Dubina dva
Año:
2016
Atlántida Film Fest:
Sección Memoria
Duración:
80 min
País:
Serbia
Director:
Ognjen Glavonic
Reparto:
Documental
Las novelas nos permiten navegar
entre los recovecos de las historias, mientras que el cine, en buena parte de
las producciones, se conforma con ilustrarnos el relato. Pero no todos los
directores se conforman con arañar la superficie, ya que desde el nacimiento
del séptimo arte se ha recurrido a estrategias tan diversas como el genio de
sus creadores para incrementar la complejidad de la estructuración narrativa en
imágenes. Valiéndose de ese mundo de posibilidades que ofrece captar nuestra
realidad con una cámara, el realizador Ognjen Glavonic da forma a un documental
sobre los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia a finales del pasado siglo,
sin mostrarnos en ningún momento los rostros de la gente que nos narra esa
trágica cadena de sucesos. Sus voces resuenan en el entorno en que sus cuerpos
quedaron cubiertos de cicatrices, ya fueran físicas o psicológicas.
Las palabras de las víctimas se entrelazan con las de investigadores y verdugos, tratando de reconstruir paso a paso lo sucedido desde que un camión cargado de cuerpos fue encontrado en las profundidades del Danubio. Esa inabarcable masa de agua es la primera protagonista del relato, ya que sobre ella posa su cámara en primera instancia Glavonic, dejando claras sus intenciones de ceder la responsabilidad de la imagen a la naturaleza. De recoger con su cámara las consecuencias de una criticada guerra, tanto en sus protagonistas sobre el terreno como en la propia tierra en que se llevó a cabo. Combinando los desolados espacios con las alternantes voces, se logra una profundidad digna de elogio, pero se despoja al espectador de conocer a los actores, activos o pasivos, del conflicto. No se nos permite conocer a quien nos está hablando, no podemos juzgar más allá de la articulación de las palabras, del timbre, el tono, el tempo y el resto de las características de las descarnadas voces que emana la cinta. Ni dramatizaciones ni efectos explicativos de montaje.
Lo cual resulta en un documental
difícil de seguir a no ser que te entregues totalmente a él. Te sitúa
directamente en medio de la guerra, sin prestar demasiada atención a sus
precedentes. Simplemente te trata sumergir ahí, aplastando con sus imágenes,
pero sin ceder ni un elemento al espectador que le permita acercarse realmente
a lo sucedido, en términos de empatía o rechazo. Invita a conocer más sobre lo
sucedido, a encajar las piezas reveladas en ese rompecabezas que pierde su
forma cuando se comparan los puntos de vista de los diferentes responsables y
afectados. Pero todo esfuerzo por arrojar luz, mostrando en todo momento las
sombras, sobre lo sucedido, merece ser visto.
6/10
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