Título original:
La giovinezza (Youth)
Año:
2015
Fecha de estreno:
22 de Enero de 2016
Duración:
118 min
País:
Italia / Reino Unido / Francia / Suiza
Director:
Paolo Sorrentino
Reparto:
Michael Caine, Harvey Keitel, Rachel Weisz, Paul Dano, Jane Fonda, Tom Lipinski, Poppy Corby-Tuech, Emilia Jones, Mark Kozelek, Rebecca Calder
Distribuidora:
Vértigo Films
Sorrentino vuelve a la
carga. Tras el gran éxito que supuso su anterior película, La
gran belleza (Oscar, Globo de oro, BAFTA, críticas positivas
de la prensa y el público...) quizás las expectativas estaban
demasiado altas. Así, marcada de nacimiento, La juventud ya
tenía su pecado antes de su concepción: venir detrás de la mejor
obra (hasta la fecha) del director. Y claro, no ha estado a la
altura. Pero... ¿es La juventud una mala película? Yo diría
que no.
Si aquélla ofrecía una
radiografía muy certera de la decadencia de una sociedad, ahora
centra la mirada de forma más íntima, en el paso del tiempo y la
mella que hace en el ser humano como individuo. Fred Ballinger,
otrora un reputado director de orquesta, vive sus vacaciones, ya
retirado de la escena, en un hotel de los Alpes, junto a su hija (y
también asesora) y su mejor amigo, Mick, un director de cine al que
le cuesta terminar su última película, la que dará fin a su
carrera.
Dos hombres en los
albores de sus carreras, que repasan sus vidas en conversaciones
intrascendentes, con sus deseos y emociones al descubierto. Se
vislumbra ese anhelo de sentir por primera vez, de nuevo, las cosas.
Ahí vemos que esa “juventud” del título, no es tan literal,
sino la metáfora de la ambición y la ilusión por la vida. El
espíritu joven, que se dice.
De nuevo, Sorrentino teje
una película marcada en sensaciones, eludiendo en parte la narrativa
más tradicional. Pero, al contrario que en La gran belleza,
aquí todo es más liviado, el humor y el barroquismo están
desatados, lo que puede por momentos irritar. Se puede decir que está
menos contenida, lo que hace que algunos momentos brillen más que
otros, dejando una película desigual. Sus grandes bazas vuelve a ser
la imagineria visual y sus potentes actuaciones, en esta ocasión con
un reparto más coral, encabezado por Michael Caine como Ballinger,
Harvey Keitel como su amigo Mick, Rachel Weisz en el papel de la
hija, Paul Dano como un actor de métodos peculiares y un destacado
papel estelar de Jane Fonda como la actriz fetiche de Mick. La
película goza de un humor ' a la italiana' muy marcado, centrado en
la ironía y la exageración. Buenas muestras de ello serían las
conversaciones de Ballinger y Mick sobre una antigua novia, el
retrato de un pasadísimo Maradona o la crítica implítica a los
prejuicios, con un momento estelar de Madalina Ghenea como la Miss
Mundo.
El hombre que siente
mucho, habla poco, que decía Platón, y esa frase resumiría el
personaje de Ballinger. Un hombre que en su vida pocas veces ha
demostrado sus emociones, más allá de la música, y que ahora en el
ocaso de su vida, parece darse cuenta de ello. Su personaje, al igual
que La juventud de Sorrentino, contienen más virtudes en su
interior de las que aparentan, y aunque La (gran) belleza y la
juventud ya parecen cosa del pasado, la película de la vida no
debería acabar mientras aún uno tenga sangre en las venas. Todo se
reduce al espíritu emprendedor. Y Sorrentino tiene de eso para rato.
6,5/10
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