Storm, nos propone con ¿Qué nos queda? un juego de internamiento en una casa de una típica familia de clase media. Con un desarrollo muy pausado, nos vamos introduciendo en los porqués de la conducta de unos personajes a los que poco a poco conocemos mientras ellos se redescubren unos a otros en apenas un par de días. La trama va cogiendo interés conforme pasan los minutos, desde un inicio un tanto titubeante, hecho que hará a más de un espectador salirse del camino en la primera media hora. Y es que Schmid nos lo presenta todo muy fríamente, con rigidez, distanciamiento y escasa capacidad empática para con sus personajes. 

El problema deriva también de las actuaciones estancadas de sus protagonistas, tan fríos como la forma de retratar la historia, por lo que no terminan de transmitir la claustrofobia de mantenerse “encerrados” durante todo el fin de semana. Parecen seres inertes atrapados en un mundo carente de emoción, incapaces de expresar la complejidad de una relaciones familiares rotas. Además, la trama acaba recurriendo a algunos lugares comunes de las películas sobre familias disfuncionales, con pocos elementos diferenciadores, como por ejemplo, el secreto del padre, la incomunicación de una madre florero o las culpas entre hermanos. 


No obstante, si conseguimos escapar de la capa gélida con la cual Schmid recubre a su película, descubriremos un interés in crescendo con respecto hacia las traiciones y frustraciones de la familia y, sobre todo, hacia el personaje de la madre, que además de como punto de partida para la descomposición, se alzará como eje central de una posible unión. ¿Qué nos queda? se convierte en un film interesante que pretende hacer un recorrido psicológico por la disfuncionalidad de los Heidtmann, sin soluciones fáciles ni adornos para sus problemas, como si mirásemos desde un espejo nuestra propia realidad, la realidad de cualquier familia. 

6/10 

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