Título original:
Bridgend
Año:
2015
Atlántida Film Fest 2016:
Sección Generación
Duración:
95 min
País:
Dinamarca
Director:
Jeppe Rønde
Reparto:
Hannah Murray, Josh Oconnor, Adrian Rawlins, Patricia Potter, Nia Roberts, Steven Waddington, Scott Arthur, Aled Llyr Thomas
Comienzo mi periplo con
el Atlántida Film Fest 2016 buceando en la sección Generación, y
la primera afortunada ha sido Bridgend. La película danesa de
Jeppe Rønde está basada
en hechos reales ocurridos en Gales entre el 2007 y el 2013 donde un
gran grupo de adolescentes se fueron suicidando a lo largo de los
años sin explicación alguna o nota de suicidio. Un hecho
inquietante que la película, lejos de intentar dar explicaciones, se
limita a reflejar este posible mundo hastiado y desestructurado de
este grupo de jóvenes.
Quizás lo que primero
nos llama la atención es su marcado centralismo en el mundo juvenil
y su problemática, sin indagar en causas ni en la otra visión (la
adulta), que es algo testimonial y sesgada en todo el relato. Lo que
impregna la historia es el nihilismo y el complejo de Peter Pan que
atesora esta juventud, por el miedo de convertirse en lo que odian:
el mundo adulto. No en vano siempre que se refieren a algún padre de
alguno de los chavales no suele ser con buenas palabras, y que los
suicidios sean cometidos metódicamente para que sean sus propios
padres quienes los descubran dejan patente este conflicto
generacional. Los adultos, hasta que les estalla en la cara y les
toca de lleno, permanecen ajenos al problema, y por su parte, estos
muchachos demuestran su incapacidad o falta de convicción para
escapar de su microcosmos alienante. Básicamente se limitan a
evadirse de la realidad sin enfrentarla. Además, se muestra un
fuerte sectarismo entre estos jóvenes, donde cualquier voluntad de
alejarse del “clan” es mal recibida.
Jeppe Rønde
muestra con su película la falta de valores o referentes morales
como la autodestrucción de toda una nueva generación sin casi salir
del cascarón, señalando con el dedo a los padres como primera
piedra en el camino (curiosamente The
here after, también
del Atlántida Film Fest viene a señalar hacia el mismo camino). De
todas formas, tampoco estaría bien quedarse solo con esta visión,
sino que más bien habría que entender la película como el punto de
vista adolescente en un problema que debe mirar en dos direcciones.
El
personaje encargado de introducirnos en este extraño grupo de
jóvenes desorientados es la interpretada por Hannah Murray (God help the girl, Juego
de tronos), quien
protagoniza la escena que me llevo para el recuerdo como resumen del
pensamiento general del grupo: la liberación del caballo de la
protagonista. Si de por sí, los caballos siempre han representado el
canon de la libertad, que sea el personaje de Sara quien libere a su
querido caballo en presencia y con el consiguiente enfado del padre,
representa ese anhelo de escapar del encorsetamiento social que
somete su padre, controlando sus movimientos constantemente (pero a
la hora de la verdad siendo de poco ejemplo, según su punto de
vista). Quizás se eche en falta esa visión adulta sobre lo
acontecido, esencial para desgranar un problema tener las dos partes
de un hecho, pero como visión del malestar y desidia generalizada
del colectivo adolescente con el mundo adulto es francamente
interesante.
6/10
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