Título original:
Villa Touma
Año:
2014
Fecha de estreno:
23 de Octubre de 2015
Duración:
85 min
País:
Palestina
Director:
Suha Arraf
Reparto:
Nisreen Faour, Ula Tabari, Cherien Dabis, Maria Zreik, Nicholas Jacob, Hussein Yassin Mahajne, Evelyn Kaplun
Distribuidora:
Pirámide Films
Suha
Arraf se lanza al largometraje tras dos trabajos exitosos como
guionista en La novia siria y Los limoneros y probar
fortuna con el documental. Villa Touma supone su primera
película como directora en el que, como tantos otros compatriotas,
no escapa de la mirada a la ocupación israelí de palestina, pero
intenta darle un enfoque más íntimo, más humano, donde fuera de
héroes o villanos, hay personas desubicadas y perdidas en el tiempo.
Juliette,
Violette y Antoinette Touma son tres mujeres a las que la actual
situación política de su país les ha relegado a una
autoencarcelación entre los cuatro muros de su casa. Antiguamente
pertenecientes a la clase burguesa y destacadas en la sociedad
cristiana, tras la Guerra de los Seis Días en 1967 perdieron tanto
sus tierras como su estatus, y han sido incapaces de adaptarse a este
nuevo periodo, prefiriendo aislarse en su villa. Tras la llegada de
Badia, su joven sobrina huérfana, verán trastocada esta aparente
tranquilidad y su aislamiento.
Cada
una de los personajes femeninos tiene su marcada personalidad, y
aunque aquí se correspondan a actitudes más humanas y no todas
necesariamente adversas a Badia (la protagonista), las tres tías que
acogen a la joven me llegaron a recordar en gran parte a las
hermanastras de La cenicienta. Pero la historia realmente va
por otros derroteros, y si bien a veces parece que pasa por varios
géneros, el drama parece ser el predominante. Es interesante ver el
conflicto que supone para cada uno de los personajes la decisión de
querer casar a Badia y cómo evolucionan los acontecimientos hasta el
inevitable (y por otro lado previsible) trágico desenlace. Otro punto destacado es ese cierto anacronismo buscado cuando por fin las Touma salen de su villa y recorren las calles en busca de un marido para Badia.
Para
mi gusto peca un tanto de un final anticlimático, que remarca el
relato convencional y poco intenso, lo que hace poco eficaz el
romance de Badia y Khaled. Pero a pesar de esto, el exotismo de su
nacionalidad, los leves destellos de humor o el retrato cercano y
humanista con el que dibuja a sus personaje hacen que el visionado de
Villa Touma no sea una pérdida de tiempo.
Es
interesante ver que, tras un conflicto, más allá de héroes o
villanos, son personas los que quedan en medio. Y más allá de
soldados o familias pobres, hay también otras clases sociales que
sufren a su manera la desgracia de la guerra y la desolación del
paso del tiempo. Ver cómo intentan las Touma anclarse al pasado es
una experiencia cómico-trágica, pero ante todo muy humanista. Ese
es el gran acierto de Suha Arraf.
6/10
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