Parece que en Águila Roja me han leído
la mente, o los recaps, y se les ha ocurrido retomar en el capítulo de esta
semana una trama que ya teníamos algo olvidada. Si bien el episodio anterior
fue la bomba y terminó explotando en drama y lloros (muy rápidos), en esta
ocasión volvemos al tema del niño, del heredero, entre otras cosas, por
supuesto. ¡Alerta spoiler!
Heredero
Otra cosa no, pero a las series en
España –y a esta en particular- todo lo que sea enseñar carne le viene bien. Comienza
este capítulo en un galeón con un montón de gente remando al unísono. Son soldados
de España, un poco hartos porque no les han pagado la extra de Navidad, como
funcionarios que son. Tiene lugar un motín y allí no sobrevive ni el apuntador.
El Rey, por su parte, se queja de que
el problema es de las arcas, que están vacías. Aunque Malasangre tiene algunas
ideas de cómo apañar el asunto: recortes, recortes. Como los hospicios. El Rey
ordena vaciarlos, así que Hernán tiene que sacar de uno de ellos al hijo de
Lucrecia con el Rey. Y se lo lleva para que lo vea, antes de buscarle un nuevo
hogar.
Pero resulta que se han equivocado de
niño. Y el Comisario se da cuenta porque marcó al bebé en el pie a fuego, para
distinguirlo siempre. ¿Y no lo comprobó antes de traerse este? Ahora a la
Marquesa le entra la ansiedad de buscar a su hijo, ¡ahora! Y tendrá que
buscarlo por el bosque, donde los abandonan. Ella va buscando el suyo, los
demás se la bufan lo más grande.
Soledad es nombre de mujer
En este capítulo también conocemos a
Soledad, la sustituta de Catalina, que parece más seca que la huerta murciana y
resulta que sabe dar masajes. Y Lucrecia se suelta, y le cuenta que tiene que
encontrar a su hijo. El caso es que la mujer lo encuentra, ¡Vírgen del Camino
Seco, super Soledad! Sin embargo, a la Marquesa se le despista un patuco, que
encuentra Nuño. Se entera de la existencia de su nuevo hermanastro, pero no le
dicen quién es el padre.
La Marquesa sabe que Soledad es
conocedora de su más íntimo secreto. Así
que decide matarla, pero ella es muy lista y se da cuenta de sus intenciones,
así que le asegura que le servirá mucha más viva que muerta. Me está gustando a
mí Soledad, mirad por dónde. Se le ocurre algo para el bebé, incluso. Harán como
que el niño es suyo, así nadie sospechará nada; viviría allí en Palacio y Lucrecia podrá verle cuando quiera.
No querrá quedarse al niño y decir que
es madre del hijo del Rey, ¿verdad? ¿Verdad? ¿He descubierto la trama de lo que
queda de temporada? ¿Eh? Y hasta se pone a darle el pecho. Porque resulta que
acaba de dar a luz, pero el bebé es de su anterior señor, y se lo quitaron. El caso
es que a Lucrecia el bebé tampoco le dura mucho, pues un encapuchado aparece en
Palacio, deja inconsciente a Sole, golpea a la Marquesa y se lleva al heredero.
El pueblo no te olvida
Satur está contento por la boda de
Gonzalo y Marga, pero también preocupado. ¿Qué le dirá a ella cuando salgan los
dos de ronda? Por respeto a Catalina
y su memoria, esperarán a casarse. Si pueden, porque a Gonzalo le cae un rayo. Lo
típico vamos, lo típico. Y el Águila tan pancho. El problema es la katana, que
se ha partido. ¿Y ahora qué? ¿Qué será de nuestro héroe-tortuga ninja?
Pero nada puede hacer Gonzalo con
ello, sino luchar con otras armas, con otras espadas. Nadie puede arreglarla,
porque sabrían que es él. Pero Satur no se rinde, “usted sin la katana… es como el pan sin chorizo”. El criado
desobedece sus órdenes y se lleva el arma a arreglar a un tal Sabino, que
resulta ser ciego. No está mal, pero ya podría ser también mudo.
El caso es que a Satur no le llega el
dinero, trata de convencer al señor de que volverá luego, pero en ese momento
se muere. ¡Qué oportuno, oiga! Y justo en pleno intento de reanimación aparece
otro señor, ¡qué oportuno este también, oiga! Lo que pasa es que éste puede ver,
y lo ha visto, y la escena pinta la mar de sospechosa.
Satur sale de allí
corriendo con la primera espada que coge, pero es el otro señor el que se lleva
la katana del Águila Roja. Y el caso es que esconderse no es lo suyo: capturan
al señor y le acusan de ser el héroe del pueblo. A ese señor. Por supuesto. Sabino
no era el único ciego, no. Y Marga solo de pensar que ha besado a ese se tiraba
por una ventana, vamos. Las noticias de la captura llegan finalmente a Satur, y es entonces
cuando se da cuenta de su error.
Destierro
El cardenal Mendoza está bajo arresto
mientras espera condena por robar la corona real. Mendoza solo piensa en estos
momentos en vengarse de Malasangre. Felipe IV le condena al destierro, al final, lo cual
es bastante mejor que cualquier cosa que se me pasaba por la mente a mí. Claro
que el señor es ministro de Dios, tampoco podía matarle. Nos enteramos que el
que ha capturado al Águila Roja ha sido él, y le ofrece al Rey un
cambio: su cabeza, por la restitución de su confianza y librarse del destierro,
claro.
Mientras todo esto ocurre, por cierto, Cipri está triste: echa de menos a
Catalina. Y la verdad es que su muerte fue tan tan tonta… El caso es que
Gonzalo se lo lleva al bosque, a una piedra manchada de sangre, suya. Allí es
donde él iba, a pegarle puñetazos, cuando mataron a su mujer. Así que Cipri
grita y empieza también a pegarle a la piedra, que qué culpa tendrá la piedra, ¿es
que nadie piensa en las piedras?
De vuelta a la Villa, Gonzalo escucha
al Rey hablar con Malasangre, como a 20 metros, una cosa loca. Les sigue
faltando dinero, así que deciden mandar a gente de aquí como esclavos a otra
parte y así ahorrar oro. Aquello parece hacer pensar a Gonzalo tanto que no
escucha como dos bandoleros le apuntan por la espalda, a 20 centímetros. Solo son
dos ladrones que querían su caballo, pero vamos, que menudo oído a ratos.
¿De qué lado estás?
El Águila monta una emboscada para
salvar al Águila falsa. Que digo yo que lo mismo le bastaba con aparecer en
otro lugar y demostrar que se habían equivocado de hombre. O en vez de matar a
todos los guardias estos, haber dejado a alguno que pudiese contarlo. No, no. Pero
es que encima resulta que el señor quiere morir, porque así la gente creerá que
era el Águila Roja. Vamos, hombre, ahora queriéndote llevar la gloria de
Gonzalo. ¿Pero cómo salvar a alguien que no quiere ser salvado?
En honor del Águila, en la Villa han
colocado un altar con flores y todo en plan ofrenda. ¿No se suponía que la
gente le odiaba después de aquel que le imitaba pero en malo? ¿Qué está pasando
aquí? Cuántas preguntas sin resolver, cuántos episodios llevamos ya. Alonso se acerca al Águila y le pasa bajo mano un
destornillador, para que haga de las suyas y se escape. Já, al señor este, a un mindundi. Sin embargo, su tío Hernán (no sabe que es su tío, ¿por qué no se lo cuenta?) le pilla con las manos en la masa. “¿De qué lado estás?”
Viendo el afecto que Alonso le tiene
al Águila, a Gonzalo le entra pelusilla y decide salvar al impostor, aunque no quiera. Para ello
se dirige al Palacio Real a por su katana, justo en el momento en el que el hijo de Lucrecia está a punto de morir a manos del encapuchado, por orden de la Reina.
Viva Águila Roja
Resulta que Mariana tiene oídos en todas partes, y
se había enterado de lo del niño porque Nuño habló demasiado estando muy agustito en una taberna. Se supone
que la Reina ya lo mató, pero no era. Éste sí que es, pero el Águila le salva y
se lo lleva a su casa. Se lleva a su hermanastro. Hijo de su padre secreto y Lucrecia. Con la que tuvo fuegote. Esto es un culebrón que ni en Televisa.
Cuando el Rey va a cortarle la cabeza
al impostor, la gente se lanza a exclamar vivas para el Águila. Hay una batalla
campal para salvar al que no es y el impostor empieza a pensar que a lo mejor
no era buena idea todo aquello. A caballo, y espontáneamente, aparece allí el auténtico
héroe. No puede evitar, sin embargo, que disparen al impostor. Pero mira, que
se fastidie. ¿No quería morir?
¿Y el niño? Pues será chatarrero, que
es a quién se lo encasquetó Satur. ¿No se pregunta Gonzalo que hace alguien
matando a un niño en la habitación del Rey? Qué nos estáis contando. Y encima
resulta que termina el capítulo con ellos encerrados en un barco, porque estaban
entre un montón de basura en plena calle que parecía eso una falla, y les capturaron, que ya
sabemos las nuevas órdenes del Rey. Y se despiertan en alta mar, porque claro, de Madrid a la costa no te da tiempo
a despertarte.
.......Y la crítica del capitulo 97?
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