Título original:
Maraviglioso Boccaccio
Año:
2015
Fecha de estreno:
28 de abril de 2017
Duración:
115 min
País:
Italia
Director:
Paolo Taviani, Vittorio Taviani
Reparto:
Lello Arena, Kasia Smutniak, Jasmine Trinca, Kim Rossi Stuart, Riccardo Scamarcio, Rosabell Laurenti Sellers, Vittoria Puccini, Flavio Parenti
Distribuidora:
Golem Films
La obra más famosa de
Giovanni Boccaccio, El decamerón, que sin duda ha servido
para inspiración de muchas obras cinematográficas (quizás la más
reconocida sea la de Pasolini), inspira libremente los cinco relatos
de los que se conforma Maravilloso Boccaccio, enlazados por un
sexto relato central, ambientado en la Florencia del siglo XIV, donde
la peste negra asolaba todo a su paso. Este hecho hace que varios
jóvenes que refugien a las afueras de la ciudad y, en su
aislamiento, compartan los cinco relatos comentados.
Los hermanos Taviani,
quienes están ya cerca de ser nonagenarios, tienen una fraguada
carrera cinematográfica en su Italia natal, con títulos como Padre
Padrone o La noche de San Lorenzo entre sus más
reputadas, y la reciente César debe morir en el recuerdo del
espectador más reciente. Es quizás precisamente porque no son unos
directores precisamente amateurs que me sorprende la paupérrima
calidad que desprende su último trabajo. Desde sus primeros compases
se muestra una excesiva teatralización, tanto en las actuaciones
como en la ambientación, quedando un tono un tanto grotesco sin ser
esa su intención. Con el relato de las historias, hay una cierta
mejoría, aunque esto provenga más del cierto interés de la
historia de fondo, que de las formas empleadas para contarlas.
Visualmente es horrorosa,
por paradójico que suene tras el título que se gasta la película.
Y esto no lo digo por la fotografía en sí, que es vistosa en
vestuario y en alguna que otra escena (la del baño en el lago, por
ejemplo, que es justamente la que da lugar al póster), lo digo más
por su utilización de los recursos visuales, los fundidos, primeros
planos, encadenados, etc Tal es así, que durante el visionado se me
pasó por la cabeza irónicamente la famosa frase de El hombre con
rayos x en los ojos (1963). Lo
mejor es que la musicalización de la película va acorde a lo
visual, siendo igualmente desastrosa, demasiado intrusiva y buscadora
de emociones que la escena es incapaz de logar. Ni siquiera
narrativamente es salvable, ya que su estructura episódica limita en
exceso su fluidez y la historia que las interconecta es superflua y
simplona. Aunque es cierto que toda la obra está desdramatizada, al final destacan las historias se dejan llevar más libremente por el
humor y sirven como oasis para soportar sus dos horas de historias
desangeladas y pretenciosamente románticas. Quizás porque, pese a que sus fallos sigan presentes, el desatarse el corsé le permite respirar mejor a la obra.
Quizás
Maravilloso Boccaccio debería
tomar nota de Las
mil y una noches de Miguel
Gomes, como ejemplo de respeto y reinterpretación de una obra
colosal de la literatura y sus relatos. Y mira que yo no soy el mayor
fan de la obra portuguesa, pero le da mil palos a la italiana.
3/10
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