Título original:
Crimson Peak
Año:
2015
Fecha de estreno:
16 de Octubre de 2015
Duración:
119 min
País:
Estados Unidos
Director:
Guillermo del Toro
Reparto:
Mia Wasikowska, Tom Hiddleston, Jessica Chastain, Charlie Hunnam, Doug Jones, Javier Botet, Jim Beaver, Burn Gorman, Leslie Hope, Kimberly-Sue Murray
Distribuidora:
Universal
Guillermo
del Toro tiene un estilo propio reconocible, alimentado por sus
pasiones y filias desde la infancia. Observar esto no es que sea
imprescindible para entender su obra (de hecho, sus películas suelen
ser bastante sencillas argumentalmente) pero es bastante interesante
cuando miras su obra al completo. El director mexicano trata con
especial miramiento el plano estético, así como el especial cuidado
de los efectos especiales, con tendencia a lo artesanal frente al
digital.
Esto
último tiene gran peso, pues del Toro pasó diez años estudiando
diseño de maquillaje, aprendiendo incluso de maestros como Dick
Smith (El exorcista, El padrino, Taxi driver...)
y creando su propia compañía, Necropia. Así, podría dar rienda
suelta al mundo de los monstruos, algo que siempre le ha atraído, y
fusionar mundos fantásticos con la realidad. El terror y lo oscuro
también forman parte de sus principales fijaciones, como se puede
ver en sus primeros trabajos, tanto en la serie mexicana La hora
marcada (algo así como un cruce entre Más allá del límite
e Historias de la cripta) como en uno de sus primeros
cortometrajes, Geometría. Los insectos y lo mecánico son
otros de los elementos que entusiasman al director, y en sus primeros
largos tenían una presencia destacada. Tanto Cronos como
Mimic desvelaban al mundo sus grandes pasiones, aparte de
demostrar una cualidades que en el futuro acabarían aflorando. Con
Hellboy y El laberinto del fauno se presentó a la gran
sociedad, y de nuevo surgían esos monstruos con 'alma', esas
creaciones particulares de gran poderío visual, las confrontaciones
entre el bien y el mal y la integración de lo fantástico en el
mundo real. Hasta en Pacific Rim se nota el gusto por el
acabado visual y ese toque 'único' que no tienen los blockbusters
normalmente. Guillermo del Toro es un autor, ante todo, pese a que
sus historias estén abiertas al gran público.
Por
eso, no debe extrañar que La cumbre escarlata sea una
declaración de amor hacia el gótico, hacia los cuentos románticos
(en el sentido más puro del término) y las historias de fantasmas
clásicas. No es difícil ver la inspiración de títulos como La
mansión encantada, El exorcista, Al final de la
escalera, Suspense o El resplandor. Desde
el principio (en el logotipo de la Universal) ya vemos que el color
rojo va a tener un papel bastante estelar, y será utilizado en
elementos destacados de la trama, como el anillo, el vestido de
Lucille (Jessica Chastain) o esa arcilla roja que tiñe la nieve y
las paredes de la mansión como sangre fuese. En general su uso del color supone un gran homenaje a Mario Bava (en concreto sus films Operazione paura y Las tres caras del miedo). “No es una
historia de fantasmas, sino una historia con un fantasma en ella”,
dice la protagonista. De hecho, La cumbre escarlata
es la historia de dos historias de amor, a cada cual más trágica y
perversa, acorde a ese aire melancólico, triste y nostálgico de
todo el relato. Y aunque no esté catalogado como un personaje per se, Crimson Peak, la residencia de Tom y Lucille Sharpe, tiene vida propia. Una casa que tiene el porte y la presencia como la tuvo en su día el Hotel Overlook de El resplandor.
Pero ojo, si bien es cierto que la escenografía y la
fotografía son una de las grandes bazas, no son el único elemento
en el que se apoya la cinta, el pulso narrativo que imprime del Toro
va en la sintonía adecuada de sugerir y mostrar lo justo en el
momento justo. Es un relato que, pese a no buscar la sorpresa del
espectador (por lo que muchos la tachan injustamente de 'predecible',
como si el cine solo viviera del giro de guión rocambolesco) sabe
imprimir el interés necesario a la historia y, importante, al cómo
se cuenta la historia. Ahí, no puedo sino que celebrar que el
reparto al final haya sido esta conjunción de tres estrellas que nos
darán mucho que hablar en los años venideros. Y digo, 'al final'
porque eran Emma Stone y Benedict Cumberbatch los que iba a hacer,
respectivamente, de Edith y Thomas. Las apretadas agendas hicieron
que ambos salieran del projecto y entraran en su lugar Mia Wasikowska
y Tom Hiddleston, ambos con un gran porte clásico que los hace
claves en la recreación del ambiente. Jessica Chastain es punto
aparte, porque parece que esta mujer puede hacer cualquier cosa que
se proponga y todas con gran acierto. Es curioso que tanto Mia como
Tom (Sólo los amantes sobreviven) como Mia y Jessica (Lawless) ya
habían trabajado juntos, e incluso Wasikowska parece repetir ese
bucle inicio-final que ya tuvo en Stoker.
Ese toque circular de la historia, atemporizando los hechos que
engloba, es sólo otro de los elementos de este cuento de terror
fantástico, con ciertas reminiscencias a Ray Bradbury, que pone de
relieve el placer sensorial ante el intelectual.
Así, los que deseen
realmente disfrutar de La cumbre escarlata
de Guillermo del Toro deben dejarse llevar por el relato e
impregnarse de la madera húmeda, la fría nueve y la arcilla roja
que tiñe los bajos del vestido de Edith. No busques una película de
terror 'con susto', no busques una historia 'que te sorprenda', busca
una historia que te cautive, que te absorba, que te traslade a un
mundo al que no podrás acceder de otra forma más que mediante la
película. Y eso sólo lo puede conseguir un director que hace una
película con tanta pasión como el mexicano.
8/10
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