Vuelve
la Tierra Media a las carteleras españolas de la mano, una vez más,
de Peter Jackson y el mundo de Tolkien. El hobbit: la desolación
de Smaug, es una de las películas más esperadas por el público,
a pesar que la primera parte de esta nueva trilogía, estrenada a
finales del año pasado, no levantó el mismo entusiasmo que la
trilogía de El señor de los anillos.
Pero esto no evitó que recaudase más de mil millones en todo el
mundo situándola en el puesto número 15 del ranking mundial de
recaudación de todos los tiempos, eso sí, lejos de El
retorno del rey, que se
encuentra la número 7.
Pero
dejando de lados las astronómicas cifras de esta saga, esta nueva
trilogía está dividiendo a críticos y público entre fanáticos y
decepcionados, entre los que han despertado de la maravillosa Edad
Media y han visto como se ha estirado un libro en tres películas de
relleno, o los que prefieren dejarse llevar por las aventuras sin
más.
En
La desolación de Smaug se
continúa sin previa introducción por donde se dejó el viaje (hay
que ir con los deberes hechos) siguiendo a la compañía de los 13
enanos liderados por Thorin
Escudo de Roble, Bilbo Bolsón y el mago Gandalf el Gris hacia la
Montaña Solitaria donde les guarda el dragón Smaug...
Aquí,
sin presentaciones que hacer, se pasa directamente a la acción y la
aventura de la misión, lo que haría presuponer una mayor agilidad
del ritmo, pero nunca hay que presuponer nada si no quieres llevarte
un chasco.
Efectivamente,
el ritmo se nota más ágil que en El
viaje inesperado,
saturada de escenas que funcionaban más o menos por suelto pero que
poco aportaban al conjunto para una mayor fluidez narrativa. Aquí
las acciones hacen avanzar la acción, no sólo entretienen, pero
sigue costándole a la película arrancar. Se empieza con un
flashback de Gandalf y Thorin acordando los menesteres de la misión
que estamos viendo, más persecuciones de orcos, visita a la casa de
Beorn el cambiante, llegada al Bosque Negro, arañas gigantes... todo
esto, hasta la aparición de los elfos es bastante pesado y poco
atractivo. Además, perdemos de vista a Gandalf, que se separa del
grupo (esto sucede mucho en la película, perder de vista a
personajes y rescatarlos cuando son necesarios) y empieza a crear la
sensación de déjà vu
que hay constantemente en el espectador y que iremos comentando.
Miedo
me da una revisión a El señor
de los anillos pero
al menos aquella trilogía tenía claro su tono oscuro y, aunque
pretenciosa, conseguía llegar a la épica que apelaba. Aquí, de un
libro juvenil se quiere jugar a captar tanto a éstos como a otros, y
pierde identidad propia, además de querer dar profundidad a una
historia que no la tiene y funcionaría mejor si se dedicase a la
aventura por la aventura.
No
todo es malo, por supuesto, y tiene escenas que bien dejan más que
satisfechos como la de los barriles en el reino de los bosques de los
elfos, de lograda tensión y el esperado dragón, muy bien recreado.
Pero hasta en los pasajes donde más destaca se observan detalles que
no nos dejan disfrutar del todo, metiendo con calzador una historia
de amor (parece que por decreto debe haber una, pegue o no en la
historia). Al menos Evangeline Lilly está genial, aportando el toque
femenino que faltaba, pero quizás su personaje nos traiga a la mente
a Arwen (otro déjà vu) y no entendamos del todo qué pinta en la
historia.
En
general se abusa de los primeros planos para transmitir emociones o
peligro, y, en concreto, los momentos de cámara GoPro dentro de la
escena de los barriles quedan muy torpes y de baja calidad, ridículos
en una producción de estas características. De hecho, no sé si con
el 3D se disimularán, pero en 2D hay algunos efectos especiales que
se notan muy digitales, creando la sensación a veces de videojuego y
restando veracidad. Por suerte esto no afecta en absoluto al diseño
de Smaug, que aunque se hace esperar, no defrauda cuando aparece,
siendo uno de los reclamos para ver la película.
Pero
antes de llegar a él, hay que pasar por otro tramo que baja la
intensidad y lo que acaba haciendo recordar al espectador las 2
horas y media largas que dura.
Y
es que el tramo de la Ciudad de Valle, con un pobre Stephen Fry con
un personaje olvidable y un consejero que nos trae de nuevo el déjà
vu de Grima a la cabeza, se hace pesado. Aparece un nuevo personaje,
Bardo, que crea cierto interés, pero tan pronto nos presentan su
historia ya preveemos por donde irán los tiros en la tercera entrega
con su personaje... Poco sorprendente. Además, se hace hincapié en
la entrada sigilosa de los enanos para que luego no les pase nada
cuando se les descubre y, encima, nadie se percata de los orcos
cuando llegan... Poco creíble.
Pero,
como digo siempre, estos fallos se perdonan si la película a cambio
ofrece un espectáculo que nos haga olvidar todo y disfrutar con
ella, pero La desolación de
Smaug
está más empeñada en rellenar escenas y preparar la siguiente
película que en ofrecer una película disfrutable por sí misma, más
allá de la anterior o la siguiente. Y, para colmo, finaliza con una
de las cosas que más odio que hagan en una película: finalizar como
en una serie, con el típico gancho evidente (sólo falta el
“continuará”) para dejar la incertidumbre hasta el siguiente
año. Al menos, si se hace, que se siga el ejemplo de Los juegos del hambre: En llamas, que
finaliza con la trama empezada (nada de dejar abierta, ya no
subtramas, sino la trama principal que desarrolla la película) y te
tiene todo su metraje sin mirar el reloj e incluso parece que durase
una hora menos, no que parece que dure tres y encima no te ofrece
final.
La
conclusión final es que, si te gustó El
viaje inesperado esta
la disfrutarás, pues mejora leves aspectos de aquella aunque en
esencia es muy similar, pero el nivel de la saga El
Hobbit
dista mucho de lo ofrecido por Peter Jackson en El
señor de los anillos
y denota una falta de ritmo y repetición de esquemas preocupante.
Entretiene en cierta medida y eso la salva de la quema, pero está
lejos de lo que podría esperarse. Veremos si Partida
y regreso sabe
dar al menos la batalla épica que lleva dos películas vendiendo
(otro déjà vu con la batalla final de El
retorno del rey).
6/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario