Título original:
Das Zimmermädchen Lynn (The Chambermaid Lynn)
Año:
2014
Fecha de estreno:
25 de Septiembre de 2015
Duración:
90 min
País:
Alemania
Director:
Ingo Haeb
Reparto:
Vicky Krieps, Lena Lauzemis, Christian Aumer, Steffen Münster, Christine Schorn
Distribuidora:
Film Buró
Ingo Haeb pertenece a
una legión de jóvenes cineastas alemanes que desde hace un tiempo pululan por
festivales de menor jerarquía en busca de un lugar de importancia en el
panorama cinematográfico europeo. Adquirió cierto reconocimiento cuando
sorprendió en el 2007, en un festival de la talla de Toronto, con su film
autobiográfico Neanderthal, la que después de varios trabajos en televisión y
teatro, sería su bautizo como guionista y director de largometrajes. En 2014
finalmente llegó para Haeb el turno de aparecer en planos más destacados, pues
el director ganaría el premio de la crítica internacional en Montreal por la
película que hoy nos ocupa, La Camarera Lynn, una propuesta osada y de bella
realización cuyos personajes beben bastante quizá de películas como La Pianista,
aunque con una perspectiva más luminosa que la del autor Austriaco (o eso
podemos pensar en primera instancia).
Para Lynn la vida es
amarga y sobre todo aburrida. Cuenta que la vida empezó a decepcionarla cuando
descubrió que las caracolas no te permitían escuchar el mar, pero lo peor y
posiblemente la verdadera razón de su estado actual, apenas alcanzamos a
intuirlo. Obsesiva de la limpieza (limpia hasta las habitaciones vacías del
hotel), cumple religiosamente su rutina sexual con el conserje haciendo uso de
buenas habilidades aunque siempre dejando notar que hay poco que pueda hacer
que ella realmente disfrute de algo; la frialdad es la característica
fundamental de Lynn, y como todo ser solitario en busca de un ideal casi
enfermizo de felicidad, lo encontrará en prácticas poco habituales. La obsesión
de Lynn se traslada de la limpieza hacia la intimidad de los clientes; revuelve
entre sus cosas, las usa, los espía desde debajo de sus camas. Y será en medio
de estas prácticas que para ella son casi terapéuticas cuando el destino la
cruzará con el más impensado de los personajes y le permitirá a aquella
camarera destinada a repetirse para siempre, como el acto de limpieza mismo,
sentirse viva otra vez, experimentar la aventura del romance y el dolor de la
pérdida.
Haeb nos cuenta la
historia evitando cualquier acercamiento sentimental convencional y prefiere
usar su puesta en escena y la entrega física total de Vicky Krieps al personaje
de Lynn para construir la tensión y el sentimiento en las escenas. Esto permite
que pese a que los diálogos entre la camarera y el conserje puedan sonar hasta
robotizados, una pequeña escena de sadomasoquismo sin diálogo entrega una
explosión de sentimiento enorme. Al fin y al cabo, la cinta aborda bastante el
choque entre la imagen pública y la práctica privada, y no ha estado mal la
forma en que el autor ha decidido mostrarnos la mecanización de a formalidad y
la explosión del instinto en la intimidad. El plano del alemán es casi siempre
fijo, no aparta la mirada de nuestra querida camarera lo que lleva al director
a tirar muchas veces del fuera de campo, un recurso genialmente utilizado para
generar excelentes momentos de tensión en medio del film, sobre todo en las
aventuras de fisgoneo que lleva a cabo la protagonista.
Para Lynn es un viaje
hacia el descubrimiento de la vida misma (aunque al final debe tomar una
decisión que no nos deja con tan buen cuerpo), mientras que para nosotros es
una invitación a descubrir un director alemán muy interesante que quizá tenga
mucho más que mostrar en años venideros. La Camarera Lynn nos ofrece un
personaje complejo y una trama absorbente que avanza a paso lento pero seguro
gracias a una buena narración a la que no le faltan fugas humorísticas ni
momentos oníricos bastante divertidos. Es sin lugar a dudas una de la mejores
opciones que la cartelera ofrece esta semana y no habría que dejarla pasar.
7/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario