Der Staat gegen Fritz Bauer
Año:
2015
Fecha de estreno:
29 de abril de 2016
Duración:
105 min
País:
Alemania
Director:
Lars Kraume
Reparto:
Burghart Klaussner, Ronald Zehrfeld, Rüdiger Klin, Cornelia Gröschel, Lilith Stangenberg, Sebastian Blomberg
Distribuidora:
Caramel
El cine revisita los mismos temas una y otra vez, sobre todo aquellos
basados en un hecho real -ya se sabe: la veracidad, la proximidad y la
conexión emocional con el espectador que ello conlleva. Lo apuntábamos
hace poco a colación del estreno de la española Lobos sucios; el nazismo
-en todas sus vertientes- es una fuente inagotable de ideas. Los
realizadores tratan de buscar nuevas perspectivas, nuevas historias no
contadas, nuevos enfoques, nuevos héroes que encumbrar. En este último
tratamiento se engloba la alemana El caso Fritz Bauer de Lars Kraume,
quien dirige y guioniza el proyecto.
En la Alemania post Hitler, el fiscal general Fritz Bauer tiene pistas
sobre el paradero de Adolf Eichmann (el mayor responsable de la
deportación de judíos). Bauer, también judío, sufrió la persecución de
los nazis y se vio obligado a huir a Dinamarca. Tras la muerte del
führer, Bauer ocupó el puesto de fiscal general en Alemania y se obcecó
en juzgar a los líderes criminales del Tercer Reich. Se topó con un
hueso duro de roer: la oposición de Alemania a enfrentarse a los
demonios de su pasado reciente, en parte, debido a que muchos de los
altos cargos pertenecieron al partido nacionalsocialista. La cacería de
Eichmann fue de los primeros y más importantes hitos logrados por
Bauer, por sus connotaciones histórico-políticas y en eso se centra la película (tras este caso,
desenmascaró y ayudó a juzgar a más responsables en los conocidos
Juicios de Auschwitz).
Kraume reúne en su película un fuerte componente político y legal,
sustentado en la fuerza de los diálogos y las conversaciones, como el
motor que hace avanzar la trama. El caso Fritz Bauer se constituye como
una especie de documento histórico para ensalzar la figura pública del
citado fiscal. Su perseverancia, su encarnizada búsqueda de la justicia y
su lucha contra el olvido colectivo quedan reflejados en la película.
Kraume lo admite; su propósito era mostrar a los espectadores un héroe
real, más allá de Batmans, Supermanes y Capitanes. Ante la negativa de
los políticos de la época a admitir ese pasado, como si ese período
atroz jamás hubiese existido, Bauer acudió a la Mossad -el Servicio de
Inteligencia israelí- para atrapar y juzgar a Eichmann y por este hecho
fue acusado de traición.
Jugando con el thriller y lo jugoso de hablar de traiciones y trapicheos varios, Kraume incluye en el guión un personaje ficticio, el del joven fiscal y protegido de Bauer, Karl Angermann. La trama se bifurca en una historia paralela con la homosexualidad -penada con cárcel en la época-y la fidelidad como telón de fondo. El problema deriva en que esta subtrama se siente forzada y empaña el concienzudo trabajo de documentación para cerrar un guión casi, casi sólido pues, como decíamos, la parte inventada es un innecesario ornamento dramático y sensacionalista.
El caso Fritz Bauer es la crónica de una caza, una persecución por la
justicia, no por la venganza. La motivación de Bauer era la de educar en
la concienciación sociopolítica al pueblo alemán, dejando un legado
valiosísimo en el exorcismo de demonios internos. La película nunca
rebasa el límite del correctismo formal en su presentación, pues basa su
personalidad en la importancia histórica del hecho real en que se
inspira. Y el actor alemán Burghart Klaussner como Fritz Bauer dota al
personaje de un carácter atemporal, importante, incorruptible. Quizá lo
mejor de la película.
5/10
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