Título original:
La corrispondenza (Correspondence)
Año:
2016
Fecha de estreno:
22 de Julio de 2016
Duración:
116 min
País:
Italia
Director:
Giuseppe Tornatore
Reparto:
Jeremy Irons, Olga Kurylenko, Shauna Macdonald, Darren Whitfield, Simon Meacock, Jerry Kwarteng, James Bloor, Rod Glenn
Distribuidora:
Filmax
Tras la solvente La
mejor oferta, Tornatore vuelve a los cines españoles con La
correspondencia, una historia muy con tintes a Postdata: Te
quiero, pero más fomentada en el misterio, como ya ocurría en
su anterior película. Esta historia de amor en eras de la tecnología
tan avanzada de nuestros tiempos camina entre la fina línea del
almíbar y el romanticismo exacerbado, pero que se mantiene en líneas
generales precisamente al misterio que envuelve a sus protagonistas.
Estos protagonistas no
son otros que Olga Kurylenko y Jeremy Irons, sobre todo más la
primera, pues el segundo se presenta más a distancia, mediante
vídeos, llamadas y cartas. En el fondo podríamos hablar de un amor
a distancia, pero con una particularidad que se verá según avanza
la trama y que es mejor dejar a la sorpresa del espectador. Quizás
mi problema con dicha historia de amor sea que no encuentro la
suficiente química entre Irons y Kurylenko, lo que hace que resulte
inmune a cierta de su aparente magia. Por otro lado, cuesta también,
pese al gran avance tecnológico del que disponemos actualmente, que
algo como lo que se nos relata sucediese, pues no depende ya solo de
aparatos tecnológicos, sino de la voluntad de unas cuantas personas,
y llámenme excéptico, pero no creo en el poder de persuasión del
profesor Ed Phoerum (Jeremy Irons) para que nadie falle en la cadena
que ha montado (desde luego en España sería algo inconcebible, confiar en Correos para algo así...)
Esto hace que, a veces,
la película pueda parecernos que se estira y alarga casi tanto como
los envíos constantes que éste le va haciendo a su amante. Pero ahí
está el elemento del misterio para que deseemos ver cómo acaba
todo. Cuándo acabará, cómo, qué secretos guardan ambos (es
evidente que unos pocos) y la misteriosa desaparición de uno de
ellos. Estas preguntas son las que mantienen viva la película, más
que la historia de amor o sus protagonistas. También es una pena
decir que el trabajo de Morricone en la banda sonora no pasa de algo
correcto y que pasa bastante desapercibido por norma general.
En todo el metraje, Tornatore juega bastante bien con las profesiones de sus
personajes para desarrollar sus emociones (tanto la astrofísica como ser actris de escenas de riesgo tienen su peso en el devenir de la historia) y sabe finalizar la
historia con una buena escena entre poética e ilustrativa, dejando
la sensación de que, aunque no estemos ante una película de mucho
peso, tiene ciertos ingredientes como para que nos dejemos llevar por
dos horas de emociones ligeramente profundas. Desde luego no será la
película por la que recordarás al maestro italiano (ahí ya Cinema
Paradiso se ganó el sitio hace ya bastante), pero para una tarde
de verano de desconexión, y sin tener demasiadas exigencias, nos
puede servir como pasatiempo liviano.
Ahora, no esperes un
drama de amor profundo (como parece que podría pretender su
director), porque ahí es donde más flojea.
6/10
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