Borgman
Año:
2013
Fecha de estreno:
11 de Julio de 2014
Duración:
113 min
País:
Paises Bajos (Holanda)
Director:
Alex van Warmerdam
Reparto:
Jan Bijvoet, Hadewych Minis, Jeroen Perceval, Tom Dewispelaere, Sara Hjort Ditlevsen, Eva Van de Wijdeven, Alex van Warmerdam
Distribuidora:
Surtsey Films
El
mal se ha representado de muchas maneras a lo largo del siglo que
lleva activo del séptimo arte. Desde seres de ultratumba, demonios,
monstruos de todo tipo, asesinos en serie, espíritus cabreados,
animales salvajes, extraterrestres, mutantes o las devastadoras
fuerzas de la naturaleza. Pero Alex van Warmerdam no quería nada de
eso, sino enfocar ese mal como algo cotidiano y mundano. Gente normal
en apariencia, educada y trabajadora de la que nunca sospecharías
nada malo. Gente que actúa a plena luz del día en verano, en la
aparente placidez del buen clima. Y uno de ellos es Camiel Borgman.
Para
acercarse a Borgman hay que ir predispuesto a todo y con la
mente abierta. Hay elementos sobrenaturales, mucha sugerencia y pocas
explicaciones, pues Warmerdam prefiere que cada uno interprete a su
gusto, generando más preguntas que respuestas. Y desde luego que
clima y desasosiego crea un rato.
La
película empieza ya de forma críptica y abrupta, en medio de una
cacería donde varias personas, entre ellos un cura, buscan a algo en
el bosque. Pronto descubrimos que ese “algo” son personas que
viven en unas improvisadas viviendas subterráneas y que logran
escapar de sus perseguidores. El que parece el líder, Borgman, se
acerca a una gran residencia ajardinada, donde llama a la puerta
pidiendo hospitalariamente una simple ducha para un hombre que lleva
días sin ella. Pronto descubriremos que sus intenciones distan mucho
de ser precisamente “hospitalarias”...
El
comportamiento de Borgman, aunque nunca se diga nada al respecto en
la película, se asemeja mucho a la de un Alp,
una especie de elfo del folklore germano, muy alejado de esos
duendecillos dulces y amables que ayudan a Santa Claus. Estos elfos
oscuros se les describía como seres maliciosos capaces de provocar
enfermedades y malos sueños. De hecho, la palabra alemana para
pesadilla es Albtraum que,
literalmente, significa “sueño de elfo”. Y es que se creía que
las pesadillas eran provocadas por un elfo sentado encima del pecho
de la persona que dormía, tal y como aparece en la película. Esto
ayuda a apoyar ese elemento sobrenatural que percibimos
constantemente en la película aunque nunca se nos explique nada al
respecto, seguramente para abrir la puerta a segundas y terceras
interpretaciones simbólicas, quizás relacionadas con las clases
sociales (el mal se presenta como una especie de indigente que se
inmiscuye en la vida de una familia acomodada) o de una especie de
seres justicieros o sectarios (todos llevan una marca de una cicatriz
en su espalda, dato importante).
A
través de un buen guión que presenta con todo detalle la paulatina
invasión casi imperceptible a vista de los inquilinos, como si de un
caballo de Troya se tratase, que cuando se abre, ya es demasiado
tarde para evitar el asedio; la historia logra cautivar al espectador
más receptivo, ávido de cualquier detalle, por insignificante que
parezca, que le ayude a ir completando datos sobre esta gente y lo
que están haciendo realmente. También ayuda considerablemente a
este aspecto la soberbia interpretación contenida de Jan Bijvoet
como Camiel Borgman, que jamás levanta el tono de su voz, pero a
través de su mirada y gestos logra crear un logrado personaje
sumamente inquietante.
Para
quien aún no haya tenido la suerte de verla, decirle para que se
haga una idea que podríamos fusionar el ritmo y onirismo de Enemy (en
menor escala) con la angustiosa invasión a la intimidad que nos
mostraba Haneke en Funny
Games.
Pero
esto es simplemente para intentar preparar a la mente para una
película tan libre y enigmática como Borgman,
pues realmente la película holandesa poco se parece a las
anteriormente mencionadas. En cualquier caso, decir que cualquiera de
las tres es sumamente recomendable.
7,5/10
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