viernes, 29 de abril de 2016

Mañana. El futuro es posible.

Título original:
Demain
Año:
2015
Fecha de estreno:
29 de Abril de 2016  
Duración:
118 min
País:
Francia
Director:
Cyril Dion, Mélanie Laurent
Reparto:
(Documental) Cyril Dion, Mélanie Laurent, Olivier De Schutter, Anthony Barnosky, Emmanuel Druon, Jan Gehl, Elizabeth Hadly
Distribuidora:
Karma Films


Nos levantamos por la mañana y todo funciona. El mundo sigue girando y nosotros con él. Poco a poco asimilamos la realidad, con sus aspectos positivos y todo aquello destructivo ante lo que apartamos la mirada, pero no hay por qué aceptar o enterrar aquello que se puede cambiar. El documental Mañana insta a ese cambio de manera atractiva y sincera, sin caer en efectismos ni demagogia, simplemente recurre a aquellas iniciativas alternativas que están resultando exitosas. Demostrando que el mundo no tiene por qué funcionar cómo nos mandan desde arriba. Lo normal es que se achaque a ciertas ideologías este planteamiento de la insostenibilidad del planeta tal y como lo explotamos -y cómo pretendemos mantener este ritmo o incluso incrementarlo-, pero aquí los bandos y colores pierden significado para permitir que la realidad sea la protagonista. Esa realidad que no se nos muestra tan a menudo como se debería. Una realidad optimista, que invita a confiar en nuestro poder como sanadores y no como destructores. Más allá de lo utópico que sea implantar esas propuestas a nivel global, la forma en la que se nos muestra es la que invita a confiar en que puede ocurrir. Y que tenemos que ser parte de ello. Y teniendo en cuenta lo complicado que es calar en el público, al menos a medio plazo, con una película, y más si tiene mensaje social, Mañana triunfa en su cometido.


Cyril Dion y Mélanie Laurent estructuran el cambio en cinco niveles: agricultura, energía, economía, democracia y educación. Los motores de nuestra sociedad. Con esa clara diferenciación no se pierden a la hora de mostrar cristalinamente el mensaje deseado, ya que se salta de un capítulo a otro cuando el anterior ha quedado cerrado y reflexionado. Islandia, India, Detroit, Dinamarca y Finlandia son algunos de los núcleos de la cinta, que salta de un lugar a otro de la geografía global para descubrirnos iniciativas brillantes, en muchos casos por la honestidad y simpleza. Ese definido esqueleto del guión permite también dar un respiro en cuanto a las lecciones de autonomía energética y economía complementaria, temas que se presentan de manera sencilla, pero que podrían resultar farragosos de haberse centrado demasiado la atención en ellos. Ese buen ritmo y el conocimiento de cuándo hay que cambiar de una iniciativa a otra hace que se salven los altibajos de conexión con el espectador. Además, contraviniendo a Al Gore y Michael Moore, no se busca indignar -lo cual no habría sido nada complicado-, sino que el objetivo es arrojar luz a un futuro mejor, que cada día parece estar más en la sombra. El mensaje es esperanzador.


Ese optimismo a veces puede resultar irreal, lo cual dice mucho de nuestra capitalizada manera de pensar. Por lo que no con todas las iniciativas quedamos tan convencidos, pero por lo general las personas que se ponen ante la cámara saben transmitir su experiencia de forma natural, lo cual ayuda a asimilarla. Dejando de lado que las iniciativas parezcan más o menos aplicables a nivel global en la sociedad que nos rodea, si hablamos estrictamente de cine, Mañana es un producto exitoso. No sucumbe al mensaje negativo e incriminatorio, necesario a veces, e introduce al espectador en su juego. Pero, ¿es un juego? No hay que estrujarse mucho las neuronas para ver que Dion y Laurent han dado forma a este potente documental para instar al cambio, para que salgamos del cine con las manos inquietas, con ganas de cambiar el mundo y pensando que es posible que suceda. Si finalmente no crece el fuego no será porque ellos no han lanzado las suficientes chispas. Henri Cartier-Bresson defendía que hay que estar implicado con la causa que encuadras cuando te pones tras una cámara. Él se refería al fotoperiodismo de guerra, y en el caso de Mélanie Laurent y Cyril Dion su parcialidad va dirigida a un mundo más equilibrado, democrático y respetuoso. Lo quieren conseguir a través del cine, y Mañana es una declaración de intenciones, encubierta de positivismo, en toda regla. Además de una película entretenida y útil para conocer el mundo en el que vivimos. Pero la cámara es en realidad el medio con el que se implican y tratan de implicarnos en una lucha.

8/10

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