Título original:
The hateful eight
Año:
2015
Fecha de estreno:
15 de Enero de 2016
Duración:
167 min
País:
Estados Unidos
Director:
Quentin Tarantino
Reparto:
Samuel L. Jackson, Kurt Russell, Jennifer Jason Leigh, Demian Bichir, Walton Goggins, Tim Roth, Bruce Dern, Michael Madsen, Channing Tatum, Dana Gourrier
Distribuidora:
eOne
Desde
que se filtrara el guión de The
hateful eight,
el proyecto ha tenido un seguimiento especial y extraordinario por
parte de sus fans y cinéfilos. Con su negativa a realizarla por
dicha filtración y su posterior retractación tras la lectura del
guión en el Ace Hotel Theatre de Los Ángeles frente a 1600
personas, hasta con la decisión de filmarla en Ultra Panavisión 70,
Tarantino ha tenido en vilo expectantes de su 8ª película, como la
anuncian. Para estos cálculos, o bien Tarantino cuenta la saga Kill
Bill
como una sola o Death Proof
la considera una película de colaboración como Four
Rooms
y no la incluye en el recuento. En cualquier caso, los homenajes ya
empiezan desde el título, declarado homenaje a Fellini y su 8
½ (que
también era la octava película del director, en este caso el “y
medio” se correspondía con Amor
en la ciudad,
película en colaboración con otros directores).
Para
hablar de Los odiosos ocho
sin hablar más de la cuenta de ella, podríamos citar a Agatha
Christie o Cayo Largo
(1948) pero la gran referencia reconocida por el propio director es
La cosa,
de Carpenter. Tenemos una tempestad de fondo y unos personajes
aislados, reunidos bajo cuatro paredes, donde sucede toda la tensión
y conflicto prácticamente. Hasta entonces, Tarantino se dedica
(volviendo a la partición por capítulos tan suya) a presentar larga
y extendidamente los personajes principales. De hecho, Quentin es un
gran director, pero aún más fabuloso es como guionista y aquí es
donde vuelve a demostrar la importancia de unos buenos personajes en
una trama. Sabemos que es un amante nato del cine, pero la especial
dedicación que presta a sus personajes y detalles en sus películas
es probablemente uno de los elementos que mejor le diferencian como
cineasta. Puedes ser un buen director, pero un buen director con
pasión por tu trabajo te hace destacar el doble. Tenemos a dos
cazarrecompensas independientes, la forajida de dicha recompensa, el
sheriff, el verdugo, el encargado mexicano del local, el ser
misterioso y el general. Y todos acaban teniendo su peso en la trama.
Que
tengamos una gran presentación de personajes hace que la narración
sea dilatada y parsimoniosa, pero no aburrida. Siempre hay carne en
el asador, mediante los ágiles diálogos que van desgranando la
historia, fraguada a fuego lento, buscando su punto óptimo de
cocción para arrojarnos toda su furia a la cara en el clímax. La
tensión hay momentos que se podrían cortar con cuchillo, y todo con
personajes bien construidos, diálogos y enfrentándolos en un lugar
cerrado.
¿Y
si la mayoría del metraje se desarrolla en una cabaña, entre cuatro
paredes, para qué entonces los 70mm? Se podrían preguntar muchos.
Para los no curtidos en los diferentes tipos de metraje, diremos que
el 70mm (frente a los 35mm habituales) supone el máximo de amplitud
de imagen disponible a grabar por una cámara. Indudablemente, se
pensó para exteriores y películas de corte épico, como Ben-Hur
y sus carreras de cuádrigas, pero también puede ofrecer otras
ventajas. Tarantino ha optado por este sistema en desuso, aparte de
los pocos exteriores en la nieve, para poder encuadrar en multitud de
ocasiones a la gran mayoría de los personajes. Tenemos ocho
personajes encerrados, ubicados por diferentes zonas de una
habitación y queremos tenerlos controlados en todo momento. Además,
con esta amplitud de visión, se pueden ver todas las paredes del
recinto, lo que acrecienta la sensación de claustrofobia y las
sensaciones se magnifican. La pena es que pocas personas podrán ver
realmente dicho formato, porque son pocos los cines con esta
tecnología en su haber. En España, por ejemplo, únicamente el
Phenomena Experience de Barcelona podrá proyectarla en 70mm, y en
los Estados Unidos fueron los propios Weinstein, productores de la
cinta, los que habilitaron un grupo reducido de cines para su expresa
proyección a la voluntad del director. Los no agraciados, aparte de
la obertura e intermedio (propios de producciones clásicas) nos
perderemos unos 6 minutos que no incluyen las otras versiones.
Más
allá de formatos, lo que es evidente es que nos encontramos ante un
Tarantino más maduro y depurado, y en cierta manera más contenido
que en sus últimos trabajos. Ennio Morricone vuelve a crear la banda
sonora (volviendo al género que le hizo grande) para, compositor y
director, poner de relieve (con su estilo inconfundible) el tan de
actualidad tema del racismo en los Estados Unidos, con un porte más
teatral del que nos tiene acostumbrados. Quizás los fans del
director más dados a la acción sin desenfreno queden algo
desilusionados, pero los que disfruten de la puesta en escena, sus
afilados diálogos, el tratamiento de sus personajes y la delicadeza
con que presenta la situación y nutre la narración, verán en
Los odiosos ocho
una nueva genialidad del director. Si definitivamente se plantará en
diez películas como dijo o seguirá rodando es una incógnita, pero
si las dos películas que, como mínimo, aún nos quedan por degustar
suyas están a la altura de su último trabajo, hablaremos de una
filmografía más que notable.
8/10
Tengo "Los odiosos ocho" en la recámara desde hace unas semanas. Estoy convencido que la veré, pero no se si al final será en gran formato o en DVD. Me encanta Tarantino, pero en esta ocasión, ¿está a su nivel?
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