miércoles, 13 de abril de 2016

Victor Frankenstein. Paul McGuigan también crea un monstruo... pero sin vida.


Título original:
Victor Frankenstein
Año:
2015
Fecha de estreno:
15 de Abril de 2016
Duración:
109 min
País:
Estados Unidos
Director:
Paul McGuigan
Reparto:
Daniel Radcliffe, James McAvoy, Jessica Brown Findlay, Mark Gatiss, Andrew Scott, Louise Brealey, Alistair Petrie, Daniel Mays
Distribuidora:
Fox


No se puede negar que la novela de Mary Shelley es de aquellas obras literarias que ha inspirado a muchos artistas y de las imperecederas, esas novelas atemporales que conservan su frescura a pesar de los años. Pero curiosamente la gran mayoría de sus adaptaciones (o inspiraciones en ella) al cine, sobre todo las de los últimos años, dejan bastante que desear. Las últimas, Yo, Frankenstein de Stuart Beattie (vale, aquí se adaptaba más bien la novela gráfica de Kevin Grevioux, aunque el resultado fue igualmente desastroso) y el Frankenstein del trasnochado Bernard Rose vuelven a demostrar que partir de una buena premisa (en este caso la novela de Mary Shelley) no es garantía de éxito o calidad, si el tratamiento no es el adecuado. La Fox, seguramente aún escocida por el batacazo de Los cuatro fantásticos, repite fracaso con otro blockbuster fallido, Victor Frankenstein.



Era evidente que la baza de tener a James McAvoy y Daniel Radcliffe con la historia de Mary Shelley y el director Paul McGuigan (Serie Sherlock, El caso Slevin) auguraba éxito, al menos a nivel de taquilla y espectador, pero fue tal fracaso en América que aquí se ha ido retrasando hasta esta fecha, y dudo que le vaya mejor en la taquilla española. ¿Qué falló entonces? Pues, sencillamente, el guión de Max Landis (guionista también de la fallida American Ultra) hace aguas por todos lados. Se ha intentado, como era de prever, darle un enfoque modernete y visualmente llamativo, pero no hay alma en el proyecto. Podría decirse que este Victor Frankenstein es como el monstruo al que hace referencia y, al igual que éste, la vida de la película es muy efímera.

Desde el principio, con las muestras de esos conocimientos de medicina del (falso) jorobado payaso de un circo (Daniel Radcliffe, no sigas por este camino, por el bien de tu carrera...) con esas sobreimpresiones en plan rayos X, deja patente que la verosimilitud (y de paso la inteligencia del espectador) le importa bien poco, pero es que los conflictos de los personajes es a nosotros a quienes no nos importan (y el romance impostado e impuesto de rigor, que no falte). Pero el peor personaje de la película es sin duda el del inspector Turpin, agente de Scotland Yard y fervoroso religioso a ultranza. Cae en el ridículo en varias ocasiones, y es el hiperbolizado reflejo de lo mal que están constuidos los personajes en general de Victor Frankenstein. Matices cero, esbozados con cuatro frases, pero luego quiere que empaticemos con su drama y penuria en la recta final.


Lo peor de todo es que ni siquiera resulta medianamente entretenida, que sería lo mínimo exigible para una producción de su calibre. Y esto pasa porque si la película basa su tres cuartas partes del metraje en acciones y (supuesto) desarrollo de sus personajes, pero éstos nos son indiferentes... Y luego la cuarta parte de pirotecnia visual, con mono-frankenstein a la cabeza. La conclusión es que Guy Ritchie ha hecho mucho mal al cine, pero al menos él sabe coquetear con este cine estilo 'Tarantino de hacendado' para dejarlo resultón. Pero los imitadores del imitador ya se quedan en la piel sin llegar a rozar siquiera la carne. La otra conclusión es que Max Landis aun debe estar pensando sobre qué película quería escribir... si de terror, acción, romántico, policial o drama de pasados traumáticos. 

4/10

1 comentario:

  1. Y Horns? Qué me dices de Horns? Radcliffe será toda la vida Harry Potter por más que le pese.

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