Título original:
Bad moms
Año:
2016
Fecha de estreno:
29 de Julio de 2016
Duración:
101 min
País:
Estados Unidos
Director:
Jon Lucas, Scott Moore
Reparto:
Mila Kunis, Kristen Bell, Kathryn Hahn, Annie Mumolo, Jada Pinkett Smith, Christina Applegate, Jay Hernandez, David Walton
Distribuidora:
Diamond Films
De los guionistas de
Resacón y en las Vegas y los directores de Noche de marcha
nos llega Malas madres, muy en sintonía con sus anteriores
trabajos, esta vez con la mujer (y las madres en concreto) como
epicentro de la comedia. Quizás de primeras puede sorprender el dato
de que una película tan enfocada a un público femenino pueda nacer
de dos mentes masculinas como son las de Jon Lucas y Scott Moore,
pero la verdad es que eso cuando estás inmerso en la película no se
nota en absoluto, porque el empeño y dedicación que han puesto ha
dado sus frutos. Ambos son padres y conciben esta película como un
homenaje a sus respectivas mujeres/madres de sus hijos, amén que las
seis actrices principales y la productora también son madres, lo que
hace que su trabajo sea en cierta manera de mimetismo y exageración
de roles, pero siempre partiendo de una realidad existente. También
los directores, en la fase de producción, hicieron varias reuniones
con madres para ver comportamientos, dudas y problemas que, en
realidad afectan diariamente a muchas mujeres.
Si has visto la saga
Resacón en Las Vegas y/o Noche de marcha, sabes
perfectamente qué esperar y qué no de Malas madres, su humor
sigue la estela de sus anteriores trabajos, sin intentar cambiar el
mundo, más allá de sacar sonrisas cómplices que quienes se sientan
identificados con las situaciones expuestas. Aquí ya entrará el
humor de cada uno y sí los diferentes gags le hace gracia o no.
Evidentemente, la película no escapa de ser una versión femenina de
su gran éxito, el guión prefabricado con leves guirnaldas
reivindicativas no oculta un corazón industrializado y bastante
estandarizado. Siento que esto quizás contradice un poco el mensaje
de peso que podría extraerse de la película. Sí el mensaje es
dejar de intentar ser “la mejor madre”, porque es un concepto en
parte inexistente, sino que cada una debe ser la madre que buenamente
puede y sabe ser, dejando de lado el estrés diario y los
convencionalismos sociales, disfrutando de su familia e hijos; la
película, lejos de sentirse una “bad movie” sintonizando con
esas madres, prefiere integrarse en la ordinariedad y dejarse
contagiar por las convenciones de su género y lo que la industria
parece pedirle de cara a su público potencial, limitando su voz
interior (como película). Parece contentarse con ser una hora y
media distendida para las estresadas madres, un mero paréntesis
entre su rutina ordinaria y poco satisfactoria.
Sus personajes son
representaciones de roles: La madre sumisa y poco sociable, la madre
soltera alocada y juerguista, la madre “perfecta” estirada y
ultraexigente o, con la que pretende que empatices más, el personaje
principal interpretado por Mila Kunis, un intermedio de todo, perdida
entre lo que debe ser una buena madre y lo que es realmente, una
madre que hace todo cuanto puede en un día que 24 horas parecen
antojarse pocas para tanto quehacer. Es quizás la química de las
actrices y lo a gusto que parecen sentirse en sus respectivos papeles
la que hace llevadera la película, que, en el fondo, no es más que
una película de instituto disfrazada por otros roles. Lo que bien
podrían ser 'freaks' y 'geeks' aquí son 'malas madres' y 'buenas
madres' luchando por el control del AMPA, entre desfase y desfase a
ritmo videoclipero. Para mí, el mejor punto de la película surge ya en los créditos finales, cuando aparecen las actrices con sus madres, hablando de sus anécdotas reales. Esa cercanía es la que eché en falta durante el resto de la película, pero entiendo que lo que yo buscaba no era lo que la película estaba dispuesto a ofrecerme.
El mensaje políticamente
correcto y desenlace previsible quizás son algo secundarios, lo
importante aquí es cuantas risas hayas soltado durante la duración
de la película. Pero e aquí donde la fórmula parece estar
gastándose. De lo fresca que pudo resultar el primer Resacón al
tercero, la jaqueca ya es considerable. Aquí cambia quizás el tipo
de bebida que te tomas para llegar al estado de embriaguez, pero el
resto predispone a repetir patrón. Ya depende de cada espectador
decidir si tienes el cuerpo para juergas o si piensas que tu cuerpo
ya no tolera igual que antes.
5/10
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