Lady Macbeth
Año:
2016
Fecha de estreno:
28 de Abril de 2017
Duración:
89 min
País:
Reino Unido
Director:
William Oldroyd
Reparto:
Florence Pugh, Christopher Fairbank, Cosmo Jarvis, Naomie Ackie, Bill Fellows
Distribuidora:
Betta Pictures
Debido a su longevo ostracismo,
necesitamos el punto de vista femenino en el cine para conocernos mejor como
sociedad. Lady Macbeth se remonta a
la época victoriana para mostrar el fatídico efecto que puede tener un
matrimonio ejecutado por un deseo unilateral. Un tipo de enlace conyugal que,
aunque en menor medida en nuestro entorno y tiempo, sigue vivo 150 años
después. El director William Oldroyd y la guionista Alice Birch firman una
potente y estremecedora ópera prima, tomando como referencia la obra del
novelista ruso Nikolai Leskov.
La acción se traslada a la
campiña inglesa, donde la joven protagonista se tiene que adaptar a un nuevo
ambiente. Tras casarse con un hombre que goza de una buena posición social y
económica, Katherine ve alterado su estilo de vida. De hecho, se trunca su
futuro. Desde el primer momento nos encontramos con una chica fuera de lugar,
que irrumpe en una atmósfera ajena a su estatus previo y a su propio deseo. Los
silencios sepulcrales, los tiempos muertos y la tranquilidad lapidaria reinan
en la extensa parcela, hasta que el trasiego sexual rompe con esa desquiciante
e inerte rutina palaciega. Oldroyd muestra al detalle la distancia existente
entre Katherine y el tipo de vida en el que acaba de aterrizar, pero no es el
único personaje que interviene en las intrigas que dislocan la monotonía.
Llama especialmente la atención
el rol de la criada, relegada a servir, en contraposición de la protagonista,
cuya nueva obligación es dejarse atender. El film expone audazmente el papel
que juega cada uno de los personajes en la explosión de los eventos dramáticos,
que ascienden pausadamente, pero con un resultado tan fatídico como consecuente
con sus causantes. La mirada indolente de Florence Pugh en la piel de Katherine
resume a la perfección el efecto que logra Lady
Macbeth: generar una inquietud constante ante la nada, para que cuando los
sucesos trágicos se desencadenen entendamos hasta qué punto la protagonista
reprime una frustración que tiene que desbordar por algún costado. Como debut Lady Macbeth es una carta de presentación
solvente, sorprendente, madura e inquietante, combinación que pocos cineastas
alcanzan en su primer trabajo. No se trata de una historia apasionante per se,
pero su correcta condensación en noventa minutos y el gran manejo del drama y la
tensión promueven que no nos distraigamos en ningún momento. Y si en algún
momento nos escapamos, Katherine nos empuja de nuevo hacia sus entrañas.
7/10
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