miércoles, 19 de abril de 2017

John Wick: Pacto de sangre. Segunda ronda.

Título original:
John Wick: Chapter 2
Año:
2017
Fecha de estreno:
21 de Abril de 2017 
Duración:
122 min
País:
Estados Unidos
Director:
Chad Stahelski
Reparto:
Keanu Reeves, Ian McShane, Laurence Fishburne, Common, Ricardo Scamarcio, Ruby Rose
Distribuidora:
eOne



Tiros y hostias. Esa malsonante dupla es el esqueleto del cine de acción más básico, pero John Wick nos enseñó que se puede jugar de forma diferente con esos dos elementos. El asesino a sueldo encarnado por un contenido Keanu Reeves se convirtió en un fenómeno, casi de culto, tras su debut en 2014. Su película introductoria no llegó a estrenarse en las salas de cine españolas -una costumbre muy nuestra-, pero la secuela sí que se ha ganado el derecho de proyectar su brutal acción en la gran pantalla. John Wick: Pacto de sangre recupera la esencia y la forma de la original. De hecho, reutiliza su fórmula dándole un interesante giro argumental.


En esta ocasión Wick se ve obligado a dejar de lado su retiro para aceptar un último encargo, que provocará que todo el gremio de asesinos a sueldo ponga una diana en la espalda del implacable protagonista. De esa manera Wick pasa de ser el persecutor de la primera película, sediento de venganza y abrumado por la rabia, a la presa de los cientos de profesionales del asesinato con los que compartía oficio. Ese giro provoca que todo el mundo sea un enemigo, manteniendo viva la atención del espectador, que alguna vez puede que necesite mirar a otro lado si es demasiado sensible a la violencia hiperrealista practicada por el director Chad Stahelski.

Precisamente la acción es la principal arma de la película, ya que el distintivo estilo de Stahelski aleja a la franquicia John Wick de la mayoría de las propuestas con las que comparte género. Tanto Stahelski como su pareja creativa, David Leitch, implantaron esa acción más física e impecable en la primera entrega y aportaron su granito de arena a que Capitán América: Civil War no fuera un cúmulo de piezas de acción reiterativas. Visualmente la personalidad de la película de 2014 se mantiene intacta en su secuela, sumida en la oscuridad y los neones, cuyo principal cambio es el traslado a Roma de buena parte del relato.

Además, Laurence Fishburne se reencuentra con Keanu Reeves tras conquistar el mundo con Matrix. El veterano actor recupera el legado de Forest Whitaker en Ghost Dog y compagina el cuidado de su palomar con su propio negocio de asesinatos a sueldo, al margen de las mafias que rigen el monopolio. Otro guiño evidente es el dirigido a Orson Welles y su secuencia final de La dama de Shanghái, al introducir a Wick en un laberinto de espejos que permite a Stahelski jugar con la cámara de una forma más creativa que en el resto de la película, en la que su trabajo es más sobrio y comedido.

En general John Wick: Pacto de sangre consigue elevar esos elementos básicos de la acción llana para conseguir un resultado voluptuoso y rebosante de adrenalina, pero no deja de ser una repetición de una fórmula que en su momento sí que logró ser un soplo de aire fresco en un género que a menudo peca de una excesiva homogeneidad.

6/10

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