Título original:
Rak ti Khon Kaen (Cemetery of Splendour)
Año:
2015
Fecha de estreno:
08 de Abril de 2016
Duración:
122 min
País:
Tailandia
Director:
Apichatpong Weerasethakul
Reparto:
Jenjira Pongpas, Banlop Lomnoi, Jarinpattra Rueangram, Petcharat Chaiburi, Tawatchai Buawat, Sakda Kaewbuadee, Sujittraporn Wongsrikeaw
Distribuidora:
Noucinemart
Sin duda, más allá de
la saga Ong Bak y Tony Jaa, el abanderado del cine tailandés
es Apichatpong Weerasethakul, además en un registro mucho más
artístico que el género de artes marciales. Su cine, aunque
controvertido para el gran público por su vertiente experimental,
críptica y poco dada a las reglas convencionales de la narración
clásica, sus películas suelen recoger el aplauso generalizado de la
crítica especializada, por su atrevimiento, originalidad y su poder
hipnótico.
A mí es un autor que me
causa gran respeto, porque no suele hacer un tipo de cine que me
entusiasme precisamente, pero hay que adentrarse en un autor de su
talla tarde o temprano si te tomas medianamente e serio esto del
cine, y más si eres de mentalidad abierta a cualquier estilo o
género. El caso es que el azar ha querido que Cemetery of
splendour haya sido mi primera experiencia con el cine de
Apichatpong, cinta que ha sido definida como su ejercicio “más
accesible” hasta la fecha.
Cemetery of splendour
tiene las virtudes (y consecuentes inconvenientes) del cine onírico:
si te adentras en él y conectas con su historia, puede ser una
experiencia fascinante. Si por contra no lograr esa conexión
sensorial, lo más probable es que la película te deje algo
indiferente en el mejor de los casos o te invada el tedio y el
aburrimiento, en el peor de ellos. Me temo que mi primera experiencia
no ha sido todo lo fascinante que cabría esperar, y pese a destacar
algún que otro momento y fotograma exquisito, la sensación general
es que la historia no me ha sabido atrapar dentro de ella. Es difícil
analizar o explicarse ante películas donde su gran baza es la
experiencia en sí misma que suponen en el espectador, sobre todo
cuando dicha experiencia no ha transcurrido según los planes del
director. Personalmente, me crea más curiosidad la película The Iron Coffin Killer (Boon Peng Heeb Lek), cuyo trailer puede verse en una de las escenas de la película (sí, al parecer dicha película existe, aunque está prohibida o similar...), pero eso ya es a criterio bastante subjetivo.
La trama de la nueva
película del tailandés nos cuenta como se instala un improvisado
hospital en una escuela, para albergar a unos soldados con una
extraña enfermedad del sueño, algo así como una narcolepsia aguda,
que mantiene a los soldados en un sueño profundo, con leves momentos
de lucidez inesperados. Pero realmente esto es un contexto que le
sirve al director para hablar del tiempo, la memoria y el pasado y,
sobre todo, establecer una curiosa relación entre una de las
enfermeras y uno de estos soldados. En esta relación surge
necesariamente una tercera persona implicada, una joven medium que
puede ver y comunicarse con los sueños de estos soldados. Y con ella
entra mi principal problema con la película, que me cuesta creerme
su personaje y su implicación en una de las escenas claves de la
película. Y sin eso, es difícil disfrutar de la película que nos
ofrece Apichatpong, por mucho que se le agradezca la aportación de
un cine con ideas, con sentimiento y con una delicadeza poco común
en las carteleras.
Será un tópico, pero
tiene su parte de razón, el cine de este señor no es para todos los
paladares, pero si te gusta un tipo de cine más contemplativo,
apoyado en lo sensorial más que en el texto del guión, si estás
abierto a un cine más experimental y a experimentar ciertas
sensaciones en un visionado más allá de la evasión, Cemetery of
splendour puede ser una opción interesante. No es un cine donde
dicen las malas lenguas que no pasa nada, ni tampoco tuve la
sensación de perder mi tiempo. Ni siquiera se me hizo aburrida.
Simplemente no hubo conexión. Pero eso no significa que no la pueda
haber con otros trabajos suyos o que tú puedas adentrarte en este
universo tan particular.
5/10
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