viernes, 4 de septiembre de 2015

Ático sin ascensor. Estar a gusto consigo mismo.


Título original:
5 Flights Up
Año:
2014
Fecha de estreno:
04 de Septiembre de 2015
Duración:
92 min
País:
Estados Unidos
Director:
Richard Loncraine
Reparto:
Morgan Freeman, Diane Keaton, Carrie Preston, Sterling Jerins, Cynthia Nixon, Alysia Reiner, Claire van der Boom, Korey Jackson, Josh Pais, Miriam Shor
Distribuidora:
A Contracorriente Films


Hace casi cincuenta años del estreno de Adivina quién viene esta noche, lo que significa que, a estas alturas, poco mérito tiene el “acertar” la pregunta indirecta sugerida en el título de Stanley Kramer. Sin tener nada que ver con la historia realmente, Alex (Morgan Freeman) y Ruth (Diane Keaton), los protagonistas de Ático sin ascensor, bien podrían ser la versión de John y Joey del clásico ganador de dos Oscars con el paso de los años. Y es que, al igual que ellos, la pareja interracial superó las barreras morales de aquellos años y ahora, sin haber perdido un ápice de entusiasmo en su relación, afrontan otro tipo de problemas distintos: los de la vida moderna.


Richard Loncraine (Wimbledon [2004], Firewall [2006]) nos presenta a una pareja ya asentada, un artista y una ex profesora, que adoran el barrio donde viven pero que la creciente popularidad y modernización al que se ha visto sometido en los últimos años les tiene descolocados. Como esto ha revalorizado su piso, y en vistas ya de prepararse para la afrontar de la mejor de las maneras la 3ª edad, han decidido poner en venta su actual piso y buscar otro más barato y más accesible (actualmente viven en un 5º sin ascensor). Pero entre un acontecimiento que tiene en vilo al barrio (en las noticias no para de hablarse de un posible acto terrorista, un camión cisterna abandonado en un puente) y que su fiel compañera canina Dorothy necesita ser operada de la espalda, la situación les dará más de un quebradero de cabeza.

La historia aprovecha estos conflictos para, de la mano del personaje de Álex, rememorar algunos hechos puntuales de la relación y el pasado de la pareja y reflexionar sobre el paso del tiempo y cómo afrontarlo con dignidad. Un poco en la línea de la película de Ira Sachs (El amor es extraño), pero con una visión bastante contraria, a mi parecer. Mientras que la película protagonizada por Alfred Molina y John Lithgow abogaba más por convencionalismos (el tradicional casamiento de una pareja homosexual tras muchos años sin poder hacerlo), la película de Loncraine parece querer indicar que el borreguimos de la sociedad debe dejarse a un lado y mirar en nuestro interior qué es exactamente lo que queremos, lo que nos hace felices, y apostar por ello. Esto se insinúa sobre todo con la parafernalia de los medios de comunicación y el exagerado alarmismo sensacionalista que promulgan sobre un hecho que, realmente, no debería haber tenido tal trascendencia. Incluso la burbuja inmobiliaria y sus agentes, al acecho de sus comisiones cual vampiros chupasangres, capaces de comerte la cabeza sin que te des cuenta. 

 
No es un relato arriesgado, ni mucho menos, y quizás se podría haber desarrollado algún que otro aspecto mejor (hubiera sido interesante quizás saber más sobre el personaje de la pequeña Zoe, que parece el alter ego de Ruth en niña, pero que queda un tanto desdibujado) pero sus buenas intenciones, su sencillez y el buen hacer de su pareja protagonista, un Morgan Freeman y Diane Keaton bastante compenetrados, saben sacar adelante la película.

6/10

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