2014 nos ha dejado y es hora de
elaborar una lista que incluya lo que uno subjetivamente piensa que han sido
los mejores estrenos cinematográficos que se han podido ver a lo largo del año
en las salas de cine españolas. Personalmente, percibo que ha sido un año
notable y de gran variedad temática, quizás no sobresaliente, pero
afortunadamente hemos podido disfrutar de un buen puñado de películas que sin
duda muchas de ellas permanecerán en la memoria colectiva de los cinéfilos (y
no tan cinéfilos) que las han disfrutado. Antes de poner mis elecciones, quiero
aclarar que ha sido especialmente duro dejar fuera películas como: All is lost, Oh Boy, Agosto, Guardianes de la galaxia, Inside Llevyn Davis, Mommy, Nebraska, Philomena, Dos
días, una noche, Boyhood, Ida, Her,
Amarás al prójimo, Las dos caras de
enero o Diplomacia entre otras.
Las considero grandes cintas cada una por distintos motivos pero la restrictiva
consecuencia de hacer una lista de estas características te obliga a descartar
muchas de ellas. Simplemente quería hacer una mención a esos títulos.
A continuación, dejaré los 10
títulos que más me han entusiasmado:
10. Perdida
David Fincher es actualmente una
de las grandes figuras del cine americano, sus estrenos siempre son motivo de entusiasmo
y de expectativas y si además la película en cuestión está basada en uno de los
bestsellers más reconocidos de los últimos años, las ganas de verla se multiplican.
No considero Perdida un thriller ni
una película de género sino una sátira, una retorcida y cruel sátira sobre el
concepto del matrimonio y como la vida de una persona está sujeta a la opinión
de la del resto. Eso es lo verdaderamente escalofriante de la película, el
poder de la opinión pública de encumbrar o destrozar la vida de un ser humano a
su antojo. Últimamente, las películas de este meticuloso y perfeccionista
cineasta han sido contadas por grandes papeles femeninos: Cate Blanchett en El curioso caso de Benjamin Button,
Rooney Mara como la icónica Lisbeth Salander en el remake americano de la
primera parte de la saga sueca Millennium
y por último Rosamund Pike como la aparentemente frágil y enamoradiza Amy
en la película que ahora nos atañe. Si a esto le añadimos los futuros proyectos
con Gillian Flynn, escritora y guionista de Perdida,
podemos afirmar que ha encontrado en el sexo femenino un poderoso aliado que no
debería dejar de escapar a la hora de contar sus historias.
9. Upstream Color
8. Winter Sleep (Sueño de
invierno)
El cineasta turco Nuri Bilge
Ceylan ya tenía un nombre de prestigio en la industria del cine europeo con títulos
como: Lejano, Tres monos o Érase una vez en
Anatolia, pero había la sensación de que faltaba una obra en su filmografía
que pudiera considerarse como una masterpiece. Es muy posible que Winter Sleep sea esa película, y es que
la última ganadora de la Palma de Oro puede que no tenga la unanimidad absoluta
que tuvieron sus tres antecesoras (El
árbol de la vida, Amour y La vida de
Adele), pero una vez que ves la película tienes la sensación de que el
premio gordo de Cannes no le viene grande. Lo que más admiro de este director
es su maravillosa habilidad a la hora de crear contrastes entre los hermosos
planos exteriores y sus angustiosos planos interiores jugando constantemente
con la idea de que el ser humano nunca ha sido libre y que está atado a circunstancias
que escapan a su control. Hay que reconocer que su duración asusta un poco
(dura 3 horas y cuarto) pero realmente cuando la vi en ningún momento se me
hizo pesada a pesar de ser una película que tiene un ritmo pausado, pero ese es
su gran acierto, el dejarla reposar para que el conjunto no quede ni desafinado
ni acelerado. Un gran estudio de personajes y una película más que
recomendable.
7. El Hobbit: La batalla de los
cinco ejércitos
No es ningún secreto que como
mucha gente soy un fan acérrimo de la trilogía de El señor de los anillos y
creo que le debemos mucho al señor Peter Jackson por haber llevado a buen
puerto la mastodóntica tarea que supone enfrentarse al reto de adaptar al
famoso escritor inglés J.R.R. Tolkien. Respecto a esta nueva trilogía centrada
en las aventuras del hobbit Bilbo Bolsón he podido comprobar como un gran
sector del público no salía del todo satisfecho con sus adaptaciones
cinematográficas ya que la compraban constantemente con la anterior y
unánimemente reconocida trilogía, en general la crítica que más he podido
escuchar tiene que ver con el tono, es decir, de que parecía una obra demasiado
infantil y por lo tanto inferior y es que mucha gente desconoce que eso es
precisamente El Hobbit, una trilogía que se basa en un libro que Tolkien
escribió para sus hijos antes de ponerse mucho más serio y oscuro con El señor de los anillos. Puedo aceptar las
críticas que sostienen que dividir la película en tres partes pueda parecer desmedido,
pero yo las disfruté tanto que poco me importó. Puede que en conjunto no sea
una película perfecta pero contiene grandes momentos de cine, como son todas
las escenas del dragón Smaug, un verdadero prodigio de imaginación y técnica
que nos recuerda lo que el cine es capaz de ofrecernos para contarnos grandes
historias de aventuras.
Seré breve, dos palabras: Tom
Hardy. El actor inglés me parece uno de los descubrimientos más relevantes en
el mundo de la actuación de los últimos años. Y en esta película se enfrenta a
todo un reto como es el de ser el único actor que sale físicamente en toda la
película, él es quien lleva toda la película sobre sus hombros y lo hace
sorprendentemente bien demostrando una versatilidad interpretativa digna de
admirar y reivindicar como se merece. Locke
es un viaje, una road movie solitaria en medio de la noche en la que un
personaje se enfrenta a diferentes situaciones intentando conducir su vida, un
planteamiento sencillo que podía haber sido un desastre y un auténtico coñazo,
pero su director y guionista Steven Knight consigue dar con el tono adecuado y
elevar la película. Gracias, repito de nuevo, a esa bestia parda llamada Tom
Hardy.
5. La venus de las pieles
Roman Polanski ya había
demostrado con su anterior película, la estupenda Un dios salvaje, que las adaptaciones teatrales las maneja con
soltura y que el reducido grupo de actores, cuatro en ese caso, no es un
problema para una película. Con La venus
de las pieles riza más el rizo y reduce el número de actores a la mitad, o sea
que aquí tenemos solo a dos. La cinta nos lleva hasta un pequeño teatro
parisino donde un director teatral está desesperado por encontrar a la
protagonista femenina de su nueva obra. A última hora llega Vanda, una mujer
todoterreno aparentemente vulgar pero que se sabe el texto de memoria y parece
perfecta para el papel, ella encandila y desespera al director a partes
iguales, no la soporta pero sabe que ha quedado prendado de ella al ver cómo
recita su adaptación. Constantemente la lucha de sexos se difumina entre realidad
y ficción. Lo interesante de esta
película, aparte del duelo actoral que se marcan los dos protagonistas, es la
intención de Polanski no solo de homenajear el papel de la adaptación, ya sea
fílmica o teátrica, sino la de homenajearse a sí mismo. No solo por el hecho de
que el actor guarde un aspecto físico realmente parecido con el Polanski de
hace unos años, sino también para mostrarnos las emociones que sufren los
integrantes de un mundo tan loco como es el del arte de la representación.
Hay que reconocer que el título
es llamativo, literalmente significa “El chico que come comida de pájaros”,
pero una vez que se ve la película uno piensa que no puede ser más acertado.
Esta cinta es un claro ejemplo de lo difícil que tienen algunas películas el
llegar a estrenarse, ya que se trata de una producción griega del 2012 elegida
por su país en su día para representarla en los premios Oscar. Un chico joven
se encuentra al borde de una situación desesperada: vive solo en un apartamento
reducido, sin apenas comida e ingresos económicos y con la única compañía de un
pájaro enjaulado que vive con él y que le recuerda constantemente que ambos
comparten la misma libertad. Sin apenas diálogos y rodada con claras muestras de
la técnica que utilizaba en su día el prácticamente desaparecido movimiento
Dogma, esta película es una patada en el
estómago que pone de relieve la penosa situación a la que se están enfrentando
actualmente algunas personas en el país heleno y confirma la buena racha que
está teniendo el llamado “Nuevo cine
griego” impulsado en el 2009 con la brutal Canino. A destacar, la enorme atracción que me provocaba su
protagonista, había algo en ese chico que hacía que no podía dejar de mirarle
aunque eso supusiera pasarlo francamente mal con lo que me mostraba. Aprecio
mucho esta película pero reconozco que me costaría volver a verla en un futuro
cercano.
Es verano y en un lago al sureste
de Francia se reúnen varios hombres para tener algo de paz y de paso si se da
la ocasión tener relaciones sexuales esporádicas al margen de la civilización.
Aparentemente parece una película sencilla, pero se crece a medida que
evoluciona y se convierte en un thriller erótico donde la relación de sexo y
muerte se manifiesta de forma constante. Es increíble como su director juega y
aprovecha la naturaleza para explicar
las emociones que sufren los protagonistas, algo huele a podrido en ese paisaje
tan idílico, pero poco parece importarle a sus integrantes, ya que prefieren
correr el riesgo si eso les hace sentirse vivos. Calificada por la prestigiosa
revista cinematográfica Cahiers dú Cinéma como la mejor producción del año,
esta película haría sentirse orgulloso a Alfred Hitchcock ya que en todo
momento parece sentirse la presencia del maestro del suspense.
2. Enemy
Que Jake Gyllenhaal esté en el
mejor momento de su carrera responde a varios factores, pero el principal de
ellos es su reivindicativa decisión de embarcarse en los últimos años en
proyectos arriesgados y atípicos con un marcado tono adulto y oscuro que no
todo el mundo estaría dispuesto a aceptar y es que todo parece indicar que el
mítico vaquero de Brokeback Mountain ha
dejado atrás su etapa más comercial con títulos tan vacíos e imprescindibles
como Prince of Persia. Películas como
Prisioneros, Enemy o la inminente Nightcrawler,
la cual pude comprobar en la Madrid Premiere Week lo fantástica que es, dan
buena fe de ello. Enemy tenía muchas posibilidades de
gustarme ya que la vi en una situación muy apropiada: me tocó el pase para un
preestreno, la vi en una gran pantalla, por supuesto en versión original y con
la presencia en persona de Jake Gyllenhaal cuando vino a presentarla a Madrid,
donde además pude comprobar el perfectamente entendible y bonito inglés que
habla (aprende Matthew McConaughey), pero más allá de esos datos
circunstanciales lo cierto es que es una gran película que te atrapa en todo
momento, te mete de lleno en una pesadilla donde a través de sus cuidados
planos y amarillenta fotografía podemos observar cómo quedamos atrapados en su
perversa tela de araña. No pude salir más contento. Denis Villeneuve se ganó
mis respetos ese día.
1. El lobo de Wall Street
Ha llegado la hora de mencionar a
la joya de la corona y no es otra que la quinta y prolífica colaboración entre
Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio. Hablar de ellos es un valor seguro, porque
si juntas a uno de los mejores directores de la historia del cine con el mejor
actor de su generación (y dueño de la mejor filmografía del Hollywood actual)
el resultado solo puede ser bueno. Sobre todo si está acompañado por
secundarios de lujo, un guión endiabladamente bueno, un montaje frenético a
cargo de su fiel montadora Thelma Schoonmaker y, en especial, una historia
buena pero lamentablemente más actual de lo que muchos querríamos. El personaje
de Jordan Belfort ya es un clásico y la culpa la tiene un DiCaprio
absolutamente desatado componiendo un personaje detestable y amoral y entregado
cien por cien a la película. Un nuevo modelo de avaricia, perversión y falta de
escrúpulos que ha sido educado (y bendecido) por una sociedad enferma cuyo
único objetivo es seguir acumulando dinero, aunque eso signifique pasar por
encima de muchas personas únicamente para saciar su gula bursátil. Dirigida por
un maestro, en ningún momento trata de educar tus valores, simplemente te
muestra un tipo de persona que está ávida de sexo, mujeres, drogas y fiestas,
poder o dinero y todo eso lo observamos con toques maliciosos de humor negro, pero
perfectamente encajados. Porque en esta película uno se ríe bastante aunque lo
que veamos no tenga ni un ápice de gracia. Dura tres horas, pero tienes la
sensación de que dura 15 minutos. Sin duda alguna, estamos ante un nuevo
clásico americano, una verdadera joya que merece ser catalogada como el mejor
estreno en España del 2014.
No todos deben hablar un inglés de catedrático británico. El acento tejano de Matthew tiene un encanto especial para según que papeles. Tiene que haber de todo.
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