Título original:
Thank you for bombing
Año:
2015
Atlántida Film Fest 2016:
Sección Fronteras
Duración:
100 min
País:
Austria
Director:
Barbara Eder
Reparto:
Erwin Steinhauer, Manon Kahle, Raphael von Bargen, Christopher Ammann, Alan Burgon, Ihor Ciszkewycz, Fritz Dittlbacher, Jamal Hashemi, Mohammad Jamil Jalla
Thank
you for bombing, lejos de pretender ser una visión idealista y
mitificadora sobre los corresponsales de guerra y el periodismo en
general, la película prefiere centrar su foco en el otro lado de la
balanza, quizás más cercano a las pautas actuales de las agencias
periodísticas. El prime time, el sensacionalismo, la inmediatez y
destacar por encima de todo; objetivos incluso por encima de la
verdad o la ética moral y profesional.
Tres
historias independientes con un nexo común que podrían entenderse
como la evolución "natural" del periodista. El primero,
afectado por la muerte de su cámara en un conflicto anterior, creerá
reconocer al brazo ejecutor en un aeropuerto, justo cuando se dispone
a volar para cubrir otra noticia, decidirá perseguir y destacar al
asesino por delante de su deber. La historia intermedia cuenta la
historia de Lana, una reportera que viendo como sus compañeros la
ningunean por ser mujer, decidirá ir al ojo del huracán en busca de
la noticia en principio más cercana a la verdad pero que acabará
prostituyendo su profesión en pos de la notoriedad y la fama,
perdiendo la dignidad por el camino. En la última historia, ya
faltos de moral alguna, tenemos a Cal, capaz de inventar la noticia
(o la guerra incluso) para seguir en el candelero y no perder
audiencia (ni trabajo). De la búsqueda de señalar al malechor a
convertirse prácticamente en uno de ellos, es el camino que va
trazando la película, con la cámara en mano muy constante, para que
la sensación de vernos involucrados con la noticia sea más cercana.
Que
el periodismo no atraviesa su mejor momento es prácticamente una
realidad bien conocida, donde la competencia entre cadenas ha acabado
matando la información y la ha sustituido por el impacto mediático.
Por ello quizás puede chocar un poco que una película que buscar
denunciar esto mismo acabe cayendo en recursos propios de lo que se
critica, lo que resta calado al mensaje final. Aun con esto, Barbara
Eder construye una película denuncia a buen camino entre una
presentación narrativa ágil y moderna con un trasfondo interesante,
donde se deja entrever la pregunta de hasta dónde esta guerra
mediática puede ser precursora de algún que otro conflicto armado o
altercado.
Hace
no mucho se estrenaba Nightcrawler, que si bien la película
de Dan Gilroy poseía elementos que la reconocían como un ejercicio
bastante más completo y destacado, el mensaje implícito entre ambas
es intercambiable. La ambición, la fama y el vouyerismo imperante en
la sociedad han pervertido un medio como el periodismo, hasta el
punto que es difícil muchas veces distinguir el grano de la paja. A
veces, mayor acceso a la información no implica mayor información,
y toda noticia tiene su grado subjetivo implícito, por lo que la
verdad, en la gran mayoría de casos, nunca será del todo desvelada.
6,5/10
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