Kingsman: The Secret Service
Año:
2015
Fecha de estreno:
27 de Febrero de 2015
Duración:
129 min
País:
Reino Unido
Director:
Matthew Vaughn
Reparto:
Taron Egerton, Colin Firth, Samuel L. Jackson, Mark Strong, Michael Caine, Mark Hamill, Sofia Boutella, Sophie Cookson
Distribuidora:
20th Century Fox
Cuando hace más de dos años
Matthew Vaughn decidió abandonar el puesto de director de ‘X-Men: Días del
futuro pasado’ mucha gente se llevó las manos a la cabeza, ya que iba a ser la
continuación de una regeneración del mundo de los superhéroes que él mismo
había propiciado. Pero todo estaba justificado, y si a alguien le quedaba
alguna duda, ‘Kingsman: Servicio Secreto‘ es la prueba necesaria para comprobarlo.
La adaptación de ‘Kick Ass’ fue uno de los pasos más importantes en la carrera
de Vaughn y el material original del escritor de cómics y novelas gráficas Mark
Millar le sirvió para dejarnos una de las películas más originales en el ámbito
hoy en día tan saturado de los superhéroes. Una vez más el director y el
escritor han vuelto a trabajar juntos y el resultado hace que te olvides de los
mutantes y de los superhéroes y te metas en un renovado mundo de espías y
tramas originales en un género que parecía que no podía dar más de sí, pero
Matthew Vaughn es experto en demostrar algo que parece obvio pero que rara vez
nos encontramos en los cines, que la originalidad es la herramienta necesaria
para sorprender y dejar con la boca abierta en cualquier género y una vez más
la aplica con su estilo ya característico.
Un villano maligno e implacable
que quiere acabar con el mundo irracionalmente, un agente que supera todas las
adversidades, una chica para que el protagonista no se aburra durante la misión
y un equipo de élite que permita que el espía pueda cumplir con su complicado
objetivo. Esa es la fórmula de una película de espías, partiendo de ahí puedes
escribir tu propia historia y mandársela a Metro Goldwyn Mayer para ver si te
la compran para la próxima película de Bond. Desde hace unos años se ha ido
complicando esa ecuación, tratando de dotar a los villanos de una humanidad y
una justificación para sus actos, al igual que los protagonistas/héroes se
veían envueltos en una complejidad psicológica y una dualidad entre el bien y
el mal. En ‘Kingsman: Servicio Secreto’ también nos encontramos con el
antagonista, dos héroes y una agencia de élite, pero todo está planteado desde
un punto de vista que rompe con lo establecido, a la vez que juega con las
normas para conseguir esa ruptura.
Eggsy es un joven problemático
que será reclutado por Harry, un enigmático agente de una elegante organización
de espías, para pasar las exhaustivas pruebas para convertirse en un Kingsman.
Mientras tanto Valentine, el villano, tratará de sembrar el caos en el mundo
para perpetuar una selección selecta de humanos sobre la faz de la Tierra. Esa
breve sinopsis puede sonar tópica, pero el desarrollo de la película demuestra
que es todo lo contrario. El factor clave es la habilidad de Matthew Vaughn para
hacer que las dos tramas principales evolucionen de manera paralela sin que
ninguna pierda interés, algo muy complicado teniendo en cuenta que a la mayoría
de los blockbusters ya les cuesta despertar el interés en una sola trama. Haber
sido socio de Guy Ritchie durante la época de ‘Lock & Stock’ y ‘Snatch:
cerdos y diamantes’ le ha dejado a Vaughn un bagaje que está muy presente en su
cine, pero que lejos de convertirse en una copia barata del director de ‘RocknRolla’
ha ido desarrollando su propio estilo, adoptando lo mejor de las gamberras
cintas de Ritchie.
La acción salvaje es uno de los
puntos más interesantes de ‘Kingsman: Servicio Secreto’. De nuevo es necesario
acordarse de lo tediosas que pueden ser las peleas lineales de las grandes
producciones convencionales. En Kingsman estos enfrentamientos están rodados al
detalle, con originalidad y toques de humor cuando es necesario, la bestial
pelea en el pub protagonizada por Colin Firth en el pub ya apunta hacia qué dirección
apunta la película. Aun así la cinta no se pierde en la espectacularidad visual
que logra, sino que todo eso se fundamenta en una historia y unos personajes
que son la verdadera clave, lo que permite que todo lo demás funcione. Conseguir
que alguien que ha hecho docenas y docenas de películas como Samuel L. Jackson
deje una de las mejores interpretaciones de su carrera es algo a tener en
cuenta. El personaje de Valentine es, en mi opinión, el más llamativo de la
película. Su particular caracterización y personalidad le convierten en un rol
totalmente atópico, que a la vez plantea un dilema moral sobre la
sobrepoblación de nuestro planeta y la dependencia de la tecnología. Los toques
de humor fluyen con naturalidad gracias a la evidente química entre el reparto
y dan mucho juego a la hora de mantener el entretenimiento sin perder la
seriedad del conflicto que se plantea. A estas alturas puede parecer difícil
que Colin Firth sorprenda, pero de nuevo lo consigue en un registro que al
mismo tiempo ya le hemos visto, el de elegante británico, y que es radicalmente
nuevo, como maestro de la pelea cuerpo a cuerpo, sin perder ni un ápice de su
distinción natural. Por último, el descubrimiento del film es el joven Taron
Egerton, que ya suena para multitud de papeles en los despachos de Hollywood, y
muy merecidamente, porque para ser su primer gran papel parece que lleva toda
la vida en esto.
El carisma de los protagonistas,
los momentos y cuidados detalles de originalidad y la consciencia de Vaughn de
sus propias influencias -siendo el agente 007 la más notable- hacen de ‘Kingsman:
Servicio Secreto’ una de las cintas más completas del año. Quien vaya a verla buscando entretenimiento saldrá del
cine totalmente maravillado, al igual que los que estén deseando ver un
blockbuster que no deje indiferente. Aunque probablemente los que quedarán más
satisfechos serán los que cada vez que van a ver una película de Colin Firth
estén esperando a que protagonice una batalla épica en una iglesia.
8/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario