American Sniper
Año:
2014
Fecha de estreno:
20 de Febrero de 2014
Duración:
132 min
País:
Estados Unidos
Director:
Clint Eastwood
Reparto:
Bradley Cooper, Sienna Miller, Luke Grimes, Jake McDorman, Kyle Gallner, Keir O'Donnell, Eric Close, Sam Jaeger, Owain Yeoman
Distribuidora:
Warner Bros
Ir
al cine con la seguridad de que vas a ver una película con cierta
calidad mínima es una sensación que no muchos directores consiguen
crear, y Clint Eastwood es uno de esos pocos de los que puedo fiarse
a ciegas de sus proyectos. Jersey
Boys, su
anterior película, era menor en cuanto a ambición del proyecto,
pero igualmente disfrutable, sobre todo para quienes degustan con
placer los musicales. El Francotirador llegó a España precedido de
un éxito muy notorio, tanto de la autobiografía de Chris Kyle como
de la película que se basa en dicha novela, que ha acabado coronando
a American Sniper como el estreno de Clint Eastwood como director más
rentable (y eso que aún tiene recorrido por delante), como se puede
observar en estos datos extraídos de Box
Office Mojo.
Pero
retomemos la senda puramente cinematográfica. Y es que la película
nº 34 como director de Eastwood está más preocupado por Chris Kyle
como persona que como soldado. La sobrecogedora escena inicial ya nos
abre la puerta del debate mental, las cuestiones psicológicas a las
que se verá sometido Kyle durante la guerra y posteriormente en su
regreso con su familia. Y es que, la guerra, no es algo que abandones
en el campo de batalla, se instala en tu mente y te acompaña allá
donde vayas. Algo que ya nos habían contado en En tierra hostil
(que ganó el Oscar), y, para mi gusto, de forma más certera o que
al menos conmigo caló más hondo.
Tampoco
hay que olvidar que la película se cuenta desde la perspectiva de
Chris, por lo que mucho de lo que se cuenta pertenece a su visión,
pero no necesariamente a la del director. Es curioso que la idea de
la película sobre la figura de Chris Kyle es anterior a que este
escribiera sobre sus vivencias, pero una vez su autobiografía fue
publicada, ese punto de vista fue muy útil para la película. Yo veo
a este soldado, y pienso que Eastwood nos lo relata como su fuera un
personaje de sus westerns. Dividido entre sus obligaciones morales
hacia su país, sus compañeros en guerra, y su familia. La presión
y cómo esta afecta a sus relaciones es el eje central, más que el
conflicto armado en sí. También influye en el personaje de Kyle la
educación en la que se ha criado. Las ovejas, lobos y perros
guardianes que le comenta su padre, el anhelo de ser un cowboy...
Factores que van modelando su personalidad.
Evidentemente,
la película no deja de lado las escenas bélicas, y nos regala
momentos de gran tensión y lograda crudeza. Hay momentos muy
realistas, rodados con cámaras Blackmagic, cámaras muy pequeñas,
digitales y de gran calidad que le sirven al director para dar puntos
de vista únicos. Pero si destaca algo en El francotirador, ese es
Bradley Cooper. Ha sido muy criticado por algunos, pero yo le veo
perfecto en el papel, un personaje que se cuece más en su cabeza que
lo que exterioriza, y ahí la mirada de Cooper (hay muchos planos
cercanos de su rostro) sabe exteriorizarlos. Un actor que no le
importó engordar 30 kilos para interpretar a su personaje, que
aprendió a disparar como un auténtico francotirador y que tuvo que
mentalizarse para representar a un soldado que, tras cuatro
incursiones, acumuló 1200 días en el campo de batalla y al que se le acreditan
entre 160 muertes (que dice el Pentágono) y 255 que apuntan los
Marines. La leyenda le llamaban sus compañeros. El Satán
de Ramadi, le llamaban los insurgentes irakies. El francotirador
más letal de los Estados Unidos.
Durante
la película, se nos muestra a un fracotirador enemigo, Mustafa, que
sería como el némesis de Chris Kyle o, mejor dicho, el Chris Kyle
del bando contrario. Se echa en falta más presencia e indagación
sobre él, creo que la película hubiera ganado bastante
imparcialidad desarrollando más este personaje y más trasfondo,
para ampliar el mensaje de la persona sobre el soldado, del soldado
frente a un ejército en concreto, independiente de ideologías y
creencias. Algo que ya hizo Eastwood con Banderas de nuestros
padres y Cartas desde Iwo Jima, enfocando la II Guerra
Mundial desde ambos bandos.
De
la escena del bebé mejor no hablaremos, creo que Clint ya a sus 84
años no vería bien el monitor de grabación, diría que daba el
pego y al equipo técnico le sabría mal contradecirle o algo
similar, pero obviando ese detalle, y pese a que El francotirador no
cala como debiera, sigue siendo un relato interesante e inquietante
sobre la persona frente a un conflicto armado y cómo sobreponerse
después del contacto con dicho horror. De escoger las prioridades
que deben regir en las vidas de cada uno y, sobre todo, como la unión
familiar puede ser clave para superar un trauma psicológico.
7/10
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