Ha terminado la
segunda temporada de la ficción creada por Vince Gilligan y, como es casi una
costumbre, ha llenado las expectativas de aquellos que esperábamos ver en ella
a uno de los máximos exponentes de la era dorada de las series. Y es que es
imposible no reconocer que a nivel guión estamos ante otra producción con pintas
de hacer historia y quedarse en las retinas del televidente por muchísimo
tiempo; muy al estilo de Breaking Bad, pero a la vez completamente consciente
de su predecesora, ha conseguido pegar un salto hacia adelante, limando los
problemas de aquella (aunque cueste admitir a algunos que era una serie con
problemas) entregando un producto que, en una revisión parcial, apunta a
transformarse en algo superador. Es tiempo de hacer balances y reflexiones
sobre lo que nos ha dejado nuestro amigo Jimmy y sus desventuras este año, que
al igual que se hizo el año pasado será un análisis sin spoilers. Sin embargo,
y dado lo polémico del final, en la última parte de este análisis nos
permitiremos analizar el último episodio un poco más en detalle y así poder
ahondar en una de las grandes “sorpresas” del season finale. También avisar que
este análisis no se va a cuidar de hacer spoiler de la temporada pasada, por lo
que si aún no te acercaste a la serie no leas este balance y ve al análisis que se hizo de la primera temporada tiempo atrás.
Es
Jimmy, no Saul
Una de las grandes
quejas que hubo esta temporada, y sobre todo en su final, es que seguimos sin
ver a Saul Goodman. Y sí, hay que concederles a los impacientes que el final de
la primera temporada fue tramposo, pues ese auto alejándose y la firme
determinación de Jimmy de ser él mismo de una buena vez, daban un mensaje claro
de que Saul estaba naciendo y sin embargo no tienen mucho peso en esta
temporada, donde apenas unas palabras (y no sólo unas palabras, pero ya
ahondaremos un poco más) devuelven a nuestro abogado favorito a la senda del “hombre
bueno”, o del intento al menos. Pero vamos a lo importante, mejor… ¿De verdad
pretendían que Saul Goodman apareciera tan pronto en la serie? ¿Ese personaje
muy gracioso pero cuyo único chiste podía agotarse fácilmente, era el
protagonista que esperaban para una serie de Vince Gilligan? En el balance de
la primera temporada, expliqué con claridad que muchos de los miedos que los
analistas y los espectadores compartíamos con respecto al anuncio de esta serie,
era la duda acerca de qué se podía contar exactamente del personaje de Saul que
mereciera serie propia. Ahora sabemos esa respuesta: Nada! Esta es la serie de
Jimmy McGill y de cómo alcanza ese punto cúlmine de su vida en la que
adopta una identidad inventada y se convierte en el abogado con menos
escrúpulos del universo. Y sí, puede sonar obvio, pero no parece serlo cuando
algunos pretenden ver a Saul en la segunda temporada. El camino de “descomposición”
moral de Jimmy se estima más largo de lo que algunos imaginaban y esta
temporada nos ha regalado geniales pinceladas de ello, pero no aún lo
definitivo. Veremos si son capaces de continuar este rumbo con la naturalidad
con la que lo han logrado hasta ahora, pues no se puede desatar a Saul Goodman
tan pronto, pero tampoco se debe estirar el concepto de la serie más de lo
debido.
Kim,
ese excelente e inesperado personaje
No eran sólo palabras
lo que llevaba a nuestro Jimmy de nuevo al camino del hombre que lo intenta. El
personaje de Kim creció muchísimo esta temporada y representa hoy en el mundo
personal de Jimmy, lo que alguna vez significó Chuck, antes de los
desafortunados hechos que se desencadenaron en la primera temporada. Si en la
primera temporada Kim era a los ojos del espectador ese personaje gris al que Jimmy
nunca pensaría ni aspirar, en esta temporada parece ser la última posibilidad
de convencer al protagonista de que el trabajo duro y derecho puede significar
más que una dura frustración; además es la principal atadura que Jimmy tiene a su
pasado y por lo tanto la traba principal hacia Saul Goodman.
No revelaremos nada
sobre qué ha sido de los caminos de estos personajes a lo largo de esta segunda
tanda de episodios, pero no es spoiler decir que pinta que acabará muy mal para
ambos y ya se ha plantado la semilla de una discordia que puede ser vital para
el camino del protagonista. Y por supuesto que Kim es un personaje de
personalidad propia que se hace querer y respetar y a la que lamentaremos perder
en el transcurso de la tranformación que necesariamente arrastra a Jimmy al
abismo.
Guerra
entre hermanos
No podíamos esperar
que un gran personaje como Chuck no volvería a pasearse por la pantalla cuando
su hermano anda suelto por ahí, y más cuando parece encarrilar una vida con un
trabajo respetable. Chuck ha llevado su resentimiento personal al campo de
batalla esta temporada y nos ha regalado algunos de los momentos más memorables
de la ficción este año. Hemos ahondado un poco más en sus sentimientos, en los
orígenes de su resentimiento y la rivalidad casi infantil en contra de su
hermano. Todo en ello remite a la vieja discusión de la legalidad contra la
moralidad: es claro que Chuck es el hombre recto y legal pero, ¿Es realmente un
hombre bueno? Y lo mismo se puede reflexionar con respecto a Jimmy, el cual
hace todo lo posible para hacer el bien, pero al no medir las consecuencias de
los atajos legales que toma, nadie podrá levantar la mano y decir con
sinceridad que Chuck no tiene algo de razón al detestar como su hermano echa
por tierra con astucia lo que los mejores abogados se esfuerzan por hacer
legalmente (en un mundo algo idealizado, por supuesto).
La dualidad entre
Chuck y Jimmy, ese ambos tienen razón/ambos no la tienen, ha movido la
temporada a terrenos inesperados y nos ha dejado claro que Chuck va a tener
gran parte de la culpa en el destino de Jimmy. Kim lo deja caer en algún momento,
pero es claro que no requiere explicación: Chuck es para Jimmy el recordatorio
más vivo de que la legalidad no te convierte en buen hombre, entonces, ¿qué
sentido tiene?
Mike,
la luz al final del fanservice
Seguramente lo dejé
claro en mi análisis de la primera temporada, Mike no estaba cerca de ser mi
personaje favorito en Breaking Bad y no lo era en Better Call Saul. Esta
temporada, sin embargo, nos ha dado buenos momentos suyos y ha arrojado mucha
luz sobre cuál sería su situación a los inicios de Braking Bad. Tanto las
grandes escenas que ha compartido con su familia, como los pequeños cruces con
Jimmy (todavía son dos tramas que van muy separadas entre sí) han dado mucho de
sí y siguen ensanchando la mitología del personaje. Así, que ciertamente es una
importante mejora con respecto a la primera temporada, donde su personaje
estaba escrito con un exceso de autoconsciencia de ser un personaje prestado y
efectivo.
Sin embargo hubo más
de una queja con respecto a cómo acabó la trama de Mike en esta temporada y es
algo que es digno de analizar con spoilers. Está claro que si no has visto la
temporada, el análisis ha acabado para ti, por lo que no puedo hacer más que
invitarte a verla y luego volver a esta parte.
A partir de ahora, Spoilers!!!
Gran parte de las
quejas que se oyeron parecen estar destinadas a la falta de fuegos artificiales
que este final se ha permitido. Sí, no voló todo por los aires esta temporada,
ni siquiera a nivel dramático como fuera aquella revelación de que Chuck era un
maldito resentido en la primera temporada. Esta temporada se ha cuidado por
completo de los golpes de efecto y aunque no ha podido evitar meter alguno, no
fue el esperado por muchos. Y es que el olor a Gus estaba en el ambiente desde
que Mike se implicó en demasía con los Salamanca y ver a Héctor en pie y no en
su silla de ruedas característica (sumado al precioso y cuestionable efecto que
nos generaba ver esa manguera con clavos manipulada por Mike), nos hacía
preveer que se venía algo grande, muy grande.
Pero al final, todo quedó en la
nada; Gilligan decidió dejar esto para otra temporada, lo cual no me parece
excesivamente mal, y la aparición casi fantasmagórica del esperado Gus (flojo,
flojo fanservice) no fue suficiente para llenar las expectativas que se habían
creado en torno a la season finale. Por supuesto que la próxima temporada
promete muchas más explosiones en este aspecto y todo lo que esperamos para el
2x10 será mejor condensado y tratado el
año que viene, pero la sensación de que el final no fue un final no se le quita
nadie. Al menos, es un final lógico: no podíamos esperar que Hector quedase
inválido sin una participación más activa de Gus, y seguramente Nacho jugará un
papel mayor en esta trama (con olor a tragedia, posiblemente).
En definitiva, creo
que es una temporada superadora y una confirmación de que todo sigue viento en
popa y con buen pie. Eso es todo lo que esperábamos y ahora, sólo queda comerse
las uñas por otro año para saber que será de Mike y Jimmy tras los sucesos que
vimos en el 2x10, que cambiarán por completo la dinámica de la serie, sin
posibilidad de trampas esta vez.
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