Título original:
Saint Seiya: Legend of Sanctuary
Año:
2014
Fecha de estreno:
6 de marzo de 2015
Duración:
93 min
País:
Japón
Director:
Kei'chi Sato
Reparto:
Animación
Distribuidora:
Alfa Pictures
En 2011, para conmemorar el 25
aniversario de la creación del manga Los caballeros del zodiaco,
se aprobó un proyecto para realizar la sexta película de dichos
personajes, adaptándola a los tiempos modernos tanto narrativa como
técnicamente. El resultado ve la luz ahora, en un flamante 3DCGI y
no es otro que Los caballeros del zodiaco: La leyenda del
Santuario, una especie de remake
/resumen/ reescritura del anime original, conservando la
esencia general y mostrando fidelidad a la línea argumental básica
(al menos desde que llegan a las doce casas). No en vano, detrás del
proyecto dirigido por Kei'chi Sato está el mismísimo Masami
Kurumada, autor del manga.
La historia presenta a una adolescente
Saori Kido cuando descubre que es la reencarnación de Atenea, salvada cuando era tan sólo un bebé por Aioros de Sagitario a costa de su propia vida. En el
Santuario de las doce casas del Zodiaco, un falso Patriarca se erige
como líder, acompañado de una falsa Atenea. Saori decide viajar al
Santuario junto a los caballeros de bronce, unos guerreros encargados
de su protección, quienes lucharán contra los doce caballeros
dorados por reestablecer el orden y desenmascarar al impostor, que ha
conseguido engañar a todos.
Aunque nos dan ciertas pautas sobre el
pasado de Seiya, Hyoga, Shun, Shiryu y Saori -de quien más sabemos
pues la historia gira en torno a ella-, no tenemos una presentación
de personajes exhaustiva y eso le puede pasar factura sobre todo
porque los caballeros dorados de las doce casas se nos presentan
atropelladamente. Aquí ya un seguidor de la serie se sentirá en su
salsa reconociendo a los personajes; los demás pensarán que falta
desarrollo para comprender sus acciones. Echamos de menos más
protagonismo del siempre misterioso Ikki, cuya participación
deslavazada en esta película decepciona.
Como ocurría con Capitán Harlock,
la factura técnica de estos caballeros del zodiaco resulta
impecable, muy propia del mundo 3D. Cuesta ver reflejados en esta
reinvención de personajes a los míticos Seiya, Hyoga y compañía
con esas figuras estilizadas, cuasi femeninas -no lo decimos sólo
por ti, Shun- pero no es un lastre, al fin y al cabo, cuando el ojo
se hace a ellos. Si la comparamos con el anime, la película
condensa la acción por lo que suprime muchas características con
respecto a la serie original. Así, las batallas van directas al
grano -nada de reflexiones verborreicas entre medias- sin profundizar
en los porqués de las peleas -cuando Shiryu o Hyoga se enfrentan a
sus maestros, por ejemplo, se pierde la fuerza dramática-.
Para mí, son dos los defectos
principales a pesar de que no desmerecen el conjunto. Por un lado, la
falta de consistencia de los personajes, ya que hay tantos, si no
conoces previamente la historia -aunque no sea necesario para
entenderla- y el cambio de carácter de Seiya hacia un tono más
cómico, muy al estilo de otros personajes de anime como Goku o
Chicho Terremoto. Una, que está acostumbrada a un Seiya serio,
reflexivo, centrado y responsable se sorprende con esas salidas de
tono. Ah, sí, y “memorable” también, el señor bailecito de
Death Mask en una ridícula reinterpretación del personaje, cual
Vegeta en La batalla de los Dioses.
En resumen, en líneas generales Los
caballeros del Zodiaco: La leyenda del Santuario
satisface la curiosidad nostálgica de aquellos que disfrutaban con
las luchas mitológicas de los legendarios “guardianes del
universo”. Intensa, espectacular, un prodigio visual fiel al
argumento más recordado del anime en el cual se basa; esta película
ha logrado cumplir con mis expectativas de ver en pantalla grande a
los Saint Seiya.
7/10
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