Título original:
Sunset song
Año:
2015
Fecha de estreno:
22 de Julio de 2016
Duración:
135 min
País:
Reino Unido / Luxemburgo
Director:
Terence Davies
Reparto:
Peter Mullan, Agyness Deyn, Kevin Guthrie, Jack Greenlees, Daniela Nardini, Ron Donachie
Distribuidora:
Festival Films
Terence Davies vuelve tras The deep blue sea,
adaptando en esta ocasión una de las novelas más célebres de
Escocia, Sunset song de Lewis Grassic Gibbon. En ella, veremos
la evolución de una familia previo a la Primera Guerra Mundial a
través de los ojos de la hija mayor, Chris (Agyness Deyn) y la
posterior historia de amor de ésta con Ewan Tavendale (Kevin
Gurthie).
El director apuesta por un ritmo lento y una voz en
off narrativa constante, potenciando el aspecto visual de la cinta,
grabando en 70mm para resaltar los abundantes exteriores. Y sí,
visualmente tiene su aquel, pero la voz en off acaba hastiando por
pedante e innecesaria. El ritmo, a pesar de las abundantes elipsis,
hace sentir a la película estirada y pesada, porque está despojada
de la pasión necesaria y su protagonista no tiene el carisma
necesario para levantar ella sola la película. De hecho, el primer
síntoma de de flojear aparece precisamente cuando el hermano de la
protagonista (que hasta ahora habían compartido cierto protagonismo
en la historia) desaparece de repente de la escena para no volver.
Así el retrato familiar que sostiene casi dos tercios de la película
va mutando a la relación sentimental de la protagonista y la
formación de una nueva familia. Eso va diluyendo al fuerza de la
película, también en parte porque Kevin Gurthie (quien hemos visto
en las también poco destacables Amanece en Edimburgo y Laleyenda de Barney Thomson) demuestra ser una pésima elección de
casting.
Esta relación sentimental cae en obviedades y
banalidades poco acordes a la pretensión poética que parece
destilar Davies en sus encuadres y composición fotográfica, y es
aquí donde, bajando de lleno ya la montaña rusa, la película cae
en picado y se estrella estrepitosamente. Ese tercio final buscando
la relación con la guerra y la huella que deja en la gente muestra
un cambio tosco y nada sutil del personaje de Gurthie que es de los
peores que recuerdo haber visto este año, totalmente inverosímil,
que sumado a los soliloquios que se monta Deyn (muchas veces por la
ausencia del marido durante la guerra) y el mensaje final tan manido
acaban matando mi interés por la película.
Ni siquiera el aspecto visual puede salvarla, que
tampoco es, por otra parte, un Terrence Malick, para que nos
entendamos. El resultado final no puede ser nada más que
decepcionante, porque ni la historia atrapa, ni visualmente nos
arrebata, y las emociones se evaporan como algunos personajes de la
trama.
4,5/10
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