jueves, 21 de julio de 2016

Atlántida Film Fest 2016: Brothers

Título original:
Brødre
Año:
2015
Atlántida Film Fest:
Sección Generación
Duración:
108 min
País:
Noruega
Director:
Aslaug Holm
Reparto:
Documental, Markus Holm Buvarp, Lukas Holm Buvarp








La mente de un niño es uno de los puntos más impenetrables para el resto de los humanos, que tratamos de buscar en las personas de temprana edad aquella chispa en continua explosión que ya se nos ha oxidado a nosotros. Tratando de reflejar la evolución de sus dos hijos, Markus y Lukas, la documentalista Aslaug Holm se armó con una cámara y plasmó en su sensor algunos de los momentos más relevantes de sus vidas. Durante esos ocho años en los que transcurre la narración, les vemos tirar pasiones a la basura y recuperarlas en el instante posterior, enfurecerse con el mundo porque no se amolda a ellos o incluso enfrentarse a su propia madre por estar siempre con la cámara grabándoles. A diferencia de la película con la que resulta obvio compararla, Boyhood, Brothers desde un primer momento revela su dispositivo. Su extenso rodaje queda evidenciado en las primeras escenas, en las que se intercala el aspecto inicial de los niños con el de su etapa adolescente, siempre en ese idealizado ambiente costero del que procede la madre, que por momentos parece querer robar el protagonismo a quien se encuentra ante la cámara.


Durante la mayor parte del metraje la acción se sucede forma progresiva, permitiéndonos conocer el desarrollo de los dos hermanos, sobre todo del pequeño, que es el más cambiante. A pesar de esa linealidad, alguna vez se rompe la narración para introducir reflexiones metafísicas, ya sean recitadas por Markus o Lukas -con un tono e intensidad del mensaje tan profundos que resulta difícil identificarles como niños- o por la omnipresente madre. De hecho, la directora no se esconde a la hora de integrarse como un personaje más. Pero esto es un documental. No se puede articular el papel de madre sin desvincularse del de realizadora, y por ello acaba pareciendo en ciertos momentos una titiritera que maneja los hilos de sus hijos ante la cámara. Aunque hay que reconocer que casi toda la película desprende una naturalidad que solo podría haber desprendido este formato, o una ficción increíblemente bien ejecutada (gracias, Linklater). Por lo que Holm saca buen provecho de su propósito de captar a sus hijos, y con el artístico montaje nos pone en el punto de vista de ambos, sin dejar que en balance general se acaben convirtiendo en marionetas a pesar del obstáculo que supone interponer una cámara en una relación maternofilial.


Por otro lado, lo menos convincente de la cinta es la complacencia con la que se representa al padre. Un hombre frustrado porque una lesión le impidió alcanzar la élite del fútbol noruego, y que previsiblemente quiere que su incompleto pasado se haga realidad en el futuro de sus dos hijos. El fútbol se introduce como pasión familiar, casi forzada en los niños como una cucharada de papilla en primer momento rechazada. Y la forma en que la madre plasma a su marido, como un triunfador por conseguir su cometido, rompe con la limpia mirada de la infancia y las relaciones fraternales que se estaba tratando de ejecutar. Dejando de lado ese detalle, Brothers alcanza un grado de efectividad y de espejo de emociones que permite regresar durante un par de horas a nuestra tierna -y a veces selectiva- infancia.

7/10

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