Título original:
Anime Nere
Año:
2014
Fecha de estreno:
27 de marzo de 2015
Duración:
103 minutos
País:
Italia
Director:
Francesco Munzi
Reparto:
Marco Leonardi, Peppino Mazzotta, Fabrizio Ferracane, Anna Ferruzzo, Barbora Bobulova, Giuseppe Fumo, Pasquale Romeo, Vito Facciolla, Aurora Quattrocchi
Distribuidora:
Betta Pictures
A lo largo de la historia del
cine han ido apareciendo grandes obras relacionadas con el mundo de la mafia,
sobre todo en el entorno napolitano o siciliano. Ya en los anales quedan
películas como la saga de El padrino
(Francis Ford Coppola), Erase una vez
en América (Sergio Leone, 1984) o Uno
de los nuestros (Martin Scorsese, 1990). En este contexto se mueve el filme
de Francesco Munzi sin alcanzar cotas altas y profundas del mundo de la mafia
pero mostrando un ambiente dramático dentro de una familia. Recuerdo mis bajas
expectativas antes de verla pensando que sería otra película cualquiera de
mafia sin fundamento pero, a medida que avanza y se aprecia una sobrecogedora
atmósfera, el nivel de embaucamiento va creciendo hasta el final.
El argumento, basado en la novela
de Gioacchino Criaco, trata sobre una familia mafiosa dirigida por tres
hermanos que se dedica al tráfico de drogas como vía principal de ingresos. Mientras
que dos de ellos participan íntegramente en el negocio, el otro hermano
(Luciano) trata de mantenerse lo más alejado posible. Por el contrario, su hijo
(Leo) está ansioso por trabajar en los negocios mafiosos y será el culpable de
provocar las principales variantes de la trama.
Munzi se centra fundamentalmente
en mostrar el ambiente y los intereses que se mueven dentro de un drama
familiar generado por una pequeña disputa entre familias mafiosas. Podía haber
dado más importancia a los aspectos más violentos de este género pero, en
cambio se fundamenta en la relación que mantiene en todo momento Luciano con su
hijo Leo. Al fin y al cabo un padre tratando de apartar a su hijo de los
negocios, para salvarlo de las peores consecuencias que pudieran ocurrir. En base
a este precepto también se desenvuelve El
padrino (Coppola, 1972) cuando Vito Corleone siempre trata de mantener a
todos sus hijos a salvo. La mafia gira en torno a la familia pero en todo
momento la protección de ésta es lo más importante.
A pesar de esta virtud de la
película italiana, el principio de la misma puede llegar a ser en cierto modo
pesado porque muestra repetidas veces detalles fácilmente perceptibles, cuyo
único fin es acentuar esa distancia entre Luciano y sus otros hermanos. También
el ritmo lento, que en mi opinión funciona a la perfección en la saga de
Coppola, en Calabria no termina de
encajar hasta que la historia alcanza los tramos decisivos, en los que se
aprecia la inquietante atmósfera que comentaba al principio del artículo. Sin
embargo, en dicha parte de la película, la manera en la que se desestabilizan
los vínculos familiares y sobre todo los cambios en el comportamiento de
Luciano están perfectamente realizados. De una manera increíble se pasa de la
engañosa calma a la cruel tragedia, del silencio más profundo al siniestro y
trágico ruido.
El aterrador e impactante final
mezclado con la incertidumbre dentro del ámbito familiar, en el que se trata de
buscar un poder de reacción que conlleve una solución positiva, es el desenlace
idóneo a un magnífico clima que no cesa casi en ningún tramo del filme. Acompañado
por unas interpretaciones más que correctas, Calabria es una película bastante acertada en líneas generales y,
por supuesto, recomendable de contemplar en el cine.
7/10
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