Lolo
Año:
2015
Fecha de estreno:
22 de julio de 2016
Duración:
96 min
País:
Francia
Director:
Julie Delpy
Reparto:
Julie Delpy, Dany Boon, Vincent Lacoste, Karin Viard, Georges Corraface, Christophe Vandevelde, Julie Tristant
Distribuidora:
Golem
Será que no comulgamos con el humor de
Julie Delpy. La francesa ha demostrado un gusto refinado por la
comedia más mundana y natural en los diálogos de la trilogía Antes
de... de Richard Linklater.
Colaboró en ellas en la escritura del guión. No obstante, cuando
ella se siente dueña y señora de la película, su humor se acentúa
a extremos neuróticos y chascarrillos corta digestiones. Su díptico
compuesto por 2 días en París y
2 días en Nueva York
ya era un buen ejemplo de la comicidad barata donde se confundía las
risas con hablar de sexo y rendirse a los clichés. Lolo
no iba a ser menos. La directora-actriz-Juan-Palomo sigue la estela
de su filmografía -como directora- dentro del humor ramplón que
lleva camino de convertirse en su sello característico.
En su
nueva película, Delpy se centra en una madre parisina cuarentona y
solitaria, exitosa en su trabajo pero fracasada en el amor.
Casualidades de la vida, conoce al ingenuo de Jean-René, un
cuarenteañero provinciano muy ingenuo. Se enamoran, se compenetran
en la cama, todo va bien hasta que aparece en escena Lolo, el hijo
adolescente de Delpy, una especie de diablo reencarnado que hará lo
imposible por ahuyentar al nuevo novio de mamá. Aparte de las
recurridas conversaciones sobre sexo, penes, llenar los agujeros y
otros derivados simbólicos sexuales -los huevos pasados por agua-
entre mujeres maduras sin pelos en la lengua, como queriendo alardear
de esa libertad creativa por ser mujer, Delpy remarca la comedia en
el personaje de Lolo.
Un
personaje hecho a medida para el joven Vincent Lacoste, con quien ya
trabajara en El Skylab.
Lacoste, en un salto cualitativo inverso en su carrera, interpreta
con entusiasmo un papel de un chico con un complejo de Edipo
sobrealimentado por una madre -la propia Julie Delpy- ciega ante sus
fracasos amorosos. La incursión del inocente Jean-René encarnado
por Dany Boon, detona -por fin- en un aperturismo hacia la verdadera
situación. Y es que las putadas de Lolo van degenerando,
subiendo en nivel de crueldad en aras de maximizar la comicidad de
las situaciones, sin embargo, Delpy consigue un efecto contrario en
el espectador quien alucina con la maldad rústica del chaval.
Es
obvio que los personajes de Delpy transmiten esa neurosis, esas
crisis de personalidad tan fácilmente comparables con las creaciones
de Woody Allen pero no llegan al nivel de inteligencia, de mordacidad
de los del neoyorquino. Mucho tiene que recomponer y reestructurar
sus guiones la francesa para llegarle, siquiera, a la suela de los
zapatos además de esforzarse en perfilar personajes menos
insoportables. Con Lolo,
una comedia romántica construida en la previsibilidad inherente al
género, la directora transmite ráfagas de un humor directamente
tonto y estúpido -ya ni siquiera lo vamos a denominar fácil- que
encima no ha sabido rematar, cerrando la historia con un insustancial
final feliz precipitado.
3/10
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