Aquarius
Año:
2016
Fecha de estreno:
10 de Marzo de 2017
Duración:
145 min
País:
Brasil
Director:
Kleber Mendonça Filho
Reparto:
Sonia Braga, Jeff Rosick, Irandhir Santos, Maeve Jinkings
Distribuidora:
Avalon
Al cine social le suele delatar
la evidencia de sus intenciones, pero, cuando el personaje principal tiene una
arquitectura tan emocionante como íntima, alcanza el grado de testimonio de un
tiempo concreto. En el caso de ‘Doña Clara’, su protagonista es tan
extraordinaria, en sus altos y en sus bajos, que es imposible apartar la mirada
de su afligido y apasionado rostro. La película dirigida y escrita por Kleber
Mendonça Filho se centra íntegramente en Clara, el personaje interpretado por
Sonia Braga de forma impecable, aunque es mucho más acertado el título
original: ‘Aquarius’.
Aquarius es el edificio en el que
reside Clara. Es el hogar en el que se criaron sus hijos y donde combatió
contra la enfermedad que la ha dejado marcada de por vida. Ese bloque de
apartamentos en primera línea de playa es todo un potencial manjar para los
buitres de las constructoras, que fijan sus esfuerzos en echar a Clara, la
única propietaria que se ha resistido a las suculentas ofertas de la compañía
que pretende derrumbar la construcción. El cineasta incide en el valor
emocional del edificio y de los objetos que ocupan la casa de Clara, ya que nos
ofrece momentos del pasado que fortalecen nuestra relación con la luchadora
protagonista.
No todo es el vínculo con el
Aquarius, sino que la lucha se extiende a la comunicación con sus hijos y los
vecinos. Al igual que en ‘El hombre vestido de blanco’, de Alexander Mackendrick,
trabajadores y empresarios se ponían de acuerdo para acabar con un invento
revolucionario, en ‘Doña Clara’ familiares y vecinos se ponen en el bando de la
omnímoda constructora para presionar a la aislada mujer, que lejos de caer en
la desgracia mantiene su espíritu guerrero. Los recuerdos encerrados en muebles
y vinilos despiertan una melancolía que realmente nunca duerme, moldeando un
personaje enriquecedor y complejo, que también lucha contra sí mismo.
El pegamento de todos esos trazos
conceptuales es Sonia Braga. La actriz brasileña cede cada átomo de su cuerpo a
la causa de Clara, ofreciendo una interpretación inolvidable y triunfal, que no
se derrumba bajo la pesada responsabilidad de ser el rostro creíble de un abuso
que trasciende a las fronteras cariocas. La desproporcionalidad entre las
fuerzas de ambos bandos le da cierto toque épico al relato y nos acerca inmediatamente al personaje supuestamente
inferior, que cobra fuerza con cada batalla ganada, consciente que ya superó la
mayor lucha de su vida. ‘Doña Clara’ es cine social con un tremendo poderío
emocional y señas de intriga. El más valioso para dar testimonio de la desigualdad.
8/10
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