Una semana más vuelve la serie Águila Roja a las pantallas
de España. El capítulo anterior fue muy extraño y contaba con nuevas
incorporaciones. En esta ocasión, la trama se acelera y tenemos algunos cara a
cara muy interesantes. ¡Alerta spoiler!
La imagen de Gabino Diego escupiéndose en los zapatos no sé
si era el primer recuerdo que quería tener yo de este episodio. Pero así ha
sido. El actor, que por alguna extraña razón siempre ha estilado en los mismos
registros de personas algo retarded, será
pieza importante en este capítulo.
Ex comisario
Hernán sigue encerrado. Le ayudaron a escapar pero resulta
que no era él y escapó otro y allí se quedó. Para colmo de males, recibe la
visita de su hermano. Gonzalo no va a despedirse, sino a decirle que la carta
de respuesta no la escribió él y que le desea lo peor. Es la primera vez en
mucho tiempo que se miran a la cara sabiéndolo todo (que lo saben y el otro
sabe que lo saben). Sin embargo, la tensión deja de lado cualquier indicio de
fraternidad en el ambiente.
Además, como saben que Hernán se ha querido fugar, deciden
que morirá por desmembramiento, repartiéndolo en trozos. Malos tiempos para el
ex comisario. Y yo me pregunto, ¿Irene qué? Es su marido, y no muestra nada de empatía. Ni un poquito.
Con tal de salvar a Hernán, Nuño lleva a Satur a punta de
pistola. El plan de Nuño no es el que parece y, cuando Satur se dirige a
cumplir su parte y escalar el torreón, el chaval da la voz de alarma como para
despistar. ¿No sería más fácil por parte de Satur dejarse capturar y que
comprobasen que no estaba preso? Tal vez, sí, ¿pero de qué escribiría yo
entonces ahora?
Juego de Águilas
Satur logra escapar. Vamos que de ahí podría escapar
cualquiera con un poco de maña. Nuño consigue llegar a Hernán, pero les pillan
con las manos en la masa y recibe un disparo que pinta muy mal. Hernán ve que
le van a desmembrar y cómo su hijo de desangra en aquella celda y decide dar el
paso y, en plan Guerra de las Galaxias, le confiesa a Nuño que es su padre. En
esta serie los secretos se desvelan en pleno drama.
"Otra vez, la pierna quieta, aguililla". |
Nuño, en vez de contentarse, empieza a sollozar. No solo va a morir allí en un sitio tan cutre, sino que encima ni es hijo de marqués ni nada. Supongo que también contará que descubre que se ha estado dando todo el lote con su madrastra. Solo nosotros intuimos además que es su tía. Juego de Águilas.
Lucrecia va a por su hijo, aunque sin muchos cariños. Ahora que
se sabe parte de la verdad, su relación es más tensa que nunca, y poco le
importa a la Marquesa que Nuño sea un colador con patas.
Emperador
¿Pero os acordáis del heredero chino? Yo le voy a llamar a
partir de ahora Han, en honor al de Gran Hermano. El caso es que Han ha acabado
en manos de un señor gordo, Manrique, que tiene un plantel de niños de
sirvientes, en plan minions. El señor
está un poco loco y se dedica a despeñar niños por las terrazas, pero claro
Han, que solo hablará chino por supuesto, no se entera de nada.
A Cipri le dejan al cuidado de una niña. ¡A Cipri! Y claro,
no tarda nada en despistársele. Un señor con una piruleta de colores -demasiado
moderna me parece, para la época- se la lleva. Cipri consigue dar con el
palacio del señor gordo, pero le echan de allí asegurándole que si hace algo al
respecto será peor.
Vuelve al lugar para llevarse a la niña, pero entonces todos
los niños se quieren ir con él y el señor gordo le pilla.
Duque de Tomelloso
Lucrecia todavía se acuerda de cómo se la jugó Malasangre y
ordena que le capturen y despedacen. Recibe entonces la visita de Gabino,
impersonando al duque de Tomelloso. Tienen un supuesto conocido en común y le
pide quedarse unos días en palacio, a lo cual la Marquesa accede, porque está
ella en otras cosas. Todo parece indicar que el señor ni es duque ni nada.
"Claro que sí, Torrente". |
El señor duque se come a Cristo por los pies y quiere, además, vestimenta apropiada. Descubrimos que lleva consigo un escorpión con pinta de ser de los venenosos. ¿Qué planea? Pues hacerse el héroe, pero le sale mal. Cuando va a avisar a la Marquesa de la presencia del bicho, es ella misma la que se lo carga. Vamos, que lo que quiere es camelarse a Lucrecia ahora que tiene las defensas bajas. Y le mete lengua, pero ella le aparta rápidamente.
Cosas
Cosas de la serie, el Águila termina salvando a Malasangre,
que estaba a punto de pasar a mejor vida por parte del asesino contratado por
Lucrecia. La cosa se tuerce cuando el malvado atiza a Gonzalo y se lo lleva.
¿Descubrirá su identidad? ¿Qué le ha pasado al Águila? ¿Qué hará Satur para
salvarle ahora?
Gonzalo se despierta en la guarida de Malasangre. ¿Sabe su
identidad? Sí, y se espera a que esté la cámara delante para descubrirla. Pero cuidado,
porque Malasangre le libera y se va, eso sí, con un ansiado secreto: la cara
del Águila Roja. Y Gonzalo no hace nada para impedirlo.
"Que sí, que el guardia este es clavaíco al de los Jonas Brothers". |
A todo esto se suma el Rey, que escribe una carta asegurando que sabe que un hijo suyo va a morir, pero que no va a hacer nada por evitarlo. Vamos, que es Rey pero está pendiente de todos sus vástagos. Aunque para nada. Termina de escribir y una daga se planta en su garganta: se trata de Malasangre. El malvado acepta su oferta de dirigir su ejército. “Si he conseguido entrar en su alcoba, es que verdaderamente necesita mi ayuda”.
Más cosas
Satur resulta conocer al supuesto duque de Tomelloso. Se
llama Bernardo, cazaba ratas para comer y quiere conquistar a la Marquesa y
vivir del cuento. “Está vulnerable,
blandita, ¡es mi momento!” Está tan blandita que me quiero morir. Por
supuesto, Bernardo no puede dejar marchar a Satur, y le propina un golpe en la
cabeza.
Bernardo corre entonces a secuestrar a Lucrecia (que trata
de disparar a Hernán para que no sufra) y así luego liberarla para que se
enamorase de él. Satur lo impide y la Marquesa prodigue con su difícil plan.
Comisario (otra vez)
Para el momento del desmembramiento hace acto de presencia
Irene, aunque deja claro que por orden de su tío. Justo cuando parece que
Hernán no puede soportar más, Lucrecia le dispara, pero como si de Matrix se
tratase, un shuriken del Águila Roja intercepta la bala. Dijo que no le iba a
salvar, y miradle ahora, cargándose a todos los guardias de España, que estaban
todos allí.
Un fuerte aplauso al señor que le ató la cuerda al guante. |
El Águila deja marchar a Hernán, aunque sabe que es su enemigo y lo será siempre. Cosas de la vida y de la serie, Hernán se encuentra con su padre el Rey y le salva de un francotirador compinchado con Malasangre, recibiendo un balazo y su indulto en agradecimiento (y el puesto de Comisario).
Al final, Gonzalo consigue salvar a los niños y a Han, que
se quedará a vivir con ellos. Aunque como bien apunta Satur, entre que llega la carta
a China y vienen a buscarlo, el niño ya ha comulgado, se ha confirmado y, si se
despistan, hasta se les casa.
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