La
polémica y Lou Ye van cogidos de la mano. El director chino ha sido
censurado en su país debido a su estilo transgresor y lo espinoso de
los temas que suele tratar. En 2006, China le impuso una sanción de
cinco años de inhabilitación tras estrenar (también estuvo
nominada en Cannes a la Palma de Oro) Summer Palace, una
película con la que relataba la represión militar en la plaza de
Tiananmen de junio de 1989, un tema prohibido en su país. En 2009,
buscando financiación en el extranjero, pudo presentar Spring
Fever cuyo núcleo gira en torno
a la relación de dos hombres homosexuales, otro tema tabú en China.
Ye tiene predilección por mostrar sus obsesiones de índole sexual
en la pantalla. Y, aunque Love & Bruises no
es para nada explícita, el deseo carnal y la violencia están muy
presentes a lo largo de su última película, una co-producción
francesa donde explora la intensa relación entre dos jóvenes
necesitados.
Por
un lado, tenemos a Hua, una joven profesora china que se ha instalado
en París. Su novio corta con ella y, mientras va paseando, sufre un
pequeño accidente cuando Mathieu, un joven obrero, le pega en la
cabeza con unos tubos metálicos. Para disculparse, Mathieu la invita
a cenar y se establece entre ellos una dolorosa relación de
dependencia y necesidad marcada por la violencia física y la
apetencia sexual. Son dos personas con intereses distintos, con
diferencias intelectuales obvias pero cuya desorientación y soledad
les hará sentir una imparable necesidad el uno del otro, incapaces
de separarse aunque se pongan a prueba.
El
último trabajo de Lou Ye es una adaptación de la novela
autobiográfica de Jie Liu Falin llamada Bitch, un libro
bastante polémico por el alto contenido sexual (de nuevo, los chinos
con sus tabúes). Para dar el salto a la gran pantalla, se optó por
cambiarle el título a uno menos controvertido y aligerar la trama
sexual focalizando más en la idea del dolor al amar compulsivamente.
Asimismo, la visión urbanita de París juega un papel importante
como ciudad (anti)romántica, casi como un personaje más. Corinne
Yam, quien ha sido modelo de marcas de moda prestigiosas como Vuitton
y Dior, interpreta a Hua en su primer papel protagónico en el cine
sin terminar de cuajar como la solitaria, angustiada y apasionada
Hua. Por su parte, Tahar Rahim, conocido gracias a su papel en Un
profeta, da vida de forma más convincente al agresivo y loco
enamorado Mathieu.
Como
decíamos, en Love & Bruises los personajes se pasan gran
parte del metraje haciendo el amor aunque en ningún momento el
director explicita esas escenas. Sí es cierto que el espectador se
siente como una especie de voyeur debido a la cámara en mano
y al enfoque intimista de unos planos detalle que expresan los
sentimientos más dolorosos de los dos protagonistas. Dice Lou Ye que
cualquier historia se puede contar a través de una historia de amor.
En este caso, una de amores impulsivos y autodestructivos, donde el
sexo adquiere un cariz predominante debido al carácter promiscuo y
sumiso de Hua. Tanto sexo y tanta agresividad, unido a una lentitud
de desarrollo narrativo y a que los porqués de los roles en esta
relación de adicción no quedan del todo claros, nos llevan a sentir
Love & Bruises como una película monótona, superflua y
agotadora.
5/10
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