Águila Roja Capítulo 94 Recap: Sobre mi muerte

Lo digo ya: los capítulos de Águila Roja son demasiado largos. MUY LARGOS. Porque episodios de 50 minutos están genial y puedes jugar con ellos. Hora y media del tirón no hacen bien a nadie, y mucho menos a las historias de nuestros protagonistas.

Por otro lado: estaría bien que terminasen las tramas. ¿Qué ha pasado con la historia del bebé de Lucrecia con el Rey? ¿Y el ardiente deseo entre Nuño y su madrastra? ¿Me podéis explicar por qué el Monseñor terminó dentro de una pared y nunca más se supo?

Y, ahora que ya me he desahogado, puede empezar el recap del capítulo de esta semana. Tienes el anterior aquí, por si quieres refrescar la memoria. ¡Alerta spoiler!

¿Quién es Ponce Lara?

Una que se despierta con sobresalto es Lucrecia. La Marquesa despierta prácticamente con una soga al cuello. Mucho palacio pero lo que es la seguridad… poquita. Lucrecia se hace la muerta y luego contraataca, clavándole una horquilla en el ojo a su atacante. Logra escapar, pero la Marquesa ya se queda con el miedo dentro. Y sin horquilla.

Pide ayuda al Comisario, que se desentiende. Pero pronto descubrimos que han puesto precio a su cabeza (ya vimos a una mano misteriosa hacerlo). ¿Pero quién? El proveedor de tinta no vende a ningún Ponce Lara. Y al final Lucrecia se descubre, ella misma es la que publica la MarCuore. Pero Hernán sigue desentendiéndose.

Lo que es la ropa de entretiempo: corsé y capa de terciopelo.

Pero se le ocurre un plan, una solución imaginativa. El Comisario organizará una fiesta de puertas abiertas. Y alguno de los invitados será el que la quiere muerta: quien sea, lo intentará. “Se trata de mostrar el queso, para atraer a las ratas”. Y aquello se llena de chusma que, por supuesto, va a cotillear y si puede llevarse algún souvenir (léase salero, léase escobilla).

Lucrecia vislumbra a un tipo que la mira con muy mala cara (como todo el mundo, querida, acabas de referirte a tus vecinos como chusma), pero resulta ser uno de los hombres infiltrados que tiene allí el Comisario. La Marquesa termina en el agua (cosas de las fiestas), pero nadie hace nada contra ella. Eso sí, llenan de pólvora las caballerizas para atentar contra ella. Pero el tipo se escapa.

Sobre mi muerte

Estando dentro de Palacio, la Marquesa desaparece, lo que me hace sospechar que es alguien de dentro quien la quiere muerta. La encuentra Irene, en medio de un pasillo, en el suelo y herida. Cuán sospechoso, ¿no? Pues así es, sospechoso. Porque está fingiendo (otra vez). Supuestamente herida, quien quiera matarla acudirá allí. Hernán intenta impedirlo, pero “sobre mi vida mando yo, y sobre mi muerte también”.

Y justo cuando el Comisario se lleva a sus guardias de allí, aparece el asesino. O uno de ellos. ¿Por qué a que no sabéis quién es la que imprimió aquello y puso precio a su cabeza? Catalina, mi principal sospechosa (después de Irene, tengo que reconocer). Más que nada porque era la única que sabía también lo de la imprenta.

Satur aquí súper conseguido para el cómic de la serie en Instagram.

El asesino lo intenta, pero es sorprendido por Lucrecia, cuyo plan parece funcionar, si no fuese porque tiene el arma descargada. Por supuesto, el Comisario está ahí para salvarla. Otra vez. ¿Pero qué van a hacer con lo de la MarCuore? Aparentemente, le van a echar el muerto a su último atacante, llevando la imprenta a su casa para que de nada sirva que lo niegue.

Culpable

En casa del maestro tenemos a nuestro chino favorito, Han, que no se entera de nada, ni de que está en una serie ni nada. Para él España es así, como rural. También tenemos a Alonso, que con desprecio aporta a la casa parte de su sueldo como guardia (y enemigo natural de Águila Roja). Es un personaje que siempre me ha caído muy mal, y parecía mentira pero está empeorando por momentos.

Pronto aparece Satur, que se ha despertado resacoso perdido en un pajar. ¿Y a quién no le ha pasado eso alguna vez? Junto a una cabra. ¿Y a quién no le ha pasado eso alguna vez? Así empezó el conde de la semana pasada. Descubre que lleva consigo un colgante, pero no sabe de quién, pues no recuerda nada de la noche anterior.

¿Soy el único que se ha preguntado alguna vez por qué va uno tan tapado y el otro no?

Mejor huir

Mientras el Águila tiene un encuentro sangriento con los nuevos compañeros de su hijo, vemos por dónde va la trama de esta semana en la serie. La que fuese elegida más guapa de la Villa la semana pasada ha sido agredida y corretea por los montes. Y tiene pinta de que es obra de Satur, porque así se lo susurra la muchacha a Cipri cuando la encuentran. Claro, que Satur no se acuerda de nada. Y tiene un colgante, y heridas por el cuerpo.

Mientras el criado empieza a pensar que fue cosa suya, el Águila lleva a Alonso a un sitio con muertos para darle una lección. ¿Quiere Alonso llevar muertos a sus espaldas? Pero Águila, ¿cuántos llevas tú? Que por tu culpa han tenido que repetir figurantes y todo, que coges la catana y te ciegas.

La chica se mira en el reflejo del agua, ve su rostro desfigurado y decide cortarse las venas. Con lo que la culpa de Satur parece ya sentenciada. Al menos así lo cree todo el mundo, incluso él. Todos menos Gonzalo. Que antes de entregarle a las autoridades, decide que es mejor que se marche lejos y no vuelva. Pero él no habrá sido, ¿no? Decidme que no.