Título original:
Pride
Año:
2014
Fecha de estreno:
19 de Marzo de 2015
Duración:
120 min
País:
Reino Unido, Francia
Director:
Matthew Warchus
Reparto:
Ben Schnetzer, Bill Nighy, Imelda Staunton, Dominic West, Paddy Considine, George MacKay, Andrew Scott, Jessica Gunning
Distribuidora:
Golem
Han pasado tres décadas desde que en el verano de 1984,
un grupo de jóvenes activistas gais y lesbianas hicieran historia al unirse y
apoyar a la famosa huelga de mineros que se produjo en pleno gobierno de la
derechista y conservadora Margaret Thatcher. Este hecho insólito, por extraño
que parezca todavía no había sido llevado el cine, y es que los sucesos detrás
de Pride tienen materia prima para
convertirse en todo un referente a la hora de contar historias.
Todo comienza cuando un grupo de activistas
LGBT encabezados por el líder Mark Ashton (Ben Schnetzer) deciden recaudar
fondos para ayudar a las familias de los trabajadores que están en huelga con
el lema “Lesbians and Gays Support the Miners”. Los problemas empiezan cuando
el sindicato no acepta su dinero, así que toman la decisión de viajar en una
furgoneta a un pueblo minero del norte de Gales con la intención de ganarse la
confianza de los huelguistas y sus familias demostrándoles que ambos están en
una lucha común, y lo más importante, que la unión hace la fuerza.
Este
reivindicativa acción no les supondrá una tarea fácil pero mediante un
estupendo y sensible guion que combina a la perfección el drama y la comedia,
al final ambas comunidades acabarán entendiendo que son muy pocas las
diferencias que los separan y muchas las similitudes que los unen. Y es que, la
principal razón que hace que esta película sea tan efectiva es el poderoso y
necesario mensaje que transmite, desgraciadamente más olvidado de lo que
debiera en una actualidad preocupada por asuntos banales. No hay que olvidar
que somos herederos de aquellas manifestaciones que se formaron a base de
tolerancia y proyectos comunes, y como tal, les debemos un respeto y seguir con
la tarea que ellos empezaron, y que desde luego, está lejos de estar terminada.
No me cansaré de repetir el buen equilibrio que tiene Pride como producto, son muchas las
veces que vemos películas que intentan abarcar demasiada temática y en realidad
no acaban hablando de nada, y es que de una forma sencilla y honesta el film de
Matthew Warchus consigue hablar de temas tan variados como: la intolerancia, la
amistad, los primeros amores, la emancipación, el feminismo, el auge del VIH,
la solidaridad, las relaciones matrimoniales…y ninguno parece más importante que otro, todos tienen su
momento en la trama.
Pero como es lógico, ninguna película funciona sin unos actores
que la sostengan, y aquí tenemos un festival de actores británicos de distintas
generaciones que dan lo mejor de sí mismos, es un reparto extraordinariamente
coral donde cada uno tiene una personalidad marcada. La película acierta en
poner rostros desconocidos en el papel de los jóvenes luchadores, mientras que
para los veteranos, apuesta por caras más conocidas y experimentadas como
Imelda Staunton (Vera Drake), Bill
Nighy (Love Actually) o Dominic West
(The Affair) entre otros.
Bill Nighy, que interpreta a uno de los mineros que están en huelga dijo en una entrevista: creo que el espectador se sentirá francamente mejor al salir del cine que cuando entró. Porque habrá visto una sorprendente historia de coraje e ingenio y habrá conocido a personajes poco habituales en el cine.
Pongo estas palabras porque me siento francamente identificado con ellas, y no solo yo, muchas personas que ya han podido disfrutarla me manifiestan la misma sensación de alegría, de reivindicación y de ganas de transformar el mundo.
Su marcado carácter de universalidad hace de Pride que sea algo que vaya más allá de una lucha conjunta de mineros y homosexuales, su mensaje es extrapolable a cualquier reivindicación justa, y esa es la razón por la que se ha hecho, porque si algo demuestra esta película es que el legado de Harvey Milk sigue vivo. Y debe de seguir estándolo.
Bill Nighy, que interpreta a uno de los mineros que están en huelga dijo en una entrevista: creo que el espectador se sentirá francamente mejor al salir del cine que cuando entró. Porque habrá visto una sorprendente historia de coraje e ingenio y habrá conocido a personajes poco habituales en el cine.
Pongo estas palabras porque me siento francamente identificado con ellas, y no solo yo, muchas personas que ya han podido disfrutarla me manifiestan la misma sensación de alegría, de reivindicación y de ganas de transformar el mundo.
Su marcado carácter de universalidad hace de Pride que sea algo que vaya más allá de una lucha conjunta de mineros y homosexuales, su mensaje es extrapolable a cualquier reivindicación justa, y esa es la razón por la que se ha hecho, porque si algo demuestra esta película es que el legado de Harvey Milk sigue vivo. Y debe de seguir estándolo.
No os dejéis engañar por la temporada de premios ni por
campañas publicitarias agresivamente orquestadas, la verdadera peli british del
año no es The Imitation Game, ni mucho menos La teoría del todo, la joya de la corona
es una película mucho más sencilla, agradable y disfrutable, y su nombre es
PRIDE.
9/10
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